Celebramos este año el Día de la Cultura Nacional en medio de circunstancias excepcionales. Las restricciones impuestas por la pandemia obligaron a los creadores y a las instituciones a trasladar eventos, presentaciones y debates al ámbito virtual. La televisión apoyó ese gran esfuerzo, y puede decirse que no ocurrió el previsible “apagón” cultural. No obstante, el público acostumbrado a frecuentar los circuitos artísticos sufrió un cambio drástico en sus hábitos culturales y una reducción de sus opciones de enriquecimiento espiritual.
A la pandemia y sus secuelas de toda índole se sumaron los efectos del recrudecimiento del bloqueo, que se hizo más asfixiante que nunca. Enfrentamos limitaciones que obstaculizaron la participación de la población en los procesos culturales y la proyección social de escritores, artistas, instructores de arte y promotores, y de sus organizaciones e instituciones, desde la UNEAC, la AHS, la Brigada José Martí y los Institutos y Consejos del Ministerio de Cultura hasta la red de bibliotecas, museos, casas de cultura y demás entidades provinciales y municipales.
Si echamos un vistazo a nuestra región, advertiremos que el impacto de la epidemia de la covid-19 sobre el movimiento artístico ha sido devastador. Un mensaje circulado en julio de 2020 por la revista Conjunto de la Casa de las Américas denunció la situación desesperada del teatro latinoamericano:
“Mientras grupos y artistas generan iniciativas virtuales para sostener la actividad creadora y la comunicación con el público y con sus colegas de todas partes (…) como impulso vital para impedir que el teatro muera, muchos gobiernos neoliberales, carentes de políticas culturales humanistas e indiferentes a la necesidad de preservación y afirmación de la identidad de sus pueblos, dan la espalda a la cultura y a sus artistas.”
Sin embargo, a diferencia de lo ocurrido allí donde reina el neoliberalismo, la cultura entre nosotros no ha quedado huérfana. En la Cuba satanizada por la maquinaria de mentiras de los medios y las redes sociales, la dirección del país ha seguido respaldando a creadores e instituciones. Protegió en particular a músicos y artistas escénicos no subvencionados, cuyos ingresos provenían de sus actuaciones en espacios públicos. Como dijo Díaz-Canel, “Con el cuerpo herido de dolencias y escaseces, Cuba no olvidó a sus artistas”.
Entretanto, en una clásica maniobra oportunista, el gobierno de los Estados Unidos y el núcleo fascista de Miami decidieron aprovechar la ocasión para reverdecer, con saña particular, su vieja aspiración de dividir a los sectores intelectuales cubanos, distanciar a los creadores de la institucionalidad revolucionaria y pregonar el debut de su quinta columna de “disidentes” tan largamente soñada.
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Llegamos en 2021 al Día de la Cultura Nacional después de conmemorar el aniversario 60 de “Palabras a los intelectuales” y de la fundación de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba, y el 35 de la Asociación Hermanos Saíz.
Estas conmemoraciones no fueron rituales vacíos. Sirvieron para motivar un análisis riguroso y crítico en torno al protagonismo que deben asumir los escritores y artistas en el diseño y la conducción de los programas culturales.
En su discurso del 28 de junio a propósito de “Palabras a los intelectuales”, Díaz-Canel volvió sobre puntos vitales que Fidel había tocado seis décadas atrás. Resaltó que el único camino viable en términos de política cultural es el diálogo. No el “diálogo” falso, como show, que reclaman para las redes y los medios a su servicio los ruidosos anexionistas; sino el “verdadero”, el “real y honesto”.
El propio clima creado por Fidel para aquellos encuentros de junio de 1961, gracias a su humildad y a su capacidad de escuchar, significa, para Díaz-Canel, un ejemplo del modelo de comunicación que debe establecerse entre la vanguardia política y la vanguardia intelectual:
“Esa parte de su discurso es una lección de ética y de solidez cultural, de respeto al otro; es una prueba de cómo funciona el diálogo verdadero, con el oído atento a las voces inconformes o disonantes y la palabra dispuesta a responder, pero no para vencer, sino para aprender, aceptar, convencer: sin prepotencia y sin soberbias estériles. No impone, razona.”
Díaz-Canel, a su vez, reveló sus experiencias cotidianas en ese tipo de intercambios como ejercicio sistemático y fecundante “en el empeño de construir consensos y articular acciones”. Insistió en que continuaría compartiendo muchas ideas con la intelectualidad “en el diálogo vivo, que no ha cesado ni cesará”.
Mencionó al propio tiempo las decisiones tomadas por la dirección del país para preservar la cultura, en medio de las enormes dificultades y carencias del presente:
“No se esperó la demanda de los artistas [dijo]. Se pensó en todos y en sus necesidades fundamentales en un contexto plagado de incertidumbres y malas noticias económicas globales que mantienen en suspenso los magros ingresos de una nación pobre y bloqueada. (…) // Eso no tiene otro nombre que Continuidad. Aquel diálogo de 1961 está vivo, aunque en más de un momento en estos años lo hayamos descuidado, pospuesto, malentendido y puede que hasta maltratado”.
Despejó asimismo cualquier temor de que pudieran regresar las posiciones dogmáticas y sectarias que distorsionaron en una época nuestra política cultural.
Hay que aprender del pasado, dijo, “para que las experiencias negativas no se repitan y tampoco se eternicen en la memoria con efecto paralizador; para que las positivas se sistematicen; para que los miedos infundados no se tornen creíbles; para que los oportunistas y mediocres no tengan jamás poder sobre la creación; para que los mercenarios no desprestigien nuestro abanico cultural; para que la crítica se haga desde lo artístico y lo profesional y no desde las apreciaciones externas, que suelen ser estériles y producir reacciones contrarias; para que la Revolución que se hizo por la justicia y la libertad no dé pie a confusiones que las nieguen”.
Subrayó además aspectos definitorios con respecto a la libertad de creación y al alcance del “dentro de la Revolución” formulado por Fidel y revisitado en la contemporaneidad:
“…la obra de arte tiene no solo el derecho sino la misión de ser provocadora, arriesgada, desafiante, cuestionadora, también enaltecedora y emancipadora. Someterla a la censura subjetiva y cobarde es un acto de lesa cultura. La libertad de expresión en la Revolución sigue teniendo como límite el derecho de la Revolución a existir”.
