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Denuncia Cuba ante la Organización Mundial de Comercio el Bloqueo de EEUU

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Viceministra del Mincex denuncia bloqueo económico en duodécima Conferencia Ministerial de la Organización Mundial del Comercio

La viceministra del Comercio Exterior y la Inversión Extranjera, Déborah Rivas, afirmó en la XII Conferencia Ministerial de la Organización Mundial del Comercio (OMC) que el bloqueo económico de Estados Unidos, vigente durante más de seis décadas, ha significado para Cuba pérdidas de 150 410 millones de dólares.

“El bloqueo viola los principios y normas del sistema multilateral del comercio, y constituye el mayor obstáculo al normal desarrollo de las legítimas relaciones comerciales de Cuba con el resto del mundo. Es un acto de guerra económica en tiempos de paz”, afirmó Rivas en su intervención.

La funcionaria señaló que la política de sanciones estadounidense contra Cuba alcanzó un nivel sin precedentes durante la pandemia de la covid.

Las afectaciones al comercio exterior cubano entre enero y julio de 2021 causadas por el bloqueo ascendieron a más de 923 millones de dólares, informó la viceministra.

Rivas enfatizó que el bloqueo económico contra Cuba es contrario a los propósitos y principios de la Organización Mundial del Comercio. “Vulnera el derecho al desarrollo de los pueblos, al tiempo que socava la promoción del libre comercio en función del bienestar de la población y, por tanto, debe ser rechazado”, aseveró.

Durante la conferencia, la viceministra manifestó que, a pesar del “enorme escollo que supone el bloqueo, Cuba ha desarrollado eficazmente su estrategia de inmunización contra la covid-19”. Actualmente, el 90% de los cubanos tiene el esquema completo de vacunación y más de siete millones han recibido dosis de refuerzo.

La representante cubana reiteró el compromiso del país “con el logro de un acceso equitativo, no discriminatorio y a precios asequibles a las vacunas y tratamientos contra la covid-19”.

Agregó que “la vacunación masiva en todo el mundo requiere soluciones integrales, como la eliminación de las restricciones a las exportaciones y el aumento de la cooperación internacional, mediante la transferencia de tecnologías y la creación de capacidades en los países del Sur. Urge que se multiplique la solidaridad”.

Sobre la importancia del multilateralismo en el contexto actual, Rivas dijo que “Cuba seguirá apostando por un sistema multilateral de comercio justo, equitativo y no discriminatorio, que permita reducir las asimetrías existentes y promueva el desarrollo sostenible de nuestros pueblos”.

(Con información del Ministerio de Comercio Exterior y la Inversión Extranjera y Prensa Latina)

Cuba: 20N, una extraña casualidad

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El pasado 20 de septiembre en una carta dirigida al Intendente de La Habana Alexis Costa Silva, Yunior García Aguilera junto con otros firmantes solicitaron (amparados en el artículo 56 de la Carta Magna) autorizo para una “Marcha pacífica” a realizarse el sábado 20 de noviembre en la ciudad. De la misma manera, en diferentes provincias del país se presentó el mismo pedido ante las autoridades correspondientes, bajo el mismo formato y con el mismo lenguaje coloreado de civismo.

“Los derechos de reunión, manifestación y asociación, con fines lícitos y pacíficos, se reconocen por el Estado siempre que se ejerzan con respeto al orden público y el acatamiento a las preceptivas establecidas en la ley” detalla la Constitución de la República, ratificada por referéndum popular el 24 de febrero de 2019 con el 86,85% de los votos y en donde se eligió la irrevocabilidad del sistema socialista, explicitado en su artículo 4.

En una improvisada conferencia, tras conocerse la respuesta del gobierno de La Habana (similar a las de otras provincias como Santa Clara, Cienfuegos y Holguín) sobre el pedido de manifestación donde “no se reconoce la legitimidad en las razones que esgrimen para la marcha” y se vincula a algunos promotores “con organizaciones subversivas o agencias financiadas por el Gobierno estadounidense”, Yunior García Aguilera expresó ante medios nacionales y extranjeros su impresión sobre el tema.


