El doctor en derecho Guy Malaterre es un hombre, que lleva casi cuatro décadas de amistad con Cuba, con su pueblo y con su Revolución, que admira la tenacidad y resistencia de un país que no abandona sus sueños de justicia social y de solidaridad hacia otras naciones en medio de un mundo desigual y complejo. Leer el resto de esta entrada »
Después de más de ocho años de estabilidad y progreso, especialmente nuestros jóvenes tienden a olvidar lo que era el viejo país: un Ecuador sin proyecto nacional, inmovilizado por los grupos fácticos con poder de veto, desde la supuesta izquierda radical y siempre violenta, hasta la derecha bancaria, pasando por supuestos gremios empresariales.
No importaba quién ganara en las elecciones y cuál programa fuese votado en las urnas. Frente al fraccionamiento del poder, “ellos” decidían qué era lo que se podía hacer o no.
¿Cómo se ‘procesaban’ estos conflictos? Con la entrega de nuestros colegios al MPD, de la educación bilingüe a Pachakutik y Conaie, Banco Central y Superintendencia a ciertos grandes bancos, permitiendo a los medios de comunicación su impunidad y privilegios, con ministros impuestos por las cámaras de producción. En definitiva, el reparto de la Patria cual botín entre piratas.
Así se generaba un ‘statu quo’ que complacía a todos estos poderes fácticos, pero que tenía al país entre los más atrasados de América Latina. Esta perversa situación fue pulverizada por la Revolución Ciudadana, irrumpiendo con un proyecto nacional con inmenso apoyo popular, y que los de siempre llaman “autoritarismo” y “concentración de poderes”.
El cambio de las relaciones de poder en favor de las grandes mayorías y en detrimento de pocos pero poderosos grupos es lo que mejor define a nuestra Revolución. Se trata de la transformación de un estado aparente, representando tan solo los intereses de ciertos sectores, en un estado integral, representando el bien común, la razón de ser de la autoridad política.
Aprovechando un año difícil y la restauración conservadora a nivel regional y mundial, estas fuerzas derrotadas una y otra vez en las urnas quieren reconstituirse. Saben que no podrán gobernar porque son absolutamente disímiles y fraccionadas, pero quieren recuperar su poder de veto. Esa es la explicación de las últimas marchas y “demostraciones” de fuerza.
Estamos ante un desafío como el 30S. Ahora o nunca el Ecuador da un salto cualitativo hacia una verdadera democracia, hacia un verdadero estado de derecho, donde ningún grupo, por importante que se crea, pueda imponer su agenda política si no ha ganado en las urnas. De fracasar en esta prueba, el país volverá a ser rehén eterno de los grupos que no proponen, tan solo imponen.
La amoralidad de ciertos actores niega hasta lo evidente. Las protestas estuvieron llenas de violencia, y graves delitos, incluidos secuestros, torturas y tentativas de asesinatos. Hoy nuevamente intentan la “justicia del tumulto”, es decir, con marchas y acciones de fuerza, dejar los graves delitos cometidos sin sanción ni responsabilidades.
Si queremos seguir adelante como país, nadie puede estar por encima de la ley. Esta es una prueba decisiva de la fortaleza de las instituciones de la Patria.
Este es un gobierno fuerte, sabremos resistir, pero es un error pensar que se trata de nombres o personas. El problema de fondo es el poder perdido por los grupos de siempre, así usen poncho o corbata ejecutiva.
El dilema es volver al viejo país del poder de veto, o seguir gobernando en función del bien común, siempre con la opción preferencial por los más pobres.
Es el Gobierno el que ha hecho un llamado al diálogo para discutir cómo tenemos una sociedad más justa, equitativa y solidaria
Pabel Muñoz es el titular de Senplades, la Secretaría de Planificación y Desarrollo de Ecuador. Recientemente, Rafael Correa lo eligió para que coordine el “Diálogo por la Equidad y la Justicia Social”, luego de las movilizaciones de la derecha ecuatoriana contra los proyectos de redistribución que promovió el gobierno ecuatoriano.
En esta entrevista exclusiva con La Época, Muñoz da cuenta de la situación del proceso de diálogos, y además describe el momento político que vive su país, con “posiciones contradictorias, hipócritas y cínicas” de parte de la oposición conservadora y los medios hegemónicos de comunicación.