“Dentro de la Revolución”, ratificó, “sigue existiendo espacio para todo y para todos, excepto para quienes pretenden destruir el proyecto colectivo”. Martí “excluyó a los anexionistas de la Cuba con todos y para el bien de todos” y Fidel hizo lo mismo en 1961 con “los incorregiblemente contrarrevolucionarios”. Del mismo modo, “en la Cuba de 2021 no hay cabida para los anexionistas de siempre ni para los mercenarios del momento”.
Díaz-Canel desmontó el juego sucio del enemigo, sus intenciones, sus modos de actuar y de mentir, y adelantó los planes que han tramado para desestabilizarnos:
“No somos ingenuos. Está demasiado claro que nuestros adversarios tratan, por todas las vías, de provocar un estallido social y han escogido para inducir provocaciones un momento especialmente difícil para el país por los daños acumulados debido al reforzamiento criminal del bloqueo y el desgaste generado por el largo e intenso período de pandemia, asociado a los brotes y rebrotes de la COVID-19. (…) // Preservar, bajo el peor de los ataques, la independencia y la soberanía nacional seguirá siendo la primera prioridad para quien se sienta revolucionario y patriota, aunque esas palabras en ciertos círculos se consideren obsoletas. // Obsoleta es la dependencia, obsoleta es la humillación al poderoso. De todas las libertades, la más preciada es la que nos libera a todos los que compartimos un sentimiento, la que nos inflama de orgullo ante el triunfo de un compatriota, la bandera que se iza y el himno que se entona.”
No es posible hablar hoy del 20 de octubre sin detenerse en este texto tan hondo y convincente de Díaz-Canel.
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Para Fidel la cultura era la clave de la libertad de los seres humanos, de su capacidad para no ser engañados, y el mejor antídoto para sortear las trampas seductoras del consumismo. Podía ser un componente primordial de la calidad de vida, del nivel de vida, en una concepción de la felicidad muy diferente a la promovida por la publicidad capitalista, atada a la acumulación irracional de cosas materiales —con el consiguiente saqueo de los recursos naturales y el acelerado deterioro del medio ambiente.
Pero para Fidel la cultura representa algo más. La llamó más de una vez “escudo y espada de la nación”: el escudo, ese núcleo identitario que atesoramos, nos resguarda de las influencias desintegradoras, como dirían Cintio y Lezama; la espada, por su parte, es capaz de llegar muy lejos y transporta la verdad de nuestro país (y la defiende) en los sitios más remotos.
En 1993, en los días más amargos del Período Especial, Fidel dijo en la UNEAC aquella frase que ha sido recordada con frecuencia: “La cultura es lo primero que hay que salvar.” Se refería al arte y a la literatura, sí, pero igualmente al vínculo cognoscitivo y afectivo entre cultura y nación y a la suma de conocimientos imprescindibles para que el ser humano pueda defender su libertad, su memoria, sus orígenes, y deshacer la vasta telaraña de manipulaciones que le cierran el paso día a día.
Unos cinco años después, en el VI Congreso de la organización, Fidel habló de la globalización cultural. Dijo que era “el más importante de todos los temas, la más grande amenaza a la cultura, no solo a la nuestra, sino a la del mundo”. Había que defender nuestras tradiciones, nuestro patrimonio, nuestra creación, ante el “más poderoso instrumento de dominación del imperialismo”. Y concluyó: “aquí todo se juega: identidad nacional, patria, justicia social, Revolución, todo se juega”.
A la luz de esta severa advertencia, comprendemos más cabalmente la envergadura de la frase sobre “lo primero que hay que salvar” y el impulso personal que dio Fidel a la formación a escala masiva de instructores de arte, a introducir la apreciación artística en el programa televisivo “Universidad para todos”, a constituir talleres de ballet para niños de barrios humildes, a la multiplicación de editoriales en todo el país y a muchas otras iniciativas de difusión lo más amplia posible de la cultura.
Díaz-Canel está pensando en estas ideas de Fidel cuando, en el discurso ya citado, afirma que nuestro enemigo “no ha logrado jamás horadar el muro infranqueable de la sólida cultura e identidad nacional”. De ahí que se empeñe en insertar sus mensajes propios de la chatarra seudocultural, cargados de vulgaridad, “en esos espacios que dejamos vacíos, confiados en que la masificación de la educación y la cultura iban a resolver espontáneamente un acumulado histórico de desigualdades de siglos que no se curan ni en seis décadas de Revolución”.
Y reconoce, con franqueza y transparencia, que “somos responsables también de nuestros índices de marginalidad”. De ahí que no podamos abandonar en ningún momento “la querella abierta por Fidel contra la incultura” desde 1961 y “seguir apostando a la decencia y a la riqueza que aporta al ser humano la cultura artística, sin cansarnos”.
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Desde hace unos días, la “espada” certera e influyente que veía Fidel en la cultura nacional está en México, en el Festival Internacional Cervantino, donde Cuba es el país invitado de honor. Nuestro Ministro, el poeta Alpidio Alonso, preside una numerosa delegación. Entrevistado por el periódico La Jornada, respondió preguntas inevitables acerca de las campañas anticubanas que han querido implicar al sector cultural.
“No existe ningún tipo de confrontación entre las nuevas generaciones y los artistas de la isla con su gobierno”, asegura Alpidio. Y agrega: “el papel de la cultura es central para el proyecto de la revolución y el socialismo cubano que nació hace más de 60 años”.
“No tiene precedente [añade]: la manera en que se ha utilizado de forma perversa la tecnología en función de falsear las cosas y construir una narrativa que adultera todo. (…) El mejor mentís a las campañas de odio y desinformación es la obra misma de los artistas cubanos, con toda su complejidad y diversidad, pues el arte que se auspicia desde las instituciones culturales creadas por la revolución es crítico, no es un arte mojigato ni contemplativo…”
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El 22 de agosto de 1980, el Consejo de Ministros aprobó que el 20 de octubre fuera considerado oficialmente Día de la Cultura Nacional. Hart hablaba con mucho orgullo del significado de que se unieran en esa fecha el poderoso legado de la creación artística y literaria de nuestro país y la tradición patriótica y revolucionaria que se extiende desde 1868 hasta el triunfo de Enero del 59.