El dramaturgo y fundador de “Trébol Teatro” negó cualquier alianza con el senador republicano Marco Rubio, quien en cada ocasión aboga por el cambio de régimen en Cuba; pero no negó conversaciones con el Embajador de Estados Unidos en el país, Jeffrey DeLaurentis.

“El Embajador de Estados Unidos quería conversar conmigo. Ya yo había conversado antes porque los artistas en Cuba conversan con los diplomáticos y el único tema del que hablamos fue del embargo” explicó, minimizando los alcances que tiene el bloqueo económico, comercial y financiero, con el mismo término utilizado por las administraciones estadounidenses para referirse a una política criminal como la que recae sobre las familias cubanas hace seis décadas y que entre abril de 2019 y marzo de 2020 ha causado pérdidas de 5 mil 570.3 millones de dólares; lo que implica un incremento de alrededor de 1.226 millones de dólares con respecto al período anterior (*).

Tampoco negó su intención de llegar hasta el Congreso de Estados Unidos para conversar sobre ese “embargo”. La pregunta que surge inevitablemente es ¿cómo hará para ir hasta allí, si sistemáticamente las administraciones de Estados Unidos violan el acuerdo de 10 mil visados anuales para cubanos y cubanas?, obligándolos a viajar a un tercer país para solicitarla.

Otro detalle que es preciso recordar es que luego de realizarse el pedido para una fecha determinada, los convocantes a la marcha decidieron adelantarla al día 15 de noviembre, fecha en que “casualmente” se espera el ingreso de turismo extranjero al país luego de meses de restricciones impuestas por la pandemia de Covid-19.    

Consultado sobre este repentino cambio de fecha, García Aguilera afirmó que “en medio de la pandemia no lo podíamos hacer” y que decidieron “esperar una fecha en que el país estuviera listo para ejercer este derecho”.

“Cuando el país anunció que el 15 de noviembre se iban a abrir los aeropuertos, decidimos que entonces después de esa fecha se podía hacer una manifestación y pensamos que el sábado siguiente era la fecha ideal, pero luego al anunciar el Gobierno que los días 18 y 19 iban a realizar un ejercicio militar y que el día 20 era el Día Nacional de la Defensa, no podíamos ser irresponsables”, detalló. Casualmente hace 4 días, la Embajada de Estados Unidos en Cuba se pronunció en esa misma línea al conocerse el anuncio de los ejercicios.

“Si un turista puede venir a pasearse por las calles y tomar mojito, entonces un cubano ese dia puede ejercer también sus derechos”, bromeó…como quien no recuerda que el turismo es uno de ingresos preponderantes del país que garantiza por ejemplo, las políticas públicas universales que son un derecho de todos los cubanos y cubanas, y que cómo hemos visto a lo largo de la Revolución, es el primer flanco a atacar en el camino de la desestabilización.

Pero lo que no dijo Yunior fue que el sábado siguiente sería 27 y se cumpliría un año del día en que ciertos artistas e intelectuales cubanos realizaron un plantón frente al Ministerio de Cultura en solidaridad con la “huelga de hambre” realizada por el Movimiento San Isidro (MSI), aunque luego al establecerse un diálogo abierto con el gobierno cubano donde se presentaron las inquietudes y se buscaron posibles soluciones, fue repudiado por el MSI y hasta por el llamado Movimiento 27N.

Es interesante observar las fechas elegidas. Si nos retrotraemos unos años atrás, específicamente a 1989, fue cuando con una marcha estudiantil en la antigua Checoslovaquia, dando lugar al inicio de lo que se llamó la  “Revolución de Terciopelo” que vino a poner fin al gobierno comunista que dirigía el país y que concluyó con la división del país en dos Estados.

En aquella ocasión, el dramaturgo checo Václav Havel fue el líder y fundador del “Foro Cívico”, que buscaba unir las fuerzas disidentes de Checoslovaquia para derrocar al gobierno comunista.  Havel, potenciado como “líder” y financiado en su campaña política por Estados Unidos, se convirtió en Presidente de la recién creada República Checa en diciembre de 1989.