Juan Manuel Karg (JK).- ¿Cuál es la situación actual de los diálogos en Ecuador, luego de las movilizaciones contra el gobierno de Correa meses atrás?
Pabel Muñoz (PM).- Se puede hacer un primer balance: estamos a dos meses de iniciado el proceso de diálogos, y nos ha ido muy bien. Primero, por la cantidad de actores que hemos logrado sumar: a este momento hay 1767 organizaciones sociales con las que hemos podido conversar. Esto supone que hemos sentado a la mesa a cerca de 30 mil ciudadanos, más allá de todos los que son representados por esas organizaciones. El diálogo ha desbordado a la propia iniciativa ejecutiva.
Un segundo elemento tiene que ver con los efectos políticos, bajo la idea de devolver el escenario político a la ciudadanía. Eso es fundamental: que vuelva a ser la ciudadanía ecuatoriana la que recupera el espíritu constituyente, el poder constituyente.
Un último elemento tiene que ver con la recuperación de valores de democracia participativa. No han estado perdidos: estamos abocados a ellos desde el primer día que somos gobierno. Lo bueno es que ahora hay una recreación de estas herramientas. Tenemos los Consejos Sectoriales Ciudadanos, que son instancias donde los ministerios ponen a diálogo y consulta el diseño de la política pública y su evaluación. Con el “Diálogo por la Equidad y la Justicia Social” se fortalece nuestra vocación por la democracia participativa.
JK.- La oposición ecuatoriana suele tildar al gobierno de Correa de autoritario. Sin embargo, cuando este convoca a los diálogos, buena parte de esa oposición no va. ¿Cómo se explica esto?
PM.- El escenario político ecuatoriano devela posiciones contradictorias, hipócritas y cínicas. Esto se amplificó en las últimas semanas. Al gobierno se le tilda de autoritario, se suele decir con absoluta ligereza que aquí se vive una dictadura, que cuando se aprobó la Ley de Comunicación la sociedad entraba a una lógica de mordaza, donde supuestamente no se podía decir lo que se piensa sobre la situación política y económica. Pero lo dicen todos los días. Todos los días en medios de comunicación sectores de la oposición dicen que viven bajo una dictadura, con un gobierno autoritario. Y lo dicen abiertamente.
Es el gobierno el que ha hecho un llamado al diálogo, para discutir como tenemos una sociedad más justa, más equitativas, más solidaria. Y estos sectores se autoexcluyen, dicen que nosotros conversamos con nosotros mismos. No es así: nosotros estamos ahora conversando con sectores que ponen elementos muy críticos a la política pública. Por ende, hay ahí una contradicción profunda en los sectores de la oposición.
En épocas anteriores, el movimiento indígena se movilizaba pidiendo que el gobierno abra un espacio de diálogo. Ahora hay una movilización cuya última consigna es no asistir al proceso de diálogo. Eso da mucho para analizar de cuáles son los verdaderos intereses políticos de esas movilizaciones.
JK.- ¿Y cuáles son esos intereses? ¿Qué buscan desde tu perspectiva?
PM.- Son intereses que buscan llegar al poder. Eso me parece legítimo. Pero hay que esperar a las elecciones de 2017 para eso. Hoy estamos en pleno proceso de un gobierno plenamente constituido, de un gobierno absolutamente elegido en términos democráticos, de una manera contundente en las urnas. Nosotros hemos sido elegidos ya en tres ocasiones. Hemos ganado diez elecciones en estos ocho años y medio. Y el último proceso electoral ganamos por segunda vez en primera vuelta con más del 53% de los votos, más de 5 millones y medio de ecuatorianos.
Podemos discutir todo lo que se quiera en ampliar nuestra oferta programática, en mejorar nuestra política pública. Pero con consignas que de alguna manera tienen un sustrato de querer violentar el orden constituido y democrático, hay poco que conversar..
JK.- El gobierno ecuatoriano recibe embates a diario de una parte de la prensa hegemónica en el país, creo incluso por encima de lo que se vive en otros países. ¿Es así? ¿Tenés esa percepción?