El itinerario que nos lleva de Céspedes y Perucho Figueredo hasta los jóvenes que hoy estudian en las escuelas de arte desemboca en Martí y en Fidel y pasa por Rubén, Lam, Alejo, Lezama, Virgilio, Guillén, Cintio, Fina, Alicia, Mariano, Fayad, Retamar, Haydee, Graziella, Barnet, Nancy, Alfredo, Eusebio, Torres Cuevas, Formell, Silvio, Choco y tantos otros. Tiene que ver con la identidad cubana, con sus esencias, con su perfil irrepetible, y tiene que ver de igual forma con los ideales de emancipación y justicia social que han inspirado a nuestros creadores.
Cintio nos recordó en el año sombrío de 1993 que no puede separarse el destino de la Revolución del destino de la patria:
“Lo que está en peligro, lo sabemos, es la nación misma. La nación ya es inseparable de la Revolución que desde el 10 de octubre de 1868 la constituye, y no tiene otra alternativa: o es independiente o deja de ser en absoluto.”
Nación y Revolución, patria y Revolución, no pueden concebirse separadas. Tampoco es posible imaginar la auténtica cultura cubana, la cultura nuestra, vigorosa y genuina, vendiéndose al Imperio, aliándose al anexionismo. Si es realmente cubana, si nace de nuestras raíces, si ha sido gestada por hombres y mujeres (vivan donde vivan) portadores de aquella cubanía que definió Fernando Ortiz, va a estar ligada indisolublemente al binomio de nación y Revolución, de patria y Revolución.
En estos días son muchas las peticiones de algunos lectores y trataré de complacerlos dentro de mis posibilidades, en realidad son sugerencias muy bien aceptadas. Hoy trataré sobre el aguacate, como me solicitó “Preocupada”, quien me pidió que hablara de las propiedades que tiene este fruto, así como los beneficios para la salud y sus diferentes usos, tanto en la cosmetología como en la cocina.
Buscando en la literatura, encuentro este fragmento que sobre el aguacate escribió, en su libro Imagen y posibilidad, José Lezama Lima:
Los cronistas del aguacate llaman pera, sorprendidos de esa mezcla de almendra y de pera, de aceite y de misteriosa linfa. Don Juan Montalvo le llama con desdén carne de perro vegetal y la rehúsa en sus banquetes. Qué horror. Deslumbra tanto como la piña, aunque su carne es muy a lo humano. Gran asimiladora de la lluvia, la piña se le adelanta por su absorción del rocío del amanecer. Pero hay un rocío de la medianoche, casi lluvia de caladillo, que parece irle derechamente a la entraña del aguacate. Esta natural retorta de almendras, regala todos los días de medio año, el puré cotidiano de lo maravilloso incorporado.
(“Corona de las frutas”. En Imagen y posibilidad, página135)
Este fruto, en forma de pera, tiene una masa deliciosa al paladar, untuosa y nutritiva. Puede ser de diferentes formas y variedades, capaz de encontrarse durante todo el año, de acuerdo al país o región.
Su masa amarillo-verdosa, con gran contenido de grasa, muy apreciada tanto para la industria de los cosmético o la culinaria. Su aceite es tan apreciado como el aceite de oliva con bajo o nulo contenido de colesterol. Además, contiene vitaminas A, C, E, y minerales como potasio, calcio, magnesio, fósforo, hierro, cobre y cinc.
Entre sus beneficios tenemos:
Es una excelente mantequilla vegetal.
El aguacate carece de colesterol, por lo que es adecuado para prevenir la aterosclerosis y enfermedades cardiacas. Reduce el colesterol.
Es una fuente de energía y ácido fólico.
Su contenido de vitamina A fortifica la piel.
Debido a su contenido de ácidos grasos es un regulador del sistema nervioso, ayuda en casos de estrés tanto físico como mental.
Protege la visión y reduce el riesgo de desarrollar cataratas.
Ayuda a mantener la piel sana, sirve para tratar quemaduras, dermatitis y ayuda a prevenir las arrugas.
Consejos desde el recuerdo:
Cuando era niña y el pelo tenía aquellas horribles horquetillas por tanto sol, y había aguacates maduros en la casa, lo hacían una papilla y lo untaban en la cabeza, luego lo retiraban con abundante agua y lavaban la cabeza, quedando el pelo suave y con brillo.
Cuando regresábamos de la playa o el río y la piel estaba irritada por el sol, se preparaba una papilla con el aguacate y se aplicaba en la cara, la espalda y todas las parte dañadas.
También se emplea junto con aloe para hacer una mascarilla para mejorar el rosto y evitar arrugas.
A su vez, es muy frecuente emplearlo para adornar algunos platos.
También se pude comer como si fuera una guayaba, con sal.
Durante un tiempo los trabajadores de obras públicas y la construcción comían timbas de pan con aguacate para alimentarse, ya que esto le proporcionaba alimento y fuerza para la faena.
Mantequilla de aguacate
Mantequilla de aguacate. Foto: Rossgastronomica.
Ingredientes (varios servicios):
Un aguacate maduro, 1 cucharada de aceite, 1 cucharadita de jugo de limón o naranja y sal a gusto.
Preparación:
Ponga la masa del aguacate en un tazón y aplástelo hasta obtener un puré, agréguele el aceite, el limón o naranja, sal. Mézclelo todo bien hasta obtener una pasta homogénea. Listo para untar en tostadas o galletas.
Puede, si lo desea, usar un procesador y poner todos los ingredientes y batir hasta obtener una mezcla homogénea.
Guacamole
Guacamole. Foto: Una receta.
Ingredientes (4 servicios):
Dos aguacate, 1 cebolla mediana, ½ mazo de cilantro, 1 ají, 2 dientes de ajo, 2 tomates verdes, 1 tomate maduro, 1 limón, pimienta negra molida y sal a gusto.
Preparación:
Saque las cáscaras y las semillas y pique en pedazos los aguacates. Limpie y pique bien fina la cebolla. Lave y pique bien fino el cilantro. Lave y pique en tiras finas el ají. Limpie y macere los ajos. Lave y pique en dados bien pequeños los tomates verdes. Lave y pique en tiras finas el tomate maduro.