El dramaturgo Yunior García Aguilera, líder de “Archipiélago”, que si bien asegura no tomar decisiones unilaterales para “evitar el caudillismo”, es también la cara visible de un movimiento que al igual que el checo, parece desunir más que unir. ¿Querrá ser el próximo Presidente también? En ese camino va, queriendo llegar al Congreso de Estados Unidos, tal como hizo Havel, dos meses después de ser nombrado de forma “unánime” como Primer Mandatario.

“No dejaremos que nos arrebaten la libertad, la independencia y esta naciente democracia que tan caro nos ha costado conseguir” dijo Havel en aquella ocasión. 31 años después Yunior García Aguilera afirma sostenidamente en cada micrófono que se abre a su paso que lo que se busca es “promover las ideas de la libertad, por medio del diálogo y la formación política, cultural, empresarial y financiera para una nueva Cuba en democracia, teoría que como se ha evidenciado por los sucesivos hechos de vandalismo público y violencia ejercidos el pasado 11 de julio no se llevó a la práctica. “La responsabilidad de mantener el orden es de nosotros en primer lugar al convocar, pero es de la policía al hacer su trabajo” dijo, acusando a los “infiltrados” y deslindando responsabilidades de actos como, por poner un ejemplo, apedrear una sala pediátrica de un hospital habanero.

Garantiza la “no violencia” en una “marcha muy patriótica” según sus propias palabras, aunque violente los derechos de sus propios compatriotas.

Dicen que las casualidades no existen, pero vamos a creerles…o tal vez no.

EE.UU. y las sanciones: Otro instrumento de agresión

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Todavía hierve la sangre del honesto cuando se recuerda la declaración del presidente norteamericano, Joe Biden, acerca de que las manifestaciones en Cuba – breves e inusuales, manipuladas y vandálicas- le hacían ver que su política hacia la Isla es correcta, mientras antes su vicepresidenta, Kamala Harris, afirmaba que el bloqueo se levantaría con la anuencia de la “gusanera” miamense y Cuba dejara de ser una amenaza para la seguridad nacional de Estados Unidos.

Así, se justificaba que Biden incumpliera su repetida promesa de levantar las 432 medidas adicionales al bloqueo decretadas por Trump y añadiera otras, además de que se incluyera a la solidaria Isla en una lista patrocinadora del terrorismo por el principal Estado terrorista.

Se ha hecho hincapié que EE.UU. utiliza ahora las sanciones como un instrumento de guerra, pero eso ya ha existido durante muchos años, como lo demuestran más de seis décadas de bloqueo contra Cuba, que también ha sufrido acciones vandálicas, sabotajes, una invasión mercenaria por Playa Girón y la acción de grupos de bandidos que asesinaron a campesinos y maestros.


Aprovechando su poder militar y económico, las sanciones estadounidenses pululan contra gobiernos no afines, pero sus drones siguen asesinando personas inocentes, esos “daños colaterales” que tanto abundan, con un saldo conservador de 22 000 en los últimos años.

Algo más que una simple sanción fue el sabotaje al avión de cubana que rendía el Vuelo 456 cerca de Barbados; los asesinatos de diplomáticos cubanos y un ceremillar de males que se multiplicaron en América Latina con la malhadada Operación Cóndor y dictaduras militares utilizadas por el Imperio como instrumentos esclavizantes y saqueadores de pueblos.

El gran pretexto es combatir el terror, desde antes de los atentados a las Torres Gemelas y el Pentágono en el 2001, nunca bien explicados, y en el que se sospecha estuvo la mano del sionismo, controlador de las comunicaciones, banca y finanzas estadounidenses, porque, sin ser día festivo, se había dado asueto a unos 200 funcionarios judíos que trabajaban en lo más alto de uno de los inmuebles destruidos.

DERECHOS HUMANOS VIOLADOS

Estados Unidos siempre justifica que las sanciones que aplica son mayormente para castigar las violaciones de los derechos humanos, pero, como apuntó recientemente Irán, es una nueva forma de guerra que castiga a los pueblos, y más en tiempos de pandemia.