PM.- Creo que los medios de comunicación en la región, o una parte de ellos, son muy críticos a los procesos progresistas. Hay que ver lo que pasa con los casos de Argentina, Bolivia, Venezuela y Uruguay. Allí se presentan críticas en diversas intensidades. Pero en el Ecuador las críticas al gobierno, el comportamiento duro de los medios de comunicación, es mayor que en el promedio latinoamericano. Y sin embargo luego dicen que no se respeta la libertad de expresión. Es decir: es esquizofrénico ese escenario.
Nosotros vivimos de lunes a viernes una batalla cotidiana de tres episodios: el primero, que empieza a las siete de la mañana y termina a las nueve; luego, al mediodía, a la hora del almuerzo; y por último, en los noticieros de cierre del día. Como gobierno, podemos hacer un montón de cosas buenas: la forma en que estas noticias aparecen en los medios es mediante un goteo. Pero si cometemos errores, aparecen bajo la forma de titulares, y está todo el mundo opinando de eso.
Creo que se hace poco periodismo informativo, y se hace mucha, muchísima, opinión de los actores de la oposición. Las tintas están cargadas en señalar los errores, en dañarle el ánimo a la gente. Quieren provocar que el ciudadano empiece mal su día: desde las siete de la mañana se le dice que la política va mal, que la economía va mal, etc.
JK.- ¿En Ecuador los medios son un actor más político que mediático, entonces?
PM.- Totalmente. Y luego dicen que aquí no hay libertad de expresión.
En los últimos años hemos sido testigos de una nueva ofensiva desestabilizadora contra algunos los países de América Latina con acento en Venezuela, luego Argentina, hace días en Ecuador y ahora Brasil, para que las fuerzas opositoras retomen el control de la región. Esa ofensiva seguramente generará la reconfiguración de la búsqueda del poder, a partir de la puesta en marcha de la Alianza del Pacífico.
A estos procesos desestabilizadores con matices diferentes se los ha llamado “golpes suaves”, porque su estrategia ya vino desde golpes judiciales, policiales hasta el método de “calentar las calles”, o lo que sucede en Venezuela, a través del ocultamiento y escasez de alimentos, para generar pánico y digan que no existe nada en los mercados de venta, cuando se ha comprobado que ingentes cantidades de artículos de primera necesidad, habían estado enterrados.
Este fenómeno de golpes suaves, lo encontramos también cercanamente a nosotros y, nuestros ojos y oídos son testigos. La coyuntura se ha puesto más difícil para Bolivia, el poder de algunos medios de comunicación ha creado un imaginario político de catástrofe y miedo y, con sus métodos sensacionalistas han ingresado en una fase donde muestran que se vive un estado de incredulidad de la democracia, inseguridad informativa, que no se respetan las libertades de opinión, de expresión, etc. ¡Entonces para estos, debemos estar en un gobierno de facto!
La demostración más evidente de ese golpe suave en los medios, lo amplifica todos los días el programa de Amalia Pando en ERBOL, los titulares de Página Siete y El Deber, sin quitarle mérito a otros agoreros del terror que también realizan su trabajo en Bolivia, incluso mimetizándose en las organizaciones sociales para agrandar los escándalos, con analistas que les sirven de refuerzo a sus propuestas conspiradoras.
Esa manera de hacer comunicación, nada profesional, ese periodismo de consumo rápido, de insultos y manipulaciones que fluyen desde un programa de radio, elaborado a golpe de tuit, carente de elementos éticos, de equilibrio y de reflexión, han quedado claramente registrados, porque ese periodismo más bien, contribuye a minar la credibilidad de los oyentes y no genera opinión pública responsable.
A ello debemos añadir una evidente dejación de funciones del periodismo al abandonar su principal cometido de informar, de educar u orientar a la ciudadanía para centrarse únicamente en dirigir conceptos e ideas que rompen los principios de la ética, tal es así que se confirma que el tema de la ética está, o de vacaciones o ya no forma parte de los pilares en los que ERBOL, Página Siete y los otros se afirmaban hace un par de años.
La pérdida de credibilidad que padecen tanto la profesión como las y los periodistas coincide con un momento en el que afirman Jesús Sanz y Oscar Mateos: “el mundo que hemos tenido bajo nuestros pies en las últimas décadas parece estar desmoronándose a marchas forzadas”.
En este momento crucial en el que el periodismo es más necesario que nunca, éste ha dejado de ser guardián de la libertad para convertirse en guardián del poder. No es extraño el posicionamiento de estos medios encubiertos en el galimatías de “analistas”, pseudo profesión alimentada durante la época neoliberal-colonial.