Ponga en la batidora los tomates verdes, la cebolla, el cilantro, el ají y los ajos. Bátalos. Añada los pedazos de aguacate y vuelva a batir.
Vierta el batido en una fuente. Agregue el zumo del limón y los tomates maduros. Mezcle y sazone con pimienta y sal.
Pasta para bocaditos de aguacate
Ingredientes (varios servicios):
Un aguacate mediano, 1 queso crema (si lo tiene), 2 dientes de ajo, 1 ají, 2 cucharadas de mayonesa, 1 cucharadita de mostaza, comino y sal a gusto.
Preparación:
Limpie y macere hasta que quede una pasta los ajos. Limpie, lave y pique en tiras bien finas el ají.
Limpie y extraiga la pulpa del aguacate, póngalo en un tazón y aplástelo con el tenedor hasta que quede un puré. Añada el queso crema, la mayonesa, la mostaza, el ají y el ajo.
Mezclado todo, añada el comino y la sal, puntéelo bien. Mezcle bien hasta lograr una pasta homogénea y deje que repose en frío durante media hora.
Croquetas de aguacate
Croqueta de aguacate. Foto: Dietfarma.
Ingredientes (varios servicios):
Tres cucharadas de mantequilla, 6 cucharadas de harina de pan, 1½ taza de caldo, 1 cucharada de vino seco, 1 taza puré de aguacate, 1 tazas de pollo desmenuzado o un paquete de perritos, 2 huevos, 1 taza de pan rallado o galletas molidas, aceite el necesario, pimienta y sal a gusto.
Preparación:
Mezcle la harina con el caldo, la sal y la pimienta, que quede bien mezclada sin grumos.
Ponga una cacerola a la candela con la mantequilla a derretir, adicione poco a poco la mezcla sin dejar de moverla con una cuchara de madera hasta que espese y quede una crema que cuando se mueva se vea el fondo de la cacerola, agregue el vino seco, la pulpa de aguacate, la carne a emplear.
Mézclelo todo y viértalo en una fuente. Guárdela en el frío para reposar.
Pasado el tiempo saque la fuete y con una cuchara tome porciones de la masa, dele forma de croqueta. Luego pásela por huevo batido y el pan rallado o la galleta molida. Ya moldeadas, déjelas reposar durante 10 minutos antes de freírlas en aceite bien caliente.
Aguacate relleno con pollo y frutas
Aguacate relleno con pollo y frutas. Foto: Todo Cuba.
Ingredientes (4 servicios):
Dos aguacates, 1 taza de dados de pollo cocidos, 2 ruedas de piña, 1 cebolla, 2 dientes de ajo, 1 ají, ½ taza de mayonesa, 2 cucharadas de catsup, 1 pepino encurtido o cualquier otro encurtido, 1 cucharadita de perejil, pimienta y sal a gusto.
Preparación:
Lave y pique a la mitad los aguacates, no le saque la cáscara y póngalos en una fuente llana.
Limpie, lave y pique la piña en dados pequeños. Limpie y pique bien fina la cebolla. Limpie y macere los ajos. Limpie, lave y pique en tiras finas el ají. Pique bien fino el encurtido que utilice.
Ponga en un tazón los dados de pollo y los de la piña, la cebolla, los ajos, el ají, la mayonesa, el catsup y el encurtido. Mézclelo todo y puntéelo con sal y pimienta. Déjelo en reposo unos minutos.
Luego tome porciones de la mezcla y colóquela sobre el centro de los aguacates y polvoréele el perejil por encima. Póngalo en el frío hasta llevarlo a la mesa.
La guanábana, gorgona sin misterio, chorrea nectarillos y hormigas. Ascendió bondad albina, mariscala azucarada, basta ya el rasguño para limpiarle la corteza. Apunta el cronicón: “aunque un hombre se coma una guanábana de estas, que pese dos o tres libras y más, no le hace daño ni empacho en el estómago”. Aquí al horno de las transmutaciones pudo llevar la pulpa azucarada al mismo Pegaso sanguinoso, aumentó el horno porque se lanzó en combustión la misma cabeza de árbol, hablando con una vocecilla de alquimia dulzaina, terrón por lo melosa.
“Corona de las frutas”. En Imagen y posibilidad. Pág. 139
Quise empezar este trabajo haciéndole honor a una de las figuras más polémicas de la literatura cubana, José Lezama Lima, en el 45 aniversario de su desaparición física. Un escritor que reflejó la cocina cubana y el comer del cubano a través de su obra, de quien tomo la referencia que hizo a la guanábana.
En el trabajo de la semana pasada la lectora Gricelia Pastrana me pedía que hablara sobre la guanábana, fruta por la que siento gran predilección; jugosa y con sabor agradable. Siempre en mi casa allá en el campo —como muchos me dicen y yo muy orgullosa de ser guajira— mi papá tenía sembrada en el patio. ¿Qué fruta no tenía él? Creo que de ahí mi preferencia por mi carrera.
Muchos son los mitos sobre esta fruta, en efecto siempre se decía que era muy fría y no la dejaban comer y tomar la rica champola cuando teníamos catarro y asma mucho menos. En realidad cuando nos llevamos un pedazo de guanábana madura a la boca, nos da esa sensación de frescor agradable. Pero como se dice, más sabe el diablo por viejo que por diablo, quizás nuestras abuelas tenían razón, son muchos los recuerdos y remedios que ellas guardaban con sus experiencias. Sin embargo, vemos cómo el té que se hace de sus hojas es beneficioso para el asma y enfermedades bronquiales.
La guanábana es una planta tropical originaria de Suramérica, de nombre taíno, cuyo fruto comestible es muy preciado, conocido además por graviola, guanábano, catuche, catoche, anona de México, anona de la India, en dependencia del lugar o país.
Desde el Perú prehispánico se ha empleado en padecimientos como la diabetes, raquitismo, indigestión, parasitismo, entre otras. Tiene propiedades como insecticidas, antioxidantes, astringentes, depurativas y digestivas.
