Vacunas cubanas COVID19
Tania Crombet: Voz de la ciencia cubana en la Cumbre de los Pueblos (+ Video)

La Doctora Tania Crombet Ramos, directora de Investigaciones Clínicas del Centro de Inmunología Molecular, participó el miércoles en la Cumbre de los Pueblos, donde compartió la experiencia cubana en materia de salud, resiliencia y el papel de la ciencia para enfrentar la COVID-19.
«Aunque en Cuba hemos tenido más de un millón de confirmados con la enfermedad, el 99% de los casos se han recuperado. Y esa tasa tan alta es la consecuencia de un trabajo integrado entre las instituciones científicas y el Ministerio de Salud Pública», señaló.
Además, explicó que el 85% de la cartera cubana contra el COVID-19 era de la industria nacional, porque, a causa del bloqueo, Cuba no podía acceder a medicamentos fabricados en Estados Unidos. Sin embargo, produjo tres fármacos muy eficaces en el control de la pandemia: dos anticuerpos monoclonales y un péptido con propiedades reguladoras.
«Por el protocolo nacional implementado, pudimos mantener una baja tasa de letalidad, cuyo valor es 0.77%, lo cual nos ubica en un lugar favorable respecto a otros países más desarrollados, incluyendo los Estados Unidos. De hecho, Cuba tiene cuatro veces menos muertes por millón de habitantes que ese país», resaltó Crombet Ramos.
La investigadora añadió que, sabiendo que sería imposible acceder a las vacunas estadounidenses contra la COVID-19, o al resto de vacunas que se fabricaban en el mundo (por la desigualdad en la distribución), Cuba decidió desarrollar sus propios candidatos vacunales: cinco en total, tres de los cuales ya están aprobados por las autoridades reguladoras del país y por otras agencias en el mundo.
En video, la comparecencia
Embargo y covid-19
Gerardo Moyá Noguera*.- Sí, hay que recordarlo y decirlo claro y alto, Cuba sigue bloqueada económica, comercial y financiera desde hace más de 60 años y afirmar rotundamente que al terminar las últimas semanas en Cuba se han diagnosticado 20.000 personas menos.

Decir también que esta disminución ha sido claramente intensa en todas las provincias de la Isla. Es una confirmación del lunes pasado del ministro de salud pública, el compañero José A. Portal Miranda, que a la vez coordina el primer ministro Manuel Marrero Cruz. Las vacunas cubanas han demostrado y siguen demostrando que han sido y son muy efectivas, desde la abdala a la soberana. Los ciudadanos enfermos por la covid-19 ha disminuido considerablemente un 28,8% que en los anteriores días. Son datos irrefutables. Todas las provincias, excepto Camaguey han disminuido su tasa de incidencia por cada 100.000 habitantes. En cuanto al proceso de vacunación el ministro de salud pública afirma que sigue marchando muy bien, detallo también que el 99,2% de los ciudadanos cubanos habián recibido la primera dosis y el 84,2% la segunda. En definitiva, el control de la epidemia y a pesar de ser Cuba un país bloqueado y con muchas necesidades, resiste y avanza hasta llegar, pronto, a la inmunidad total. Como muy bien afirma el comandante de La Revolución, Machado Ventura, todo gracias a la unidad del partido & pueblo de Cuba.
«Las vacunas cubanas se basan en plataformas conocidas y muy seguras y ya está el proceso formal para que la OMS autorice su uso de emergencia»: José Moya Medina
RT en Español.- «En América Latina hay 4 países con capacidades de producción de vacunas y los llamamos a mayor cooperación», cuenta José Moya Medina, representante de la OPS/OMS en Cuba, en ‘Entrevista’ de RT. ¿Por qué la gente tiene temor a vacunarse? ¿Cómo afrontar la desigualdad en el acceso a las vacunas contra la COVID-19? ¿Habrá cambios radicales en el financiamiento de los servicios de salud en América Latina?

Responsabilidad y disciplina, para que no sea solo un mes con “buenos números”

Las cifras de contagios por COVID-19 reportadas en Cuba durante el mes de octubre continúan su comportamiento al descenso. Dieciséis mil quinientas ochenta y dos personas fueron diagnosticadas con la enfermedad en la pasada semana, lo cual representa 10 321 casos menos que en los anteriores siete días.
Si bien durante la semana 41 del año se produjeron algunas variaciones en los números diarios, lo cierto es que las últimas cuatro semanas han mostrado de manera consecutiva una disminución sostenida de quienes enferman como consecuencia del SARS-COV-2.
Sin que esa realidad nos lleve a mirar el actual contexto epidemiológico con complacencia alguna, es válido destacar que la pasada semana también marcó un punto de giro en la cantidad de pacientes ingresados por ser positivos a la COVID-19. Ocho mil seiscientas ochenta y tres personas seguían siendo portadoras del virus, lo cual significa 8 292 pacientes menos que al concluir la semana 40 del año, es decir, menor cantidad de casos activos en un 28,8%.
Al cierre del 16 de octubre Cuba había aplicado 24 464 590 dosis de vacunas, lo que ha permitido que el 99,2% de la población vacunable haya recibido al menos la primera dosis de alguno de nuestros inmunógenos, y el 69,2% tenga completo su esquema de vacunación.