Ello es particularmente importante cuando se añade que esas sanciones se utilizan en gran medida porque los entes condenados no hacen lo suficiente para combatir el terrorismo, lo cual contradice los propios informes del Departamento norteamericano de Defensa que han admitido en más de una ocasión que los datos muestran una fuerte correlación entre la participación de Estados Unidos en el extranjero y un aumento de los ataques terroristas contra Estados Unidos.

La verdad muestra que si EE.UU. está interesado realmente en ganar “la guerra contra el terror”, es si deja de dar a los terroristas la motivación y los recursos para atacar a Estados Unidos.

El terrorismo es el síntoma; el imperialismo estadounidense es el cáncer. En pocas palabras, la guerra contra el terrorismo es terrorismo; sólo que la llevan a cabo a una escala mucho mayor personas con jets y misiles.

Y como este tema es amplio y muy diverso hay que hacer hincapié en que el propio imperialismo norteamericano dio pie o sentó las bases para crear las principales organizaciones terroristas que abundan en el mundo, y de lo cual traemos dos connotados ejemplos:

Al Qaeda, acusado de ser el autor del atentado a las Torres Gemelas; y el Estado Islámico, un instrumento de terror diseñado para dividir y conquistar el Medio Oriente, rico en petróleo, contrarrestar la creciente influencia de Irán en la región, y combatir al Talibán, vencedor del Imperio en Afganistán.

No es propaganda ni invento que Estados Unidos tiene una larga y torcida historia de apoyo a los grupos terroristas, lo cual solo sorprendería a aquellos ignorantes de la realidad, víctimas de los medios de información tarifados del Imperio.

Alguien ha hecho creer a Biden que con las 243 sanciones de Trump y tras el 11 J ahora sí, el bloqueo a Cuba ha tenido éxito: Johana Tablada

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La Habana destaca el reclamo universal contra el bloqueo económico. En varios países, entre ellos EE.UU. y Canadá, cientos de manifestantes han salido a las calles para exigir el cese de esta política punitiva de Washington. Desde el Ministerio de Exteriores cubano destacan que desde la llegada de Biden a la Casa Blanca no ha habido cambios en la línea dura establecida por Trump.

Lo subraya Johana Tablada, subdirectora general para EE.UU. de la cancillería. Oliver Zamora Oria ha conversado con la funcionaria y nos acerca su opinión.

Compartirhttps://youtu.be/H7BzXsdDrFQ

Países miembros de la ONU piden el fin del bloqueo de EEUU a Cuba

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El bloqueo de Estados Unidos contra Cuba debe acabar cuanto antes, según coincidieron hoy líderes de varios países que intervinieron en la sesión final del debate de alto nivel de la Asamblea General de ONU.

Durante su discurso ante el plenario, el ministro de Asuntos Exteriores de Bielorrusia, Vladimir Makey, reiteró el apoyo de su país “al pueblo hermano de Cuba que vive un bloqueo económico injusto desde hace ya tantos años, debido a un solo estado”.


Por su parte, el canciller sirio, Faisal Mekdad, condenó el cerco económico, comercial y financiero impuesto por Washington contra la mayor de las Antillas.

Como el relator especial de la ONU sobre el impacto negativo de las medidas coercitivas unilaterales en el disfrute de los derechos humanos dijo: “Las sanciones están trayendo sufrimiento y muerte en países como Cuba, Irán, Sudán, Siria, Venezuela y Yemen”, recalcó.

También el ministro de Relaciones Exteriores de Granada, Oliver Joseph, se sumó en la Asamblea General de la ONU en su 76 período de sesiones al reclamo por el fin del bloqueo de Estados Unidos.

Cada año, rememoró, Granada reitera cuán contraproducente resulta el bloqueo impuesto por Estados Unidos contra Cuba, y las inhumanas dificultades socioeconómicas que impone al pueblo de esa isla, un país que ha brindado asistencia humanitaria inmensa a muchos, incluyendo en este período de pandemia del Covid-19.

Pero esa nación caribeña ve obstaculizada su participación plena en la economía global debido al mecanismo estadounidense, apuntó.

Joseph agradeció a Cuba por su solidaridad y su contribuciones valiosas, así como su apoyo a Granada, a toda la región y al mundo, en la lucha contra la pandemia y otros tantos ámbitos.