Desde 1940 se estudia esta planta, tanto sus beneficios para la salud como insecticida, con grandes resultados. Según estudios realizados permite la eliminación de los ácaros causantes del asma y enfermedades bronquiales.
Más recientemente se ve a la guanábana con poderes antioxidantes, cuyas propiedades van más allá en la cura y el tratamiento del cáncer, ya que contiene una sustancia llamada acetogeninas que inhibe de forma selectiva el crecimiento de las células cancerígenas y las células tumorales, convirtiéndola en un antitumoral natural, y un aliado en la lucha contra el cáncer.
En la medicina tradicional es empleada tanto el tallo, la raíz, las hojas como el fruto, pero su mayor concentración de principios activos se encuentra en las hojas. Es muy usada para aliviar problemas digestivos, dolor, hipertensión arterial, inflamación, tos y asma, entre otras dolencias, como hemos señalado anteriormente.
Puede consumirse de diferentes formas, ya sea la masa del fruto congelada como cápsulas, postre, jugos y tés. El té mejora las funciones hepáticas, las pepas secas se emplean en comunidades nativas para el manejo de la malaria y otras parasitosis, su fruto es astringente en caso de diarreas y para bajar los niveles de colesterol. Su corteza se emplea para bajar los niveles de glicemia regulando el azúcar en sangre.
Entre los beneficios que aporta a la salud tenemos que mejora la digestión, favorece el sistema nervioso, aumenta la energía, es buena para evitar las hemorroides y alivia el dolor, ayuda a prevenir la osteoporosis, previene las infecciones bacterianas, entre otras.
Pero todo con cordura y consultar a su médico.
Hoy les traigo té de guanábana, champola de guanábana, horchata de guanábana, dulce de guanábana y como complemento les propongo sopa de plátano y bolas de plátano. Espero sean de su agrado.
Té de guanábana
Té de guanábana. Foto: La vida lucida.
Ingredientes (varios servicios):
Seis hojas de guanábana secas y 1 litro de agua hirviendo.
Preparación:
Ponga a la candela un recipiente con el agua y cuando rompa el hervor, agregue las hojas secas, tápelo y déjelo en reposo unos 10 minutos y listo.
Champola de guanábana
Champola. Foto: Sinergia nutricional.
Ingredientes (4 servicios):
Una guanábana, 1 litro de agua, una pizca de sal y azúcar a gusto.
Preparación:
Lave la guanábana, pélela y extráigale la pulpa y póngala en un recipiente. Añádale el agua, la sal y el azúcar y bátala bien a mano, hasta que quede todo mezclado. Póngala a enfriar. Sírvala en vasos.
Horchata de guanábana
Ingredientes (4 servicios):
Una guanábana, 1 lata de leche condesada, 2 tazas de agua, una pizca de canela y agua.
Preparación:
Lave la guanábana, pélela y extráigale la pulpa. Póngala en un recipiente, añádale una taza de agua y mézclela bien a fin de que suelte todas las semillas.
Póngala en el vaso de la batidora, añádale el resto del agua, la leche condesada y la canela. Bátala bien y pase la mezcla por un colador. Sírvala bien fría en copas.
Dulce de guanábana
Dulce de guanábana. Foto: Mapio.
Ingredientes (4 servicios):
1 guanábana grande, 2 tazas de azúcar, 2 tazas de agua y 1 rajita de canela.
Preparación:
Lave la guanábana, extraiga la masa y, si lo desea, quítele las semillas. Ponga al fuego una cacerola con el azúcar, el agua y la canela para hacer almíbar; cuando comience a espesar agregue la masa de la guanábana y mezcle con cuidado. Deje que espese a su gusto. Bájelo y déjelo enfriar
Sopa de plátano
Sopa de plátano. Foto: Sabor gourmet.
Ingredientes (4 servicios):
Cuatro tazas de caldo o agua, 1 taza de fideos, 2 plátanos verdes, 1 cebolla, 4 dientes de ajo, 1 ají, 1 hoja de culantro, aceite, el necesario, pimienta y sal a gusto.
Preparación:
Pele y corte los plátanos en trozos para hacer tachinos o tostones. Limpie y pique la cebolla en ruedas finas. Lave y pique el ají en tiras finas. Limpie y macere los dientes de ajo. Lave la hoja de culantro.
Ponga a la candela una cacerola con aceite y agregue los trozos de plátanos, cuando estén, sáquelos, escúrralos y haga los tachinos o tostones. Resérvelos, no los pase más por aceite.
Ponga una cacerola a la candela con el caldo o agua, la hoja de culantro, la cebolla, el ají, los ajos, los tachinos, puentéelo de pimienta y sal. Déjelo durante 5 minutos a la candela. Luego añada los fideos y deje 10 minutos más hasta que los fideos estén.
Nota: Si quiere, en vez de hacer los tachinos o tostones, cuando ponga la cacerola a la candela ralle los plátanos por la parte más gruesa del rallador y deje que se cocinen los 5 minutos y el resto lo hace igual.
Bolas de plátano rellenas
Bolas de plátano rellenas. Foto: kiwilimon.
Ingredientes (4 servicios):
Seis plátanos maduros, 1 taza de picadillo o queso rallado (del que disponga), ¼ taza de harina y aceite el necesario para freír.
Preparación:
Lave, pele y pique los plátanos en ruedas chanfleadas. Ponga una cacerola a la candela con el aceite, cuando esté caliente, agregue los plátanos y fríalos. Cuando estén, escúrralos y póngalos en una fuente, aplástelos con un tenedor, tome porciones y rellénelas, haga una bola, pásela por harina y póngalas en una fuente hasta que termine.
Ponga de nuevo la cacerola con el aceite a la candela y pase de nuevo las bolas de plátanos rellenas para dorarlas, sáquelas, escúrralas y sírvalas inmediatamente.
La pregunta que encabeza este artículo puede ser respondida de muchas formas, quizás tantas como más de 11 millones, todas diferentes. Los cubanos estamos en Cuba y también en todo el mundo y allí donde nos encontremos siempre portamos la marca del sitio que nos vio nacer y ser, y con un orgullo extraordinario para la inmensa mayoría. También hay cubanos que no nacieron en Cuba, pero han heredado nuestra conciencia personal y social de sus padres o de haber vivido en esta isla en momentos decisivos de su existencia. También se es cubano de esa forma.