Las medidas adoptadas, unido al avance de la campaña de vacunación emprendida por nuestro país, han permitido, además, que fallezcan menos enfermos como consecuencia del virus. Por seis semanas consecutivas menos familias cubanas han sufrido la muerte de alguno de sus miembros y hasta el 16 de octubre se acumulaba una letalidad de 0,86%.

Aun cuando de manera general se ha producido una mejoría incuestionable en todos los indicadores sanitarios, varias provincias son seguidas con especial interés por la incidencia que en ellas sigue teniendo la enfermedad. En la última semana, Camagüey, Pinar del Río, Sancti Spíritus, Holguín, Las Tunas y Villa Clara confirmaron 12 278 casos positivos, el 74% de los diagnósticos en ese periodo.
Más allá de los números globales del país en las más recientes jornadas, que evidencian un avance indiscutible en el control de la epidemia, el actual escenario es, ante todo, un nuevo reto para los profesionales de la Salud, las instituciones, el Gobierno y las familias cubanas.
La reapertura gradual de espacios y actividades que ha comenzado a vivir la nación necesita ser acompañada con responsabilidad y mucha disciplina en todos los escenarios, para que la disminución sostenida de diagnósticos que mantenemos en las últimas semanas no solo sea cosa de un mes con “buenos números”.


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COVID-19: Habrá que estar muy atentos para no retroceder
“Todavía hay una batalla grande por ganar”. La expresión fue compartida este martes por el Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista y Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, con el grupo de expertos y científicos que lideran las actividades de ciencia e innovación tecnológica en el enfrentamiento al nuevo coronavirus.
El Jefe de Estado, quien felicitó a sus interlocutores —los que junto a un ejército de mujeres y hombres consagrados y sabios han llevado al país a las actuales y alentadoras cifras alusivas a la epidemia—, habló de una batalla por delante no solo pensando en cómo hacer para no perder lo ganado cuando la Isla abra del todo sus compuertas al mundo: el dignatario estaba haciendo además una mirada al futuro cuando mencionó, en los primeros minutos del encuentro, el tema de la post—COVID-19, algo en lo que ya andan enfocados nuestros científicos.
El primer punto en la agenda del encuentro —que sesionó desde el Palacio de la Revolución y que también estuvo presidido por el Primer Ministro, Manuel Marrero Cruz— versó sobre la actualización de los modelos de pronósticos, cuya exposición estuvo a cargo del Dr.C. Raúl Guinovart Díaz, decano de la Facultad de Matemática y Computación de la Universidad de La Habana.
Los modelos están siendo elocuentes de “la eficacia de las vacunas que se están aplicando, y de los métodos de tratamiento a los pacientes”, dijo el Dr.C. Raúl Guinovart Díaz. Foto:Estudios Revolución.
Según afirmó el profesor, en sentido general la semana que ha terminado puede calificarse de buena en cuanto al control de la COVID-19. “Ha continuado en todas las provincias, dijo, la disminución de los casos confirmados; incluso aquellas provincias que mantienen todavía una incidencia alta de la transmisión, como Pinar del Río, Sancti Spíritus, Camagüey y Las Tunas, también han tenido un descenso”.
Tomando como apoyo esquemas sobre el comportamiento total de la enfermedad, el experto alertó que, aunque la tendencia de las cifras relacionadas con la COVID-19 es a disminuir, “la epidemia no ha acabado. Todavía nos queda mucho”: el descenso de las líneas —recalcó— ha sido bastante rápido, pero “para lo que nos queda de octubre y noviembre, todavía puede haber un número alto de casos”.
Los gráficos de pronósticos dan una buena noticia, apuntó Guinovart: “nosotros no llegaríamos, por lo menos en noviembre, a la cifra de los 10 000 fallecidos”. Eso significa que, según el matemático, se está “ralentizando” el crecimiento de ese número. Queda claro, como también dijo el experto, que los modelos están siendo elocuentes de “la eficacia de las vacunas que se están aplicando, y de los métodos de tratamiento a los pacientes”.
¿Qué ventajas tenemos en comparación con noviembre del año pasado?, preguntó el decano de la Facultad de Matemática y Computación de la Universidad de La Habana, para seguidamente hablar de que “hoy hay una gran cantidad de personas inmunizadas en la población”, y “esperamos que verdaderamente esa inmunización resista” la llegada de otras personas desde otras partes del mundo; resista ante una amenaza de propagación de la epidemia.
Entre otros datos alentadores, Guinovart hizo referencia a un modelo de pronóstico aportado por la Universidad de Sancti Spíritus, el cual ratifica que el número de casos confirmados muy posiblemente descienda a mediados de noviembre a cifras ostensiblemente bajas.
En cuanto a los niveles de recuperación de la enfermedad, Raúl Guinovart destacó que estos ya superan la cifra del 98%. De una semana a otra, el incremento de ese indicador ha sido del uno por ciento; pero en casos como estos, subir la cuesta, como reflexionó el experto, requiere de mucho trabajo.