Algunos mantienen su postura, sin sonrojarse y creen que atacando a este gobierno, los otros les aplaudirán porque tienen por detrás un sequito de alentadores del pasado y opositores que ahora los ponen a estos medios como sus fans. Sus acólitos locales, de lejos menores en el análisis, se esmeran por horadar el actual potenciamiento del discurso, es entendible que no lo comprendan, se precisa una mente abierta y descolonizada para aproximarse a esta manera de concebir esa realidad.
Esta forma de entender la comunicación, el periodismo, atenta directamente a los principios de los que ellos mismos, hasta hace un tiempo, se llenaban la boca hablando del respeto a la ética, a los preceptos democráticos, etc., ellos mismos patean el tablero y lo único que están haciendo en su caprichosa manera de hacer comunicación, es mostrarse víctimas de un sistema, siguiendo el libreto de los opositores.
La cruzada de ERBOL, como el que pide limosna, agitada por la periodista-vocera de esa radio, montando un escenario tragicómico de que se va y no se va, ya pone en evidencia el bajo nivel por el que atraviesan esos comunicadores, periodistas que hoy por hoy, nos muestran que ya dejaron de cumplir la misión de orientar, de promover el análisis, entonces ya no son ejemplo para las generaciones que un día creyeron en su palabra.
La ciudadanía y los actores políticos y sociales deben estar atentos a esta manera de desarrollar el periodismo, sobre todo de éstos que dicen que fueron parte de la construcción de la democracia, de impulsar una conciencia ciudadana de ejercicio de los derechos y libertades, conceptos que se diluyen tras verificar una práctica falsa, sin plena legitimidad en la manera de desarrollar su práctica comunicativa.
El ciudadano de a pie, el oyente, el lector junto a la sociedad civil, deben mantenerse en vigía y contribuir a la construcción de un periodismo hecho desde abajo, riguroso y veraz, un instrumento al servicio de una comunidad con la que se comparte cotidianamente imaginarios y maneras de interpretar el mundo.
“Cuando se descubrió que la información era un negocio, la verdad dejó de ser importante”. Ryszard Kapunścińsky
*Rafael Artigas, es comunicador e investigador orureño
Ecuador, como otras naciones soberanas e independientes de América Latina, sufre en estos tiempos las consecuencias de la ofensiva global desatada por el imperialismo contra los gobiernos progresistas de la región; una estrategia elaborada para desestabilizar y derrocar procesos democráticos que tienen como objetivo central favorecer a sus pueblos de todas las formas posibles. Mucho se han beneficiado los hijos de la Patria de Eloy Alfaro con las transformaciones políticas, económicas y sociales implementadas en los últimos ocho años por la Revolución Ciudadana. Los grupos oligárquicos de ese país que tratan de llevar a cabo una vez más un golpe de estado, mienten, crean confusión, promueven la violencia en las calles y para ello utilizan los medios de comunicación que les hacen el juego.
La Asamblea Nacional del Poder Popular de la República de Cuba expresa la más firme solidaridad con la Asamblea Nacional del Ecuador y con su gobierno electo democráticamente, que encabeza el presidente Rafael Correa.
Como se expresara en la Declaración de nuestro Gobierno, instamos a respetar el ordenamiento jurídico del Ecuador y a rechazar enérgicamente cualquier injerencia en los asuntos internos de ese país.
Solicitamos a los legisladores del mundo pronunciarse en contra de cualquier manifestación que atente contra la soberanía del Ecuador y a cerrar filas junto a su valiente pueblo.
La Habana, 15 de julio de 2015
Asamblea Nacional del Poder Popular de la República de Cuba
Un estudio publicado este viernes resaltó que el proyecto político liderado por Rafael Correa tiene el apoyo mayoritario de los ecuatorianos, a pesar de la violencia y manipulación mediática de los sectores adversos.
El presidente de Ecuador, Rafael Correa, destacó este sábado el apoyo popular con el que cuenta la Revolución Ciudadana, a pesar de la manipulación mediática y desinformación de la derecha ecuatoriana contra su Gobierno.