La mejor forma para lograr que un sistema de gobierno sea justo, útil y logre la participación de todos, o al menos de la mayoría, es si se conoce cuáles son las preferencias, deseos, problemas, normas de bienestar y rasgos idiosincráticos de la mayoría. Durante una gran parte de la historia humana se ha desconocido este principio, y por ello han predominado las autocracias, incluso disfrazadas de democracias, que sostienen el poder de una persona o un grupo poderoso de la sociedad sobre el resto, basándose en la fuerza y el engaño masivo.
En el oeste de Eurasia, con un papel protagónico en la cuenca norte del Mediterráneo, fueron depurándose ideas y formas de gobernar que reflejan la natural tendencia de nuestra especie para supervivir. Ya en la Grecia de luces y esclavos bautizaron a la democracia, aunque solo fuera para una parte influyente y propietaria de las personas. Y en los siglos XVIII y XIX se depuraron más las ideas llegándose a concebir e implantar sistemas basados en la proclamación de la igualdad de todos los seres humanos, aunque al final aparecieran algunos “más iguales que otros” en dependencia de sus condiciones de propietarios o no de los medios de producir valor.
En esas condiciones y hasta nuestros días, las preferencias que han predominado para sostener los sistemas de gobierno han sido justamente las de las personas más influyentes y poderosas. Los gustos y estilos que las conforman se han estado trasmitiendo por los medios monopolizados por grupos de poder. Los seres humanos al informarnos seguimos los criterios que más nos lleguen y que tengan posibilidades de ser creídos, aunque sean mentira.
Pero la democratización de la información que inevitablemente trajo la aparición de internet, que provocara el comentario de Fidel de que “estaba hecha para nosotros”, ha convertido en algo vital para cualquier sistema de gobierno el conocimiento de cómo es la gente, de que prefiere, de lo que los hace sentirse bien y lo que les provoca rechazo. Además, el carácter masivo e interactivo de ese sistema de comunicación hace mucho más compleja la capacidad de trasmitir ideas, porque lo mismo se escuchan y siguen las más positivas para el ser humano que las más negativas. Se puede emitir un criterio que demuestre la absoluta igualdad de todos los seres humanos y ser abrazado, y también otro que exprese la superioridad de algún grupo étnico, ideológico, político o religioso sobre los demás y hacerse popular. Es la profesionalidad de los comunicadores una protagonista importante en la asimilación de lo que se quiera trasmitir, independientemente de lo atractivo que sea.
Antes podíamos estar convencidos por una determinada teoría o doctrina y adscribirnos a ella sin miramientos, incluyendo aquéllos aspectos que no entendiéramos bien. Así ha ocurrido con muchas religiones y hasta con las corrientes que se denominaron marxistas – leninistas del siglo XX, en muchos casos aprovechando que ni Marx ni Lenin estaban para confirmar o rechazar muchas de sus elaboraciones. La “planificación socialista” es un buen ejemplo de algo inventado “a posteriori” para bien y para mal y que nunca fue concebida por los fundadores.
Las formas que la ciencia ha ido depurando para llegar a las mejores verdades acerca de la naturaleza y la sociedad adquieren ahora un papel determinante. Un sistema de gobierno verdaderamente popular, de los humildes y para los humildes y en el siglo XXI tiene que basarse en una interacción muy intensa y eficiente con todos. Esto es tanto para trasmitir lo mejor del pensamiento justo, democrático y libertario, logrando su asimilación, evitando falsas liturgias, como para influir, conocer y reaccionar a lo que las personas prefieren, sus problemas, sus añoranzas, sus ambiciones, sus gustos. La ciencia nos dice que este proceso no puede realizarse con límites dogmáticos preconcebidos. La verdad científica es independiente de los deseos y preferencias del experimentador. Si un concepto de gobierno social parece justo, ha sido útil, y dado resultados para el bienestar de todos durante un tiempo, puede que unos años después algunos de sus aspectos queden obsoletos y tengan que modificarse para que permanezca lo esencial. Lo que nunca puede ocurrir es que deje de responder a las expectativas de un pueblo en el que las aspiraciones evolucionan y que tiene una capacidad cada vez mayor de ser influenciado por ideas de cualquier tipo, si se ajustan a los gustos individuales de cada uno.
Si algún programa o proyecto de investigaciones científicas sociales es de absoluta prioridad hoy debe ser el de saber cómo somos los cubanos, que nos gusta y que no, que necesitamos y que no, cuales mensajes de los medios son más penetrantes y cuáles no, como se manifiestan estas preferencias en dependencia de si vivimos en La Habana, en Guantánamo, en Madrid, en Miami o en Rio de Janeiro. Y los resultados de estas investigaciones deben ser públicos, aunque puedan no ser los deseados. Un problema que se desconozca, oculte o ignore a sabiendas nunca se podrá resolver. Las fuerzas que buscan el bienestar de unos pocos a costa de los demás se saben estos procedimientos muy bien porque están entrenados en la comunicación del mercado, donde triunfan y se venden los productos que mejor influyen y cumplen con las expectativas, muchas veces creadas artificialmente, de los consumidores.
La Revolución Cubana se encuentra en un momento coyuntural donde nuestro mayor enemigo en realidad puede ser una incomprensión de estas realidades y por ello no actuar en consecuencia. Los funcionarios del aparato del estado y muchas de sus estructuras tenderán siempre a operar como siempre lo han hecho. Su tendencia natural será seguir los cánones que en otros tiempos les han permitido sostenerse. Ahora las cosas son diferentes. Aquéllos que no comprendan la necesidad de innovar basados en el conocimiento, yendo a las verdaderas raíces libertarias y democráticas del socialismo, cambiando verdaderamente todo lo que debe ser cambiado para lograr una sociedad sin explotación del hombre por el hombre, justa, con oportunidades y derechos para todos por igual, sin distinción alguna, libre, estarán conspirando contra esos principios. El 17 de noviembre de 2005 un visionario que protagonizó esta Revolución nos advirtió en su testamento político que el fracaso solo lo podremos engendrar nosotros mismos con los propios errores.