“Para el próximo mes esperamos que estemos por debajo de los 2 000 casos diarios; y a mediados de noviembre, en unos 600 casos diarios aproximadamente, eso nos pondría en una situación muy favorable para enfrentar las nuevas medidas que se avecinan”, razonó el matemático, a propósito de lo cual el Presidente Díaz-Canel habló de congratularnos pero “sin confianza, sin extrema confianza”.
En esta hora —argumentó el mandarario— Cuba tiene ante sí varios retos: uno de ellos, ser eficientes en aplicar la dosis vacunal de refuerzo, para blindar a la población; y se impone, dijo, el adecuado tratamiento a quienes arriben al país, porque de bajarse la guardia, alertó, el escenario epidemiológico podría volver a complicarse.
La ciencia cubana no descansa
La Dra. C. Lisset Sánchez Valdés enunció que los estudios recientes confirman “el impacto positivo de la vacunación caracterizada por alta velocidad del proceso; y la universalidad de la estrategia vacunal. Foto:Estudios Revolución.
La actualización de indicadores de la enfermedad severa y la letalidad por COVID-19 en Cuba fue un tema que también formó parte de la agenda del encuentro con los expertos y científicos. La Dra. C. Lisset Sánchez Valdés compartió en tal sentido un enfoque cuantitativo, a través del cual, entre otras ideas, expresó que en estos momentos todas las provincias muestran cifras de mortalidad de acuerdo con la incidencia de transmisión de la epidemia que presenta cada territorio.
A modo de resumen, la Doctora enunció que los estudios recientes confirman “el impacto positivo de la vacunación caracterizada por alta velocidad del proceso; y la universalidad de la estrategia vacunal, lo que de conjunto con el resto de las medidas clínicas y epidemiológicas, ha permitido mantener una baja letalidad”.
Igualmente comentó que las diferencias en los indicadores epidemiológicos entre los territorios del país, están demandando “nuevos análisis integrales”. Y a lo anterior sumó que “las acciones en los territorios más vulnerables deben ser reforzadas siguiendo el enfoque de riesgo”.
Por su parte la Dra. Ileana Morales Suárez, directora de Ciencia e Innovación Tecnológica del Ministerio de Salud Pública (Minsap), compartió el esquema de una escalera alusiva a las “nuevas premisas del protocolo” atemperado al presente: para el escalón de la población sana, el fin es que ella no enferme; para el escalón del paciente confirmado, el propósito es que no agrave; y para el paciente grave o crítico, la meta es que no fallezca. Y en todo esto, enfatizó, “una de las premisas fundamentales es vacunar”.
La experta habló de establecer un nuevo protocolo para los convalecientes. “Eso lleva, dijo, una estrategia particular que hemos estado reforzando”.
El Dr.C. Pedro Más Bermejo hizo referencia a la importancia de estudiar, con luz larga, el impacto de la COVID-19 en la población: “Todavía están por ver los resultados de Cuba ante esta pandemia”; lo dijo, por ejemplo, pensando en cómo la Isla no es homologable con ningún otro país en cuanto al alcance y rapidez con que ha asumido el proceso de vacunación.
“Hay tres experiencias fundamentales que hemos ganado aquí en este combate —explicó el Doctor Agustín Lage—: una es la importancia de tener un protocolo integral estratificado, que combina intervenciones farmacológicas y las no farmacológicas. La otra experiencia es el reposicionamiento de los productos de nuestra industria. Y la tercera es trabajar la ciencia del lado de la demanda; es decir, pedir a los científicos lo que queremos que investiguen”.
Además de la del convaleciente —enfatizó Agustín Lage— hace falta la estrategia con el adulto mayor que no está enfermo. Foto:Estudios Revolución.
El científico señaló el tema del adulto mayor como algo que se deriva de la COVID-19 y merece especial atención: “En esta epidemia el pico de la edad juvenil no está”, solo está presente “el pico del adulto mayor, y el problema es que esta es una mortalidad diferente”. Tenemos que replantearnos, aseveró, qué vamos a hacer con esa población vulnerable, que ya son 2.3 millones de cubanos, con miras a futuras pandemias.
Además de la del convaleciente —enfatizó Agustín Lage— hace falta la estrategia con el adulto mayor que no está enfermo: “Necesitamos un programa para el adulto mayor sano, y aplicar allí las experiencias que hemos ganado”.
Luis Velázquez Pérez, Presidente de la Academia de Ciencias de Cuba, razonó que “estamos en una etapa interesante”, la cual “refleja el esfuerzo que se ha venido haciendo” incluso desde mucho tiempo atrás. Sobre la estimación de la carga de secuelas, el científico recordó que “la pandemia ha afectado mucho a los pacientes”, lo cual conduce a la pertinencia de “aprovechar los servicios que tenemos para una atención más integral, para una rehabilitación más intensiva”.
En la misma línea de pensamiento de librar batallas por la vida tuvo lugar, después, la reunión del Grupo de Trabajo Temporal del Gobierno para el enfrentamiento a la COVID-19, encabezada por el Presidente de la República y por el Primer Ministro. Las cifras compartidas en el encuentro por el titular de Salud, José Angel Portal Miranda, siguen siendo alentadoras, y la vacunación no se detiene; pero, como ha alertado la dirección del país, Cuba tendrá que estar muy atenta a cómo no retrocede en sus indicadores epidemiológicos cuando vuelva a abrir sus puertas a los visitantes de las más diversas latitudes.