«El respaldo aumenta en la misma medida en que los ciudadanos se dan cuenta de la manipulación que hace la oposición alrededor de los proyectos de ley de la herencia y la plusvalía», afirmó el mandatario en su informe semanal de labores Enlace Ciudadano, desde Puerto López, ubicado en la provincia costera de Manabí.
Correa basó sus comentarios en el más reciente estudio realizado por la encuestadora local Perfiles de Opinión, el cual develó que un 65,6 por ciento respalda el proyecto político de la Revolución Ciudadana, porcentaje que el Presidente estima que muy pronto sobrepasará el 80 por ciento.
De los 622 entrevistados, 50,8 por ciento catalogó la labor gubernamental como buena y 14,8 como muy buena, según la medición política.
El jefe de Estado dijo que tal respaldo popular contrasta con las acciones violentas con fines desestabilizadores que han propiciado sectores de la derecha desde el 8 de junio pasado, con la pretensión de derrocar el Gobierno constitucional, utilizando el pretexto de la reforma a la Ley de Herencias y de Plusvalía.
El líder ecuatoriano recordó que hasta el momento ninguno de sus detractores ha podido demostrar que las medidas legislativas afectarán a los pobres y la clase media, dado que solo el 2 por ciento más rico pagaría el impuesto a la plusvalía en caso de aprobarse definitivamente la ley.
A través de un comunicado aseguran que los actos violentos ocurridos en Ecuador son una estrategia elaborada para desestabilizar y derrocar procesos democráticos.
La Comisión de Relaciones Internacionales del Parlamento de Cuba manifestó este sábado su solidaridad a Ecuador y al Gobierno del presidente Rafael Correa, ante los intentos desestabilizadores de la derecha local para generar crisis y violencia en ese país.
«Ecuador, como otras naciones soberanas e independientes de América Latina, sufre en estos tiempos las consecuencias de la ofensiva global desatada por el imperialismo contra los gobiernos progresistas de la región», expresaron en Cuba a través de un comunicado leído por el parlamentario José Rubiera.
El texto destaca que estos actos violentos son una estrategia elaborada para desestabilizar y derrocar procesos democráticos, como el de Ecuador, que a través de la Revolución Ciudadana ha beneficiado al pueblo con las transformaciones políticas, económicas y sociales implementadas en los últimos ocho años.
Instaron a respetar el ordenamiento jurídico de la nación suramericana y a rechazar las injerencias en los asuntos internos de Ecuador. Además, el comunicado denunció que la oligarquía ecuatoriana trata de dar un golpe de Estado, pretenden causar confusión y promover la violencia en las calles a través de los medios de comunicación con mentiras.
Asimismo, los diputados se solidarizaron con el Parlamento ecuatoriano e invitaron a que esa acción sea replicada por otros diputados del mundo para rechazar cualquier manifestación que atente contra la soberanía de Ecuador.
En junio, otro comunicado del Gobierno de Cuba fue emitido para respaldar al pueblo de Ecuador.
En contexto
En las últimas semanas la derecha en Ecuador promovió hechos de violencia en protesta contra leyes de Herencia y Plusvalía, pese a que el presidente Correa anunciara el retiro temporal de este proyecto de ley y llamara al debate nacional.
Este jueves grupos de opositores intentaron reanudar las protestas contra el Gobierno de Ecuador, tras la despedida del papa Francisco a la nación andina. Manifestantes adversos a Correa ocuparon por algunas horas la avenida de Los Shyris, en el centro comercial de Quito (capital), para demandar la derogación de las al Ejecutivo.
Mientras tanto, la Policía Internacional (Interpol) difundió la alerta roja contra los responsables de las agresiones a 3 uniformados y daños en la propiedad pública durante las movilizaciones registradas el pasado 2 de julio.
El presidente de Ecuador, Rafael Correa, resaltó el apoyo popular con que cuenta hoy el proyecto político de la Revolución Ciudadana, pese a la manipulación mediática y desinformación que insisten llevar sectores de la derecha contra su Gobierno para confundir a la población.
“El respaldo aumenta en la misma medida en que los ciudadanos se dan cuenta de la manipulación que hace la oposición alrededor de los proyectos de ley de la herencia y la plusvalía”, sostuvo Correa este sábado en su tradicional informe semanal de labores, radiotelevisado desde la provincia costera de Manabí.