Descansaremos un poco de las especias cultivables en nuestro huerto, jardines y patios, pero las retomaremos en otro artículo. Me pide una lectora recetas de salsas, en verdad soy poco amante a las salsas, porque me gusta cocinar de tal forma que lo que hago, ya sea una carne, perros o pescado, lo que sea, lo cocino en su propia salsa. Pero no quita que, en ocasiones para acompañar algo frito o unas simples tostadas, las haga.
En la época de tomate es muy frecuente que haga el puré y cátchup y lo guarde, también se pueden preparar otras salsas, así como sofritos y tenerlos guardados, bien envasados. Como era costumbre en la casa.
No olvido los mojos, que en muchas ocasiones se preparaban y se ponían en una botella para ser utilizados a gusto. Por no olvidar el que nos preparaban nuestros padres para llevar a las escuelas al campo y así darle un mejor sabor a la comida y tener presente el sabor hogareño.
Por último, terminaré hablando de la miel, hoy la propongo junto al limón, ese fruto tan útil en nuestras cocinas, gran aportador de vitamina C y que, en compañía de la miel, da ese sabor dulce-ácido o agridulce tan agradable al paladar. Además, les propongo mojo de perejil, mojo de orégano y comino, salsa rosada, salsa habanera cruda, mayonesa de aguacate, crema de zanahoria, arroz frito y pollo salteado.
La miel con limón: Dos ingredientes de gran versatilidad empleados por el hombre en todo el mundo por sus propiedades para mejorar la salud, la piel y el cuero cabelludo. Unidos podemos potenciar sus efectos antioxidantes, antibacterianos y nutritivos.
Para bajar de peso y reducir grasa:
Ingrediente: Una cucharada de miel, 3 cucharadas de jugo de limón y agua.
Modo de uso: En un vaso ponga la miel, el jugo de limón y complete con agua al tiempo. Tómela en ayunas todos los días.
Para combatir afecciones de las vías respiratorias y catarros:
Receta No 1.
Ingredientes: Una cucharada de miel, 2 cucharadas de jugo de limón y agua tibia.
Modos de uso: En una taza de café con leche ponga la miel y el jugo de limón, complete con agua tibia mezclándolo bien. Repite tres veces al día.
Receta No 2.
Ingredientes: Cuatro cucharadas de miel, 4 cucharadas de jugo de limón, 1cucharada de ralladura de jengibre y 1 litro de agua.
Modo de uso: Ponga a hervir el agua, cuando rompa el hervor agréguele la miel, el jugo de limón y el jengibre. Tápelo y déjelo reposar. Tome varias veces al día.
Receta No 3.
Ingredientes: Dos cucharadas de miel y 1 limón.
Modo de uso: Lave el limón, extraiga el jugo y caliéntelo. Mézclelo con la miel y tome sorbos varias veces al día.
Receta No 4.
Ingredientes: Una cucharada de miel y ½ cucharadita ralladura de eucalipto.
Modo de uso: En una taza de café ponga la miel y añada el eucalipto, mézclelo bien y tome varias veces al día para aliviar la tos.
Mojo de perejil
Mojo de perejil. Foto: ABC de recetas.
Ingredientes:
Ocho dientes de ajo, ½ taza de aceite, ½ taza de vinagre, 1 cucharadita de comino, 1 mazo de perejil, pimienta y sal a gusto.
Preparación:
Lave, limpie y pique bien fino el perejil. Limpie los ajos. En un mortero o procesador eche los ajos, el comino, el perejil y la sal, macérelo o bátalo bien hasta obtener una pasta. Ponga la pasta en un recipiente de cristal, añada el aceite y el vinagre, mezclándolo todo bien. Puntéelo de sal y pimienta. Guárdelo en el frío hasta ser usado.
Mojo de orégano y comino
Mojo de orégano y comino. Foto: Cocina delirante.
Ingredientes:
Ocho hojas de orégano, 6 dientes de ajos, 1 taza de aceite, ½ taza de vinagre, 1 ají pimiento verde, 8 ramitas de perejil, 1 cucharadita de comino, pimienta y sal a gusto.
Preparación:
Limpie, lave y pique fino el orégano y el perejil. Limpie los ajos. Limpie, lave y pique en tiras finas el ají.
En un mortero o procesador ponga los ajos, el perejil, el ají, el comino, el orégano y la sal. Macérelo o bata hasta obtener una pasta. Páselo para un recipiente de cristal, añada el aceite, el vinagre, mézclelo bien. Puntéelo de pimienta y sal. Póngalo en el frío hasta que lo vaya a usar.
Salsa rosada
Salsa rosada. Foto: Que apetito.
Ingredientes:
Una taza de aceite, 1 huevo, 3 dientes de ajo, 1 cucharada de vinagre o limón, 1cucharadita de miel, 4 cucharaditas de cátsup y sal a gusto.
Preparación:
Ponga en el vaso de la batidora la clara y la yema del huevo, los dientes de ajo, la miel y sal. Bátalo unos minutos y después, poco a poco, adicione el aceite hasta que se haga la mayonesa, échele el vinagre o el jugo de limón, bátalo. Puntéela de sal y acido. Añádale el cátsup y bátala de nuevo.
Salsa habanera cruda
Ingredientes (4 servicios):
Media calabaza y otros vegetales, 3 tomates, 4 dientes de ajos, 1 taza de caldo de los vegetales, ½ taza de vinagre, 1 ají dulce, 1 cebolla, pimienta y sal a gusto.
Preparación:
Se prepara y cocina la calabaza normal. Se limpian, asan y se les saca el pellejo a los tomates. Limpie y macere los ajos. Limpie, lave y pique bien fino el ají. Limpie, lave y pique bien fino el perejil. Limpie y pique bien fina la cebolla.
Tome un pedazo de calabaza, póngalo en un procesador junto con los tomates, los ajos, sal y pimienta y haga una pasta, luego añada el caldo, el vinagre, el ají, el perejil y la cebolla. Mézclelo todo y viértalo sobre la calabaza restante u otros vegetales a la hora de llevar a la mesa.
Mayonesa de aguacate
Mayonesa de aguacate. Foto: Cocina delirante.
Ingredientes (4 servicios):
Media taza de pulpa de aguacate, 2 cucharadas de leche, 4 dientes de ajo, 2 cucharadas de aceite, 1 cucharadita de jugo de limón, pimienta y sal a gusto.