Cuba tendrá que estar muy atenta a cómo no retrocede en sus indicadores epidemiológicos, se insistió en el encuentro. Foto:Estudios Revolución.
Confirman resultados de ensayo clínico fase III desarrollado por el Instituto Pasteur de Irán: 91,7% de eficacia de Soberana 02 y Soberana Plus frente a la cepa Delta
Como parte de una colaboración entre el Instituto Pasteur de Irán y el Instituto Finlay de Vacunas sobre las vacunas de la serie Soberana, un comité independiente desarrolló el ensayo clínico fase III en la población iraní de 18 a 80 años.
El ensayo a doble ciego, aleatorizado y controlado con placebo, incluyó 24.000 sujetos a los que se le aplicó la vacuna Soberana 02 en un régimen de dos dosis en ocho ciudades y una dosis de refuerzo (régimen de tres dosis) con la vacuna Soberana Plus en otras dos ciudades. Durante el ensayo, la variante Delta, julio (71,9%) y agosto (95,4%), fue ampliamente predominante.
El análisis intermedio mostró que la eficacia de la vacuna para prevenir la hospitalización confirmada por COVID-19 en el régimen de dos dosis fue del 76,8% (IC del 95%: 50,6 a 89,1) y en el régimen de tres dosis fue del 91,7% (IC del 95%: 20,7 a 99,1). En el 87,9% de los participantes en el grupo de régimen de dos dosis y en el 98,8% de los participantes en el régimen de tres dosis, se observó un aumento de 4 veces en el título sérico o un cambio de negativo a positivo en el título sérico.
(Tomado de Instituto Finlay de Vacunas)
Nicaragua apela a su soberanía para aplicar vacunas cubanas a niños y jóvenes
Cuba ha sostenido que la eficacia de sus vacunas se ubica entre el 62% y el 92%. «Es una decisión soberana», afirmó la vicepresidenta de la OMS.

El Gobierno de Nicaragua apeló este miércoles a su soberanía para explicar su decisión de vacunar a los niños de 2 años y adolescentes de hasta 17 años con fórmulas contra la covid-19 elaboradas en Cuba, aunque aún no cuenten con la aprobación de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
«Es una decisión soberana de los países aplicar o adquirir o usar en sus jornadas de vacunación las vacunas que consideren pertinentes. Son decisiones de la autoridad nacional, ya sea en Cuba, Argentina o en Nicaragua», dijo la vicepresidenta Rosario Murillo en una alocución, en referencia a una consulta realizada hoy a la OMS.
Antes la consulta el esposo de Murillo, el presidente Daniel Ortega, había pedido a la OMS que aprobara las vacunas fabricadas en Cuba, y posteriormente su Gobierno anunció la adquisición de siete millones de dosis de las vacunas cubanas Abdala, Soberana y Soberana 02 en lo que resta de 2021.
«Y bueno, reconoce la OPS/OMS el derecho soberano de cada país de utilizar las vacunas que considere más eficaces, más convenientes, para completar los procesos y proteger a toda la población, así que, compañeros, compañeras, nosotros agradecidos, vamos adelante», celebró la primera dama.
Cuba ha sostenido que la eficacia de sus vacunas se ubica entre el 62 % y el 92 %.
Para que la OMS considere a un candidato como vacuna contra la covid-19 debe demostrar una eficacia igual o mayor al 50 %.
Murillo dijo confiar en que las vacunas cubanas terminarán siendo incluidas en el Fondo Rotatorio de la OMS, que asegura el acceso a vacunas seguras y de calidad a precios asequibles a sus Estados miembros.
Este mismo miércoles la vicepresidenta anunció que Nicaragua recibirá el próximo lunes 233.470 dosis de vacunas Pfizer y otras 81.900 dosis de la misma fórmula en lo que resta de octubre, como parte del mecanismo Covax, que garantiza medicinas a países pobres.
Adelantó que España donará lotes de 625.000 y de 125.900 dosis de vacunas AstraZeneca a través de Covax Asimismo, anunció que Nicaragua recibirá en octubre otras 326.400 dosis de AstraZeneca, donadas por Canadá, también por el mismo mecanismo.
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«O sea que estamos pendientes de recibir 1.402.090 dosis a través de esos mecanismos profundamente reconocidos por todo este esfuerzo y esta cooperación», señaló la primera dama.
Según el Ministerio de Salud, desde marzo de 2020 la covid-19 ha dejado 205 muertes y 14.937 casos confirmados.
Por su parte, la red de médicos del independiente Observatorio Ciudadano Covid-19 ha reportado 5.551 fallecimientos por neumonía y otros síntomas relacionados con el nuevo coronavirus, así como 29.481 casos sospechosos de contagio, datos que no son reconocidos por las autoridades.
El Gobierno de Nicaragua mantiene su política de no establecer restricciones para prevenir la propagación de la pandemia, y de promover actividades.