El Mandatario refirió que el respaldo a la Revolución Ciudadana alcanza en estos momentos 65,6%, de acuerdo con un sondeo de la encuestadora local Perfiles de Opinión y, a su vez, el Presidente se mostró confiado en que muy pronto sobrepasará 80%.
De los 622 entrevistados, 50,8% catalogó la labor gubernamental como buena y 14,8% como muy buena, según la medición.
El jefe de Estado significó que este respaldo popular contrasta con las acciones violentas desestabilizadoras que han propiciado sectores de la derecha desde el 8 de junio pasado con la pretensión de derrocar el Gobierno constitucional, para lo que han utilizado el pretexto de la reforma a la Ley de Herencias y de Plusvalía, cuyo objetivo es profundizar la redistribución de la riqueza y la equidad social, y que solo pechará a 2% de la población de la nación suramericana, que son dueños de 90% de las empresas y del poder económico de Ecuador.
En junio pasado, el Mandatario ecuatoriano llamó a un debate nacional en torno a este instrumento, así como de otra ley para “las ganancias extraordinarias” (plusvalía) y así evitar la especulación de la tierra, por lo que fueron retirados de la Asamblea Nacional (AN).
El Presidente refirió este sábado que hasta ahora ninguno de sus detractores le ha demostrado que las medidas legislativas afectarán a los pobres y la clase media.
Insistió en que con el eventual incremento de los impuestos a la herencia y la plusvalía lo que se busca es una mejor distribución de la riqueza y acabar con la especulación de la tierra, respectivamente, además de que afectarían apenas a 2% más rico de la población, insistió.
La mayoría de ecuatorianos considera muy buena la gestión del presidente del país, Rafael Correa.
De acuerdo con el resultado del sondeo realizado por la encuestadora Perfiles de Opinión y divulgado este jueves en algunos medios ecuatorianos, un 65 por ciento de ciudadanos del país sudamericano aprueba los logros conquistados por la Revolución Ciudadana.
En este sentido el jefe de Estado, ha calificado el apoyo expresado por el pueblo de “genuino”, lo cual, a su criterio, no ocurre del mismo modo con las llamadas manifestaciones antigubernamentales que convoca la oposición.
También se analizó la gestión del alcalde de Quito (capital), Mauricio Rodas, quien registró un 4,6 por ciento de gestión muy buena y 40,2 por ciento buena, frente a un 40,2 por ciento que considera su trabajo como mala.
El pasado 1 de julio, el mandatario denunció que la ultraderecha de su país pretendía imponer un golpe de Estado bajo la excusa de oponerse a la ley de Redistribución de la Riqueza (herencias).
A finales de 2014 un sondeo realizado por la encuestadora CEDATOS entre el 18 y 24 de diciembre sobre una muestra de 2168 personas mostró que la gestión del presidente Correa cuenta con el respaldo del 60 % de los ciudadanos, lo que ha sido considerado por el mandatario como muestra del apoyo popular “espontáneo”.
Ecuador es escenario de movilizaciones, tanto a favor como en contra del Gobierno de Correa, después de que el 5 de junio presentará un proyecto de ley a la Asamblea Nacional, denominado la Ley de Herencias o Redistribución de la Riqueza, para cargar la riqueza (herencias) y las ganancias extraordinarias (plusvalía) con nuevos impuestos: iniciativa que ayudará, de acuerdo con la Administración de Correa, a combatir los niveles de pobreza extrema.
El pasado 15 de junio, miles de ecuatorianos se congregaron frente al Palacio de Gobierno con la finalidad de mostrar su apoyo a la gestión del presidente. En ese acto, el mandatario, también, pronunció un discurso y cuestionó la campaña de desinformación orquestada por los opositores.
Cabe recordar que, tanto algunas organizaciones regionales como los mandatarios de distintos países latinoamericanos han expresado su respaldo a Correa ante los denominados intentos de desestabilización de la derecha.
En ese sentido, la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) repudió el martes las movilizaciones contra la Administración ecuatoriana. La Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA), igualmente, expresó su solidaridad con el jefe de Estado de Ecuador.
Asimismo, el mandatarios de Venezuela, Nicolás Maduro, manifestó el pasado 15 de junio su apoyo a Correa, mientras el mandatario de Bolivia, un día después, condenó la injerencia de los Estados Unidos en América Latina.