Preparación:
Limpie y macere los ajos. Ponga en el vaso de la batidora el aguacate, la leche, los ajos, el aceite, el jugo de limón y sal. Bátalo, puntéelo de pimienta y sal a gusto. Puede utilizarlo para aderezo de ensaladas.
Crema de zanahoria
Crema de zanahoria. Foto: Cocina fácil.
Ingredientes (4 servicios):
Cuatro zanahorias, 4 tazas de caldo, 2 dientes de ajo, 2 cucharadas de aceite, 1 cucharadita de mostaza, 1 cucharada de maicena, 1 cucharada de perejil picado, 1 taza de migas de pan tostadas, sal y pimienta a gusto.
Preparación:
Limpie, lave y pique en trozos la zanahoria. Limpie y macere los ajos.
Ponga a la candela una cacerola con el aceite, el ajo, la zanahoria, sal y pimienta; sofríe y agrega el caldo y déjalo cocinar durante 15 minutos. Bájalo de la candela y pasa por el colador y vuelve a poner la crema en la cacerola.
Añada la maicena diluida en un poco de agua, la mostaza y déjala espesar a gusto, punteándola de sal y pimienta. Bájela de la candela, ponga migas de pan tostadas en el fondo de cada plato y luego agregue la crema y polvoree el perejil por encima.
Arroz: otra forma de arroz frito
Arroz frito. Foto: El español.
Ingredientes (4 servicios):
Cuatro tazas de arroz cocinado, 2 tazas de carne (pollo, puerco, recorte de embutido, pescado, perros) picados en dados, 2 cucharadas de aceite, 1 mazo de cebollinos, 1 cucharada de salsa de soya, 2 huevos y sal a gusto.
Preparación:
Limpie, lave y pique fino el cebollino. Ponga en un sartén con 1 cucharada de grasa a la candela, bata los huevos y haga una tortilla fina. Pique la tortilla en cuadrados pequeños y resérvelos.
Poner a la candela una cacerola con el cebollino, la carne y deje sofreír hasta que esté dorada, agregue el arroz, la tortilla picada, la salsa de soya y puntéelo a gusto. Mézclelo todo bien con una cuchara de madera. Sírvalo caliente.
Pollo salteado
Pollo salteado. Foto: La española.
Ingredientes (4 servicios):
Dos contramuslos de pollo, 1 cebolla, 1 ají pimiento, 4 tomates, 4 papas, aceite el necesario, ½ taza de salsa de soya, sal y pimienta a gusto.
Preparación:
Limpie, lave y deshuese los contramuslos y pique en tiras finas. Limpie y pique en ruedas finas las cebollas. Limpie, lave y pique en tiras finas el ají. Limpie, lave y pique los tomates en tiras. Limpie, lave y pique las papas para hacer papas fritas.
Poner a la candela una cacerola embarrada de aceite y agregue el pollo, dele vueltas hasta que se dore. Añada la cebolla, el ají y la salsa de soya. Revuelva bien. Tape y baje la candela y déjelo 5 minutos.
La insigne institución cubana, salvaguardia del tesoro documental, bibliográfico, artístico y sonoro del país, rectora del Sistema Nacional de Bibliotecas Públicas Cubanas, fue declarada en solemne acto efectuado esta tarde en la propia entidad Monumento Nacional de la República Cuba por la Comisión Nacional de Monumentos del Consejo Nacional de Patrimonio Cultural (CNPC).
Un programa antiimperialista para la cultura y las ciencias sociales
(Nota introductoria de Néstor Kohan al dossier de la revista «Referencias»)
Este dossier de la revista Referencias —hoy inhallable hasta en las mejores bibliotecas— reúne una serie de documentos históricos, testimonios y polémicas sobre los proyectos Marginalidad, Camelot y otros similares financiados en las décadas de 1960 y 1970 por el imperialismo.
A través de esos proyectos (y varios otros que vendrán más tarde), algunos intelectuales “progres” aceptaron el dinero sucio y con la mejor expresión distraída, sin hacerse cargo y pretendiendo no pagar ningún costo político por sus decisiones, se pusieron al servicio de la principal potencia capitalista de Occidente.
El dossier fue preparado por el equipo cubano que editaba Pensamiento Crítico, la revista hermana de Referencias, principalmente por Fernando Martínez Heredia (1939-2017).
Fallece Alicia Alonso, Prima Ballerina Assoluta del Ballet Nacional de Cuba
Alicia Alonso. Foto: PL.
Alicia Alonso, quien durante 88 años como bailarina, coreógrafa y pedagoga contribuyó con su arte genial a poner el prestigio de su Patria en el más alto sitial en las cuatro esquinas del mundo, falleció en el Hospital CIMEQ, de La Habana, a las 11 de la mañana de este jueves17 de octubre del 2019, a dos meses y tres días de cumplir 99 años de edad.
Hace 71 años fundó en La Habana el Ballet Alicia Alonso, hoy Ballet Nacional de Cuba. Como su directora y figura principal, ha sido inspiración y guía para la formación de varias generaciones de bailarines cubanos, con un estilo propio que ha conquistado un lugar destacado en el ballet internacional.
sa reputación jerárquica, sino al dominio de un vasto repertorio de 134 títulos que abarcó las grandes obras de la tradición romántico-clásica y creaciones de coreógrafos contemporáneos.
Cuando el 28 de noviembre 1995, en el Teatro Massini de la ciudad italiana de Faenza, hizo un alto en su trayectoria como intérprete, ya había logrado establecer un record difícil de igualar, no solo por el tiempo de vigencia sobre las puntas, sino por el nivel de excelencia con que lo hizo.
«Un traductor» se realizó en colaboración con los canadienses, que hicieron posible la contratación para el protagónico del famoso actor brasileño Rodrigo Santoro. Foto: JR.
El filme cubano-canadiense Un traductor y la nacional Inocencia son las propuestas seleccionadas para representar a Cuba en los premios Oscar y Goya, respectivamente.
Las películas se eligieron como las propuestas oficiales luego de sendos debates de la comisión de selección constituida a tales efectos y coordinada por el Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos (ICAIC), señala el sitio digital Cubacine.