Cuba, primera potencia de América Latina en cuanto a vacunación anticovid

Cuba encabeza la lista de países de América Latina con el mayor porcentaje de población (80,9%) que recibió al menos una dosis de alguna vacuna contra el Covid-19.
Cifras del Ministerio de Salud Pública refieren que hasta el día 26 con la primera inyección de los inmunizantes propios Soberana 02, Soberana Plus o Abdala hay nueve millones 48 mil 689 personas (80,9%) de los poco más de 11 millones 180 mil habitantes de toda la isla caribeña.
Del total de vacunados, seis millones 293 mil 860 (56,3%) ya tienen la segunda administración anticovid y con tres dosis, cuatro millones 955 mil 621 (44,3%).
Además, unos cinco millones 19 mil 799 personas poseen el esquema vacunatorio completo, es decir, las tres dosis antes mencionadas, más una de la vacuna Soberana Plus para convalecientes, lo que representa el 44,9% de la población cubana.
Cuba es también el primer país del mundo en autorizar una campaña nacional de vacunación infantil anticovid-19 y, según datos oficiales, más de 1,8 millones de dosis han sido administradas en grupos etarios de dos a 18 años.
El objetivo es concluir septiembre con los dos millones de pequeños previstos con al menos la primera inyección del esquema heterólogo de dos dosis de Soberana 02 más una de refuerzo de Soberana Plus, en intervalos de 28 días.
Se autoriza la vacuna Soberana Plus
El Centro para el Control Estatal de Medicamentos, Equipos y Dispositivos Médicos (Cecmed) autorizó el uso de emergencia de la vacuna Soberana Plus en convalecientes de Covid-19 para mayores de 19 años de edad.
La aprobación de dicho inmunógeno, diseñado por el Instituto Finlay de Vacunas (IFV), está sustentada sobre la base de los resultados de los ensayos clínicos desarrollados, tras demostrar los requisitos exigidos en cuanto a calidad, seguridad e inmunogenicidad, detalló el Cecmed.
Soberana Plus en su estudio fase II con unos 800 convalecientes demostró que estos sujetos tienen inmunidad natural contra el virus y a aquellos a quienes se les aplicó la vacuna incrementaron los títulos de anticuerpos alrededor de 20 veces.
TOMADO DE AHORA EL PUEBLO, BOLIVIA
Ese bloqueo impuesto para provocar hambre y desesperación, no solo se mantiene, sino que se ha recrudecido

- Intervención de Miguel Mario Díaz-Canel Bermúdez, Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba y Presidente de la República, en la Cumbre de la Organización de Naciones Unidas sobre los Sistemas Alimentarios, desde el Palacio de la Revolución, el 23 de septiembre de 2021, “Año 63 de la Revolución”.Señor Secretario General:
Señor Presidente:
Vengo a hablar en nombre de un pueblo al que se ha pretendido rendir por hambre durante más de seis décadas.
En abril de 1960, en un Memorando infame y secreto por mucho tiempo, un oscuro funcionario del Departamento de Estado de los Estados Unidos, de nombre Lester Mallory, escribió los fundamentos de la política de bloqueo a Cuba, orientada a “…provocar hambre, desesperación y el derrocamiento del gobierno”.
Han pasado 61 años y ese bloqueo impuesto para provocar hambre y desesperación, no solo se mantiene, sino que se ha recrudecido, de manera oportunista, en tiempos de pandemia.
Las pérdidas ocasionadas al país, tan solo en el periodo de abril de 2019 a diciembre de 2020, ascienden a un total de 9 157,2 millones de dólares, reflejo del carácter genocida de una política declarada de rendirnos por hambre.
A pesar de los obstáculos, el Gobierno cubano, con extraordinarios esfuerzos y pese a carencias y dificultades, garantiza el derecho universal a la alimentación a través de la canasta básica familiar normada, que reciben todos los cubanos y cubanas, y que incluye 19 productos alimenticios de primera necesidad a precios asequibles.
Adicionalmente, se avanza en la implementación del Plan Nacional de Soberanía Alimentaria y Educación Nutricional, enfocado en disminuir la dependencia de las importaciones, potenciar la capacidad productiva, el uso de la ciencia, la tecnología y la innovación, y desarrollar sistemas alimentarios eficientes y sostenibles a nivel local.
Cuba agradece la contribución que en este proceso ha recibido de agencias especializadas de las Naciones Unidas, pero no ignora que las condiciones imperantes en el mundo actual afectan sensiblemente la alimentación de millones de seres humanos.
La causa es estructural. La persistencia de un injusto orden internacional, décadas de dominación imperialista, de aplicación de un neoliberalismo salvaje, de proteccionismo y dependencia económica producto de siglos de colonialismo y neocolonialismo constituyen causas raigales del subdesarrollo que favorecen la pobreza extrema y con ella el hambre y la exclusión que sufren las grandes mayorías.
Este escenario se complejiza para aquellos países en desarrollo que cargan con el peso de una deuda externa pagada ya mil veces.
Algunos, al igual que Cuba, sufren además la aplicación de medidas coercitivas unilaterales, violatorias del Derecho Internacional, que obstaculizan su legítimo derecho al desarrollo.
Excelencias:
Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, FAO, en 2020, entre 720 y 811 millones de personas padecieron hambre.
