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La Mujer alma de la nación

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La mujer cubana siempre ha sido vanguardia, ejemplo ante la nacion.“Las mujeres constituyen un verdadero ejército al servicio de la Revolución…La mujer es una Revolución dentro de la Revolución … Cuando en un pueblo pelean los hombres y pueden pelear las mujeres, estos pueblos son invencibles, y la mujer de este pueblo es invencible.”.
                                                                                                                                       Fidel Castro Ruz

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una selección, que siempre será incompleta, de algunas de esas féminas que hoy hacen la diferencia en distintas regiones del mundo

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La prensa cubana ofrece una selección, que siempre será incompleta, de algunas de esas féminas que hoy hacen la diferencia en distintas regiones del mundo.

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bainformación.- Cada vez que abordo este asunto, hago un esfuerzo marcado para lograr armonía entre lo que pienso y la emoción que me provoca referirme al tema. Quizás en este lance la conmoción que me acompaña sea superior, pues escribo hoy a propósito del Día Internacional de la Mujer con la premisa del deber de dedicarle ante todo un Reconocimiento especial a Isabel Moya, esa grande del periodismo cubano y auténtica feminista cubana que partió recientemente (1). En un balance sucinto, con Naciones Unidas resalto el pasaje de Lisístrata —obra de teatro del dramaturgo Aristófanes que describe la primera huelga sexual concretada en la antigua Grecia para poner fin a la guerra— y el acto de las parisienses que durante la Revolución Francesa con el lema “libertad, igualdad y fraternidad” marcharon hacia Versalles para exigir el sufragio femenino (2). Sin duda, he aquí antecedentes en el largo camino de la lucha y/o festejo en ocasión de la efeméride en torno a la emancipación de la Mujer. Mas, significo que la organización que agrupa al grueso de los Estados a nivel planetario pasa por alto un par de sucesos relacionados directamente con la efeméride en causa: uno, la connotación del 8 de Marzo se debe a que ese día en 1857 las trabajadoras de la industria textil de Nueva York habían organizado la “marcha de las cacerolas vacías” para protestar contra las pésimas condiciones laborales y los salarios insuficientes (3); dos, la comunista Clara Zetkin propuso en la Segunda Conferencia de Mujeres Socialistas que tuvo lugar en Copenhague, Dinamarca, el 27 de Agosto de 1910, establecer la octava jornada del tercer mes del año como Día Internacional de la Mujer (4). Respecto a Cuba, el recuento me conduce a subrayar que tiene el mérito histórico de estar entre las naciones de América Latina —y en general, del Tercer Mundo— que no tardaron mucho en celebrar la importante fecha: la primera vez fue en 1931, bajo el terror implantado por la dictadura del presidente Gerardo Machado, cuando grupos de combativas trabajadoras manuales e intelectuales aglutinadas por la Confederación Nacional Obrera de Cuba, la Federación Obrera de La Habana y otras organizaciones vinculadas al Partido Comunista efectuaron el acto en el Centro Obrero de Cuba, en la capital del país (5). Desde entonces, el Día Internacional de la Mujer en el archipiélago nacional fue adquiriendo más y más relevancia, sobre todo posterior a Enero de 1959. Por mi parte, aludí a la trama en cuestión hace una década con el rótulo “Privilegiar a la mujer, justicia suprema” (6); cuatro años después en el título “Cuba vs. situación de la mujer en el Mundo”, a propósito de un aniversario de la Federación de Mujeres Cubanas (7); y el 7 de Marzo de 2014 en “Mujer: ¿situada en el altar de la vida?” donde acredité que quedaba/queda mucho por hacer, que la ONU es una oportunidad y que en nuestro Socialismo está un referente (8). No obstante, en este minuto me resulta inaplazable insistir en el tema de cara al juicio emitido por Ailynn Torres Santana en “Paro Internacional de Mujeres… ¿Cuba?” escrito para Oncubamagazine y difundido el 12 de Febrero de 2018 (9). Allí, la autora, tras plantearse “Las mujeres cubanas, ¿tenemos razones [para acompañar ese ‘Paro’]?”, apunta: “Se nos recuerda menos —también hay que decirlo— que en nuestro país las mujeres estamos sobrerrepresentadas en los grupos de menores ingresos y en la franja de pobreza [¿?]; subrepresentadas en el sector no estatal de la economía, que es el que provee mayores ingresos [¿?]; que tenemos una mayor carga de horas de trabajo en el hogar y en las actividades de cuidado; que el acoso sexual callejero requiere políticas públicas que lo afronten al igual que los feminicidios y otras formas de violencia [¿? —de modo superlativo]; que contamos con una precaria infraestructura de los cuidados; y que el actual proceso de transformaciones está develando desigual empoderamiento entre hombres y mujeres [¿?], por ejemplo./ Entonces, ¿tiene sentido pensar en el paro? ¿Este 8 de marzo tendrá la misma discreta resonancia que en 2017?”