Granada vota anualmente con la mayoría abrumadora de la Asamblea General de la ONU a favor de las resoluciones por las que se pide la eliminación del cerco norteamericano.

Una vez más, agregó, hacemos un llamado para que se elimine el bloqueo, se respeten los derechos de los cubanos y se readmita a ese país, sin obstáculos, en la comunidad financiera, económica y comercial de naciones.

Washington recrudeció el bloqueo de manera oportunista e inédita en el contexto de la pandemia del Covid-19, como ha denunciado en reiteradas ocasiones el Gobierno de La Habana.

Bajo el mandato de Donald Trump (2017-2021), la Casa Blanca lanzó más de 240 medidas coercitivas unilaterales y sanciones contra Cuba.

El bloqueo contra Cuba es debate de nuevo en la ONU

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Presidentes de los países miembros levantan su voz para rechazar la actitud de EEUU. El reclamo internacional por el fin del bloqueo de Estados Unidos contra Cuba volvió hoy al debate de alto nivel de la Asamblea General de la ONU en su 76 periodo de sesiones.


El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, en su intervención en video ante el plenario, condenó las sanciones unilaterales que se aplican contra su nación y también contra la isla caribeña.

Venezuela alza su voz con justicia y por humanidad por Cuba, una República y un pueblo heroico, expresó el mandatario y recordó las numerosas oportunidades que en votación anual de la Asamblea General se ha contado con el respaldo mayoritario al levantamiento del cerco económico, comercial y financiero de Estados Unidos.

En tanto, el presidente de Suriname, Chandrikapersad Santokhi, destacó en su discurso en persona que aislamientos y bloqueos comerciales, como el caso de Cuba, deben cesar y abogó por un diálogo para resolver esas diferencias y conflictos en el marco de las Naciones Unidas.

La víspera, el presidente de Costa Rica, Carlos Alvarado, también pidió que cesen las medidas unilaterales contrarias al derecho internacional que afectan al pueblo cubano.

Desde el inicio de la pandemia en 2020 y de forma reiterada en el último año, el secretario general de la ONU, António Guterres, ha llamado a levantar todas las sanciones y medidas coercitivas unilaterales que impiden una respuesta adecuada ante la crisis sanitaria.

Pero países como Estados Unidos mantienen, e incluso recrudecen sanciones económicas, comerciales y financieras contra naciones como Cuba, Venezuela, Siria e Irán, según demuestran continuamente esos Gobiernos.

La víspera, el canciller de Cuba, Bruno Rodríguez, denunció cómo Washington alega preocupación por el impacto del Covid-19 en el mundo, mientras incrementa su bloqueo contra la Isla.

El ministro cubano de Relaciones Exteriores recordó en Twitter que la administración republicana de Donald Trump (2017-2021) identificó a la pandemia como aliada del despiadado cerco estadounidense, el cual incrementó con 60 nuevas sanciones durante la crisis sanitaria.

Carta Abierta al presidente Biden sobre el desarrollo de vacunas en Cuba

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Presidente Biden:

Recientemente Usted se refirió a Cuba en la Casa Blanca diciendo: “Estaría dispuesto a administrar cantidades significativas de vacunas si … una organización internacional administrara esas vacunas y lo hiciera de manera que los ciudadanos promedio tuvieran acceso a esas vacunas”. También llamó a Cuba un “estado fallido”.

Estas declaraciones sorprendieron a muchos, incluidos estadounidenses que han tenido contacto directo con el sistema de salud cubano. También indignó a los trabajadores cubanos de la salud de primera línea que arriesgan sus vidas para contener la epidemia de la COVID en nuestro país. Esto no refleja la realidad cubana y lamentamos que la desinformación por parte de actores malintencionados esté influyendo en sus decisiones políticas. Como científicos, médicos y ciudadanos preocupados, creemos que vale la pena verificar la realidad de tres supuestos implícitos en sus palabras.

Supuesto uno: Se necesita una intervención internacional para garantizar que todos los cubanos reciban vacunas.

Supuesto segundo: la respuesta de Cuba a la pandemia ha sido lúgubre, sintomática de un “Estado fallido”.