Más de 2 300 millones, el 30 % de la población mundial, carecieron de acceso a alimentos adecuados y persistió la malnutrición en todas sus formas, amenazando el cumplimiento del Objetivo 2 de Desarrollo Sostenible: Hambre Cero para 2030.
La única solución a ese doloroso drama humano es transformar de manera urgente, radical y sostenida los irracionales e insostenibles patrones de producción y consumo del capitalismo que están destruyendo el medio ambiente y la biodiversidad, solucionar el problema de la deuda externa y otorgar un trato comercial especial y diferenciado a los países en desarrollo.
Las naciones industrializadas deben y pueden asumir su responsabilidad histórica y atender con urgencia los nocivos efectos del cambio climático, que están impactando también en la disponibilidad, el acceso, la calidad y estabilidad de los alimentos.
Para comenzar, bastaría con que cumplan sus compromisos de financiación para el desarrollo y cooperación internacional.
No es posible olvidar la advertencia que hace 25 años lanzó el líder histórico de la Revolución Cubana, Fidel Castro Ruz, en la Cumbre sobre la Alimentación en Roma, y cito: “Las campanas que doblan hoy por los que mueren de hambre cada día, doblarán mañana por la humanidad entera si no quiso, no supo o no pudo ser suficientemente sabia para salvarse a sí misma”.
En nombre de mi pueblo, castigado vilmente por un gobierno ajeno que no ha podido someterlo, reitero aquella advertencia con la gravedad y la urgencia que le imponen los 25 años transcurridos.
Muchas gracias.
Hay que luchar porque prevalezcan la solidaridad, la cooperación y el respeto mutuo
- Intervención de Miguel Mario Díaz-Canel Bermúdez, Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba y Presidente de la República, en el Debate General del 76 Periodo Ordinario de Sesiones de la Asamblea General de las Naciones Unidas, desde el Palacio de la Revolución, 23 de septiembre de 2021, “Año 63 de la Revolución”.
Señor Secretario General;
Señor Presidente:
Vivimos tiempos inciertos. Bajo el impacto demoledor de una pandemia que ha agudizado las inequidades estructurales y la crisis global, el papel del multilateralismo y el de las Naciones Unidas resultan cada vez más importantes. Y la cooperación internacional ha sido insuficiente.
La aplicación de recetas neoliberales durante décadas ha reducido las capacidades de los Estados para atender las necesidades de sus poblaciones.
Los más vulnerables han quedado desprotegidos, mientras las naciones ricas, las élites y las transnacionales farmacéuticas incrementan sus beneficios.
Unir esfuerzos y voluntades por el bien de la humanidad, hoy no solo resulta urgente. Es moralmente impostergable.
Más de 4,5 millones de personas han muerto por causa de la pandemia que ha empeorado las condiciones de vida en el planeta. Sus secuelas e impacto en todas las sociedades hoy resultan incalculables, pero ya se sabe que no serán efímeros.
Lo afirma el Informe sobre los Objetivos de Desarrollo Sostenible 2021, en tanto la Organización Internacional del Trabajo prevé que en 2022 existan en el mundo 205 millones de personas desempleadas.
A la vista de todos, ya está seriamente comprometido el Objetivo de Desarrollo Sostenible de erradicar la pobreza para 2030, fecha para la que se proyecta una tasa de pobreza mundial del 7 %, es decir, alrededor de 600 millones de personas.
En este desolador contexto, las vacunas contra la COVID-19 fueron la esperanza. Más de 5 000 millones de dosis habían sido administradas globalmente en agosto de 2021; sin embargo, más del 80 % de ellas se aplicó en países de ingresos medios o altos, cuyas poblaciones representan mucho menos de la mitad de los habitantes del planeta.
Cientos de millones de personas en países de bajos ingresos aún esperan su primera dosis y no pueden estimar siquiera si alguna vez la recibirán.
Mientras esto sucede, resulta inconcebible que en 2020 el gasto militar mundial fue de casi 2 billones de dólares estadounidenses. ¿Cuántas vidas se habrían salvado si esos recursos se hubieran destinado a la salud o a la producción y distribución de vacunas?
Las posibles respuestas a esa pregunta pasan por un cambio de paradigma y por transformar un orden internacional profundamente desigual y antidemocrático, que antepone el egoísmo y los intereses mezquinos de una minoría a las legítimas aspiraciones de millones de seres humanos.
No nos cansaremos de repetir que deben cesar el despilfarro de los recursos naturales y los irracionales patrones de producción y consumo del capitalismo, depredadores del medio ambiente y causantes del cambio climático que amenaza la existencia de la especie humana.
El esfuerzo debe ser colectivo, pero los países desarrollados tienen la obligación moral de asumir la más alta responsabilidad por ser los principales causantes de la situación actual y disponer de los recursos para ello.
Hay que luchar porque prevalezcan la solidaridad, la cooperación y el respeto mutuo si se quiere dar una respuesta efectiva a las necesidades y anhelos de todos los pueblos, y preservar lo más valioso: la vida y la dignidad humanas.