. Para cerrar su razonamiento, Torres Santana expone: “[…] aún sostengo que estamos en otro lugar. Quizás de mayores y mejores preguntas. Frente a ello, ¿en qué claves los medios abordarán el Paro Internacional de Mujeres? ¿Identificaremos algún camino para acompañar el paro? [¿?—de modo superlativo] ¿Pensaremos nuestras razones para parar, o no parar?/ Organizadoras de esta huelga han declarado que el objetivo es que ‘nadie mire para otro lado’. ¿Cuba hacia dónde mirará?”. Y como quien desea despejar cualquier incertidumbre acerca de la tesis principal que subyace en su trabajo de marras, Ailynn dice en la parte correspondiente a los comentarios: “El Paro se pronuncia contra la violencia de género. En Cuba recién se empiezan a tomar acciones institucionales contra la violencia de género (como la creación del primer gabinete jurídico específico para ello) [¿?—de modo superlativo], y se expanden iniciativas como el Proyecto Únete, dirigido a ese mismo problema. Las cifras sostienen el empeño. Según una encuesta realizada por el Centro de Estudios de la Mujer (de la cual aún no se conocen los resultados íntegros), el 81,4 por ciento de las mujeres entrevistadas (que integraron la muestra representativa del país que consideró la investigación) admitieron que existe violencia hacia las mujeres y niñas en Cuba” [¿?—de modo superlativo, por partida doble]. Trato de escapar a la tentación de que el juicio de Ailynn Torres Santana me ocupe más tiempo del que requiere esta ocasión; tanto más, al leer el contenido de la “Convocatoria al Paro Internacional de Mujeres” que evidencia una auténtica/profunda discriminación hacia las damas a escala universal en contraste con el acontecer en la misma dirección en nuestro Caimán Verde (10). Apenas indico que al situar “[¿?—de modo superlativo]” quiero mostrarles a mis lectores/as dónde considero que existe una expresión de realidad que debe ser relativizada, si hablamos con rigor científico; amén de agregar las interrogantes que siguen, al impugnar lo concerniente a ese “81,4 por ciento”: ¿De qué violencia se está discutiendo? ¿Qué se entiende en ese orden de ideas? ¿Será que existe un divorcio entre las políticas públicas del Gobierno Revolucionario en Cuba y el quehacer por alcanzar toda la justicia posible alrededor de nuestras camaradas? No obstante, hago constar que, en efecto, en todo este asunto nos queda por delante mucho a perfeccionar. A modo de ejemplo, pienso que era para ayer la respuesta al título “Mujeres ¿desfavorecidas?” (11). Inquiero: ¿Cómo estar en desacuerdo/dejar de corresponder con la propuesta según la cual debe ser modificada la Ley 105 del 2009 de Seguridad Social para ajustarla a las condiciones de la mujer en términos de la jubilación laboral y que esa Ley tenga un mejor enfoque de género y a la vez estimule y enaltezca el papel de nuestras compañeras en la sociedad socialista? Tal cuestionamiento se deriva de la sugerencia de la Máster en Ciencias Olga Expósito Jorge, profesora de la Universidad de Holguín, aparecido en ese título. Por demás, me permito insistir en lo que expuse diez años atrás, precisamente en mi mencionado rótulo “Privilegiar a la mujer, justicia suprema”: “[…] muy bien que los hombres debemos estar pendiente de cómo dispensar a las mujeres cubanas, asumir cada oportunidad como ocasión propicia para rendirle culto, ir pensando en la posibilidad —por ejemplo— de que cuando las condiciones económicas del país lo permitan, concederles la deferencia de que solamente trabajen institucionalmente dos tercio de la jornada laboral [sin afectar el salario que devengas —aclaro en este momento], al menos mientras que sus descendencias se encuentre en edad estudiantil”. Así, al calor de este Día Internacional de la Mujer, me resulta natural pronunciarme porque multipliquemos nuestros esfuerzos en aras de que las Féminas en la Mayor de las Antillas sean cada vez más enaltecidas. Ello, lejos, muy lejos —sin embargo— de irreconocer que en Cuba es tangible que la Revolución Dignifica a sus Mujeres. ¡Enhorabuena!

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Noel Manzanares Blanco

cubabainformación.- Cada vez que abordo este asunto, hago un esfuerzo marcado para lograr armonía entre lo que pienso y la emoción que me provoca referirme al tema.

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