Supuesto tercero: las vacunas suministradas por Estados Unidos son la única vía para garantizar la inmunización contra el COVID-19 para los 11 millones de habitantes de Cuba.

Analicemos estos supuestos uno por uno: el primer supuesto, que se necesita una intervención externa para garantizar el acceso a las vacunas para todos los cubanos – sugiere que el despliegue de las campañas de vacunación en Cuba son ineficientes y discriminatorias. Los hechos no respaldan este supuesto. De hecho, como han confirmado tanto la UNICEF como la Organización Mundial de la Salud, las tasas de vacunación infantil en Cuba superan el 99%. La inmunización es parte del sistema de salud pública universal de nuestro país, gratuita para todos los cubanos sin importar su condición socioeconómica, política, religión, sexo o raza.

El programa nacional de inmunización, creado en 1962, cubre todo el país. Desde 1999, todos los cubanos han estado protegidos contra 13 enfermedades potencialmente mortales, incluidas la difteria, el tétanos y la tosferina. Ocho de estas vacunas se fabrican en Cuba.

Como resultado de las altas tasas de vacunación, no hemos tenido un solo caso de sarampión en las últimas décadas. Por el contrario, los CDC confirmaron 1282 casos de sarampión en los Estados Unidos en 2019, y solo el 74% de los niños recibieron todas las vacunas recomendadas por los CDC.

El Instituto de Vacunas Finlay de La Habana desarrolló la primera vacuna eficaz del mundo contra la meningitis B (enfermedad meningocócica) en 1989. La incidencia anual de esta enfermedad en Cuba descendió de 14,4 / 100.000 habitantes a menos de 0,1 / 100.000 desde 2008, eliminando la enfermedad como problema de salud pública en el país.

Varios factores explican el éxito del programa nacional de vacunación de Cuba: las personas confían en los médicos y enfermeras de la familia, de fácil acceso, y en los profesionales de la salud de los policlínicos comunitarios, lo que hace que el rechazo a las vacunas sea muy poco común. A su vez, las capacidades organizativas del sistema de salud hacen que la implementación de campañas de vacunación sea rápida y confiable. Finalmente, los centros cubanos de investigación y producción biotecnológica están bien integrados con las necesidades del sistema de salud pública.

Hay colaboración estrecha de Cuba sobre vacunación con la Organización Mundial de la Salud y la UNICEF. Pero nunca ninguno de estos organismos ha sugerido la necesidad de intervenir para administrar vacunas en Cuba. Más bien, se ha pedido a los expertos cubanos en vacunas que ayuden en los esfuerzos mundiales para eliminar la poliomielitis, y la OMS ha recurrido a nuestras instalaciones de producción para exportar las vacunas que se necesitan con urgencia al “cinturón de la meningitis” en el África subsahariana.

Supuesto dos: la respuesta pandémica “fallida” de Cuba. Es desconcertante por qué, con tantas catástrofes de COVID reales en el hemisferio occidental, solo Cuba es etiquetada como un “estado fallido”. De hecho, Cuba ha experimentado un aumento reciente en los casos que amenaza con abrumar el sistema de salud en algunas partes del país. Sin embargo, su respuesta ha sido más eficaz que la de muchas otras naciones que no han recibido esta dura crítica de Estados Unidos.

Todos los países ahora enfrentan el desafío de nuevas variantes de COVID, como la variante Delta, que está generando fuertes aumentos en el número de casos. Cuba no es una excepción en este sentido. Lo que hace que Cuba sea única es la necesidad de manejar la epidemia bajo un embargo financiero, comercial y económico paralizante, impuesto por el gobierno de Estados Unidos durante las últimas seis décadas. Las 243 restricciones adicionales impuestas por la administración Trump, todas las que todavía están vigentes bajo su presidencia, tenían la intención de cerrar las pocas lagunas que quedaban en el bloqueo y, por lo tanto, cortar los ingresos a Cuba. Esto reduce el efectivo disponible para comprar insumos médicos y alimentos, y las demoras en la llegada de materiales al país.

Supuesto tres: la única ruta hacia la inmunidad contra COVID en Cuba es a través de las vacunas suministradas por Estados Unidos. Esto ignora el hecho de que más de dos millones de cubanos, o casi el 30,2% de la población, ya ha sido completamente vacunada, con vacunas desarrolladas en Cuba.

La vacuna Abdala recibió la autorización de uso de emergencia de la autoridad reguladora cubana el 9 de julio, convirtiéndose en la primera vacuna en alcanzar este estatus en América Latina. Abdala logró una eficacia del 92% en los ensayos clínicos de fase III, mientras que la vacuna Soberana alcanzó el 91% y también está cerca de la autorización de uso de emergencia. Al ritmo actual de vacunación, se podría llegar a toda la población en octubre o noviembre. Las dificultades en esta campaña, incluidas las importaciones de ingredientes vitales para la producción de las vacunas, se deben principalmente a la restricciones financieras impuestas por las sanciones estadounidenses.

Si el gobierno de Estados Unidos realmente quisiera ayudar a los cubanos, podría revertir las 243 medidas de la era de Trump, posiblemente solo con una firma del Presidente. El Congreso también podría levantar las sanciones por completo, como lo exigen cada año los votos abrumadores de las naciones del mundo en la Asamblea General de la ONU.

Durante la pandemia, la ciencia reitera que (aparte de la política) estamos todos juntos en esta situación. Todos estamos amenazados no solo por las enfermedades, sino también por el desafío sin precedentes del cambio climático. En este contexto, los sistemas de salud de todos los países deben ser apoyados, no socavados; y la colaboración debe estar a la orden del día. Más aún, teniendo en cuenta la alarmante escasez de vacunas en todo el mundo, especialmente peligrosas para los países de ingresos medios y bajos. Varios de ellos ya han mostrado interés en adquirir las vacunas cubanas, y nosotros argumentaríamos que tal contribución cubana a la equidad de las vacunas debería ser aplaudida por la administración Biden, no reprimida. La Ley de Democracia Cubana de 1992 (Parte II.6) prohíbe explícitamente las exportaciones a Cuba desde los Estados Unidos en los casos en que: “el producto a exportar podría usarse en la obtención de cualquier resultado biotecnológico”, lo que incluye las vacunas.

Pudimos vislumbrar lo que ambos países podrían haber hecho juntos durante la epidemia del virus del Ébola en África Occidental (2013-2016), cuando ambos países se esforzaron por contener la enfermedad y salvar vidas. Obviamente, los gobiernos de Estados Unidos y Cuba difieren en cuestiones fundamentales. Sin embargo, el mundo está lleno de tales discrepancias. La pregunta esencial, no sola para Cuba y los Estados Unidos, sino también para la civilización humana, es si las naciones pueden respetarse lo suficiente como para existir una al lado de la otra y cooperar.

Presidente Biden, Ud. puede hacer mucho bien si avanza en la dirección correcta y toma en consideración lo que la mayoría de los cubanos que viven en Cuba desean. Esto no incluye ignorar y debilitar su sistema de salud pública, pero sí incluye el respeto por los logros de la nación. Esperemos que las amenazas compartidas que plantea la pandemia de Covid conduzcan a una mayor colaboración, no a más confrontación. La historia será el juez.

Firmado por científicos, médicos y ciudadanos preocupados de Cuba y el mundo.

A mi me dicen Cuba.

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Paradoja y verdad para estos tiempos, Cuba es única. Un pueblo que defiende su soberania contra todos y contra todo. Categoricamente digo que ningún país de este planeta abría podido sobrevivir a este bloqueo cruel e inhumano que a sobrecavado todas las expectativas. El pueblo cubano es único, valiente , aguerrido. basado en el legado del Titán de bronce, de Martí y del intrañable comandante en jefe Fidel Castro, al que el enemigo le tenìa miedo y hasta respeto.


  1. Hay que criticar constructivamente al gobierno cubano y a su defensa antiaérea por permitir que el 11 de julio de 2021 extraterrestres desembarcaran en el territorio nacional de forma pacífica y arrasaran con tiendas, vidrieras, hospitales etc etc.