Nuestros pueblos tienen derecho a vivir en paz y seguridad, al desarrollo, al bienestar y la justicia social. Una Organización de Naciones Unidas revitalizada, democratizada y fortalecida está llamada a desempeñar un papel central en este esfuerzo.
Señor Presidente:
Bajo el liderazgo y con la instigación permanente de los Estados Unidos se está promoviendo un peligroso cisma internacional.
Con el pernicioso uso y abuso de las medidas de coerción económica, devenido en instrumento central de la política exterior de los Estados Unidos, el gobierno de ese país amenaza, extorsiona y presiona a Estados soberanos para que se pronuncien y actúen contra aquellos que identifica como adversarios.
Exige a sus aliados construir coaliciones para derrocar gobiernos legítimos, incumplir compromisos comerciales, abandonar y prohibir determinadas tecnologías, y aplicar medidas judiciales injustificadas contra ciudadanos de los países que no se les someten.
Suele usar el término «comunidad internacional» para definir al pequeño grupo de gobiernos que acompaña, sin cuestionar jamás, la voluntad de Washington. El resto de los países, la inmensa mayoría de esta organización, parece que no tenemos cabida en la definición de «comunidad internacional» que preconiza Estados Unidos.
Es un comportamiento asociado a la intolerancia ideológica y cultural, con una marcada influencia racista y propósitos hegemónicos. No es posible ni aceptable que se identifique el derecho al desarrollo económico y tecnológico de una nación como una amenaza; como no es posible cuestionar el derecho de todo Estado a desarrollar el sistema político, económico, social y cultural soberanamente elegido por su pueblo.
En pocas palabras: Hoy estamos asistiendo a prácticas políticas inaceptables en el contexto internacional, que van contra el compromiso universal de defender la Carta de las Naciones Unidas, incluido el derecho soberano a la autodeterminación. Estados independientes y soberanos están siendo conducidos bajo múltiples presiones para subordinarse a la voluntad de Washington y a un orden basado en sus reglas caprichosas.
Señor Presidente:
Durante más de 60 años el gobierno de Estados Unidos no ha cesado, ni un minuto, en sus ataques contra Cuba; pero en este momento crucial y desafiante para todas las naciones, su agresividad supera los límites.
El más cruel y prolongado bloqueo económico, comercial y financiero que se haya aplicado contra nación alguna se ha recrudecido de modo oportunista y criminal en medio de la pandemia, y la actual administración demócrata mantiene vigentes, sin cambios, las 243 medidas de coerción adoptadas por el gobierno de Donald Trump, incluyendo la incorporación de Cuba a la espuria e inmoral lista de países que supuestamente patrocinan el terrorismo.
Es en ese contexto que se lanza contra nuestro país una Guerra No Convencional, a la que el gobierno estadounidense dedica, de manera pública y notoria, fondos multimillonarios, mediante campañas de manipulación y mentiras, que emplean las nuevas tecnologías de la información y otras plataformas digitales para proyectar interna y externamente una imagen absolutamente falsa de la realidad cubana, sembrar confusión, desestabilizar, desacreditar al país y justificar la doctrina de cambio de régimen.
Todo lo han hecho para borrar a la Revolución Cubana del mapa político del mundo. No aceptan alternativas al modelo que conciben para su patio trasero. Su plan es perverso e incompatible con la democracia y la libertad que preconizan.
Pero nuestros enemigos deben tener claro que no entregaremos la Patria y la Revolución que varias generaciones de patriotas nos legaron de pie. Hoy quiero reiterar, ante la respetable y real comunidad de naciones que cada año vota de forma casi unánime contra el bloqueo, lo que expresara hace unos años el General de Ejército Raúl Castro: Cuba no le teme a la mentira ni se arrodilla ante presiones, condicionamientos o imposiciones, vengan de donde vengan.
Señor Presidente:
Los colosales desafíos no nos amilanan. Seguimos creando para Cuba.
Practicamos la solidaridad desinteresada con los que necesitan de nuestro apoyo y también la recibimos agradecidos de gobiernos, pueblos, amigos y de la comunidad cubana en el exterior. Aprovecho para agradecer a todos su respaldo en esta coyuntura, que enaltece los valores de humanidad y la cooperación internacional incondicional y sin injerencia.
Al propio tiempo, en respuesta a solicitudes recibidas y guiada por su profunda vocación solidaria y humanista, Cuba ha enviado más de 4 900 colaboradores, organizados en 57 brigadas médicas, a 40 países y territorios afectados por la COVID-19.
Los consagrados trabajadores de la Salud no han descansado ni un minuto en el combate a la pandemia, fuera y dentro de Cuba.
Son los mismos que salieron a las calles a asistir al pueblo haitiano tras el devastador terremoto de hace apenas unas semanas. Los que viajan del lugar más remoto a una provincia cubana y, sin quitarse el polvo del camino, van a entregar su experticia y sus saberes a la misión de salvar vidas.
Son mucho más que héroes cotidianos, orgullo de nuestra nación y símbolo de su vocación de justicia. Decenas de personalidades y miles de personas han firmado su candidatura para el Premio Nobel de la Paz.
