
Las enfermeras que cuidaron a Mailén, y que estuvieron a su cabecera, velándola y atendiéndola como a una princesa, aún se enternecen al mencionarla. Foto: Maykel Espinosa Rodríguez
Tras más de 70 días de una fiera batalla por su vida, Mailén Díaz Almaguer parte del hospital Calixto García, donde ha dejado un antes y un después. Ya lo más duro ha pasado. La rescataron de impredecibles zarpazos de la muerte, y ahora comenzará una nueva fase de estabilización y rehabilitación en el Hermanos Ameijeiras.
Mientras la trasladan en camilla hacia la ambulancia, la joven lanza besos al aire como solo puede hacerse a los 19 años. Y llora hacia adentro, silenciosamente, con una precoz nostalgia. Del lado de acá, también lloran los “sanadores” primeros de la única sobreviviente del accidente aéreo del 18 de mayo pasado en La Habana: médicos, enfermeras, sicólogos y demás trabajadores del Calixto, contagiados para siempre del síndrome afectivo que les ha legado Mailén. Sienten su ausencia luego de tantas jornadas sin relojes ni descansos por salvarla.