2- No hubo participación de ciudadanos cubanos, todos ellos son pacíficos, los extraterrestres eran los violentos, enviados desde el más allá.

3- Hay que criticar a la Policía Nacional Cubana por no permitirles a los pacíficos extraterrestres vandalizar y acabar con todo el país.

4- Hay que llevar a la Corte Penal Internacional al gobierno cubano por permitir que en medio de una terrible pandemia los científicos lograrán obtener 5 vacunas contra el coronavirus, esos especialistas tenían que estar confinados en sus casas.

5- Es indignante que el gobierno cubano no respete los Derechos Humanos de los huracanes que pasan por la isla sedientos de muertos y desastres, en Estados Unidos ese derecho está garantizado.

6- El gobierno cubano deberá responder ante la CIDH por tener la tasa de mortalidad infantil más baja de toda América incluidos EE.UU y Canadá.

7- Hay que, de inmediato, convocar a la OIT para denunciar al régimen cubano por no despedir sin garantías salariales a sus trabajadores en medio de la pandemia mundial.

8- Propongo que de inmediato se reúna el Consejo de Seguridad de la ONU y condene al regimen comunista cubano por llevar salud y felicidad a otros pueblos mientras Estados Unidos lleva muerte y desolación, en Afganistán los niños y las mujeres son los más felices del mundo.

9- Es realmente inconcebible y condenable que en pleno siglo XXI, el régimen cubano quiera vacunar a toda su población contra el coronavirus en lugar de dedicar esos recursos a lujos y otros menesteres neoliberales.

10- No se puede admitir ni permitir que el regimen comunista cubano no tenga niños hambrientos abandonados a su suerte en las calles, hay que informárselo de inmediato a la UNICEF para que tome carta en el asunto. La señora Bachelet espera un informe al respecto.

Fincimex: Restricciones a las remesas han impactado negativamente en el nivel de vida de los receptores y en los bolsillos de quienes las envían

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Ante el sostenimiento de las restricciones al envío de remesas desde Estados Unidos a Cuba, ordenadas en octubre de 2020 por la Administración Trump, y las declaraciones recientes de la Administración Biden acusando al Gobierno cubano de quedarse con parte de esas remesas, Cubadebate entrevistó a Yamil Hernández González, gerente general de Fincimex.

A finales del año pasado, se conoció que cesarían las remesas regulares a Cuba procedentes de EE.UU. El motivo defendido fue que estas eran utilizadas para beneficiar ilegítimamente al sector militar en Cuba, que el Gobierno y las Fuerzas Armadas se quedaban con entre el 20 y el 40% del dinero remesado. ¿Cómo funcionaban realmente esas operaciones?

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−Efectivamente, en octubre de 2020, el Gobierno estadounidense prohibió las relaciones de la compañía Western Union con las instituciones cubanas encargadas de tramitar las remesas a Cuba, específicamente Fincimex. O sea, puso fin de manera unilateral al flujo a de remesas por canales regulares e institucionales. El Gobierno de Trump dio continuidad así a una política dirigida a penalizar el nivel de vida de la población cubana sobre la base de pretextos totalmente infundados y reiterados sin escrúpulo alguno.

¿Cómo funcionaba la recepción de las remesas procedentes de EE.UU.?

−Funcionaba de un modo que no era singular, ni extraordinario en lo absoluto, si se toma en cuenta las prácticas más comunes en la mayoría de los países.

La empresa estadounidense Western Union era la entidad encargada de enviar las remesas a Cuba. En el esquema existente, esa entidad cobraba en Estados Unidos al emisor de la remesa cinco dólares por cada 100 que se enviaban a Cuba, como comisión comercial. La propia Western Union pagaba a Fincimex un dólar por cada 100 remesados. Este pago a Fincimex ocurría por concepto de servicios prestados, lo cual es una práctica común en la industria de remesas internacionales.

Es falso que Fincimex, el Gobierno cubano o las Fuerzas Armadas se apropiaran de un 20% o un 40% del dinero remesado a Cuba desde Estados Unidos, falsedad que políticos de ese país repiten sin parar. Insisto, el dinero remesado no era objeto de gravamen alguno al ingresar a Cