La administración Trump dio el pistoletazo de arrancada. Tribunales y jueces andan expectantes ante la previsible avalancha de casos. La jauría miamera se alebresta. El capítulo III de la ley Helms-Burton ha entrado en vigor con todo su carga de odio, irracionalidad y extraterritorialidad imperial. La Ley Garrote o Ley de la Esclavitud se planta amenazante ante el mundo.
El primer caso abierto en tribunales no carece de simbolismos. Arremete contra la industria de cruceros, que ha crecido extraordinariamente en los últimos años en cantidad de viajes a Cuba. Limitar, conculcar, prohibir los viajes a Cuba es una obsesión del gobierno estadounidense y sobre todo de la ultraderecha anticubana. Lo fue antes, y lo es ahora mucho más.
Según las agencias noticiosas, la empresa de cruceros Carnival fue demandada este jueves en los tribunales federales de Miami por el uso de instalaciones portuarias en Cuba que después de la revolución de 1959 fueron nacionalizadas o expropiadas.