Igualmente, nos enorgullece la comunidad científica cubana que, en medio de enormes carencias, creó tres vacunas y dos candidatos vacunales contra la COVID-19. Ellos representan la concreción de la idea del Comandante en Jefe de la Revolución Cubana, quien afirmó en 1960 que el futuro de nuestra patria tiene que ser necesariamente un futuro de hombres de ciencia.
Gracias al apoyo de nuestras mujeres y hombres de ciencia y del personal de la Salud, en los primeros 10 días del presente mes se habían administrado más de 15,8 millones de dosis de las vacunas Abdala, Soberana 02 y Soberana Plus, y un 37,8 % de la población cubana tenían completado el esquema de vacunación.
Aspiramos a la inmunización total de la población a fines de 2021, lo que nos permitirá avanzar en la lucha contra el rebrote de la pandemia.
Señor Presidente:
Ratificamos la aspiración de total independencia para Nuestra América y de ser parte de una región latinoamericana y caribeña económica y socialmente integrada, capaz de defender el compromiso de la Proclama de América Latina y el Caribe como Zona de Paz frente a las pretensiones de reimponer la Doctrina Monroe y la dominación neocolonial.
Nos oponemos a los intentos de desestabilizar y subvertir el orden constitucional y la unión cívico-militar y destruir la obra iniciada por el Comandante Hugo Chávez Frías y continuada por el presidente Nicolás Maduro Moros a favor del pueblo venezolano.
Ratificamos que la República Bolivariana de Venezuela contará siempre con la solidaridad de Cuba.
Reiteramos nuestro firme respaldo al hermano pueblo nicaragüense y a su Gobierno de Reconciliación y Unidad Nacional, dirigido por el Comandante Daniel Ortega, que defiende valiente y dignamente sus logros frente a las amenazas y acciones injerencistas del gobierno de Estados Unidos.
Acompañamos a las naciones del Caribe en su reclamo de justas reparaciones por los horrores de la esclavitud y la trata de esclavos. Apoyamos su derecho a un trato justo, especial y diferenciado, indispensable para enfrentar los retos derivados del cambio climático, los desastres naturales, el injusto sistema financiero internacional y las difíciles condiciones que impone la pandemia de la COVID-19.
Reafirmamos que el hermano pueblo de Puerto Rico debe ser libre e independiente luego de más de un siglo sometido a la dominación colonial.
Nos solidarizamos con la República Argentina en su legítimo reclamo de soberanía sobre las islas Malvinas, Georgias del Sur y Sandwich del Sur y los espacios marítimos circundantes.
Reiteramos el compromiso con la paz en Colombia. Estamos convencidos de que la solución política y el diálogo entre las partes es la vía para alcanzarla.
También demandamos el cese de la injerencia externa en Siria y el pleno respeto a su soberanía e integridad territorial, al tiempo que apoyamos la búsqueda de una solución pacífica y negociada a la situación impuesta a esa hermana nación.
Reclamamos una solución justa, amplia, integral y duradera al conflicto en el Oriente Medio, que pasa por el fin de la ocupación israelí de los territorios palestinos usurpados y el ejercicio del derecho inalienable del pueblo palestino a construir su propio Estado dentro de las fronteras anteriores a 1967, con su capital en Jerusalén Oriental.
Condenamos las medidas coercitivas unilaterales impuestas a la República Islámica de Irán.
Reafirmamos nuestra invariable solidaridad con el pueblo saharaui.
Condenamos enérgicamente las sanciones unilaterales e injustas contra la República Popular Democrática de Corea.
Reiteramos el inquebrantable respaldo al principio de Una Sola China, y nos oponemos a cualquier intento de lesionar la integridad territorial y soberanía de la República Popular China, así como a la injerencia en sus asuntos internos.
Rechazamos la intención de extender la presencia de la OTAN hasta las fronteras de Rusia, la interferencia en sus asuntos inherentes a su soberanía y la imposición de sanciones unilaterales e injustas en su contra.
Demandamos el fin de la intromisión extranjera en los asuntos internos de la República de Belarús y reiteramos la solidaridad con el presidente Alexander Lukashenko y el hermano pueblo bielorruso.
Naciones Unidas no puede ignorar la lección en Afganistán. Tuvieron que pasar dos décadas de ocupación, con un saldo de miles de muertos, 10 millones de personas desplazadas y billones de dólares en gastos, que se convierten en ganancias del complejo militar-industrial, para llegar a la conclusión de que no se puede prevenir ni combatir al terrorismo con bombas, que la ocupación solo deja destrucción, y que a ningún país le asiste el derecho de imponer su voluntad a naciones soberanas. Afganistán no es un caso aislado.
Ha quedado evidenciado que donde los Estados Unidos interviene se incrementan la inestabilidad, las muertes, el sufrimiento y quedan cicatrices perdurables.
Señor Presidente:
Ratificamos la determinación de Cuba de continuar exponiendo con claridad sus verdades, por mucho que molesten a algunos; de defender principios y valores en los que creemos, de acompañar las causas justas, de enfrentar los atropellos, como hemos enfrentado a la agresión extranjera, al colonialismo, al racismo y al apartheid, y de luchar sin descanso por la mayor justicia, prosperidad y desarrollo de nuestros pueblos, que merecen un mundo mejor.
Muchas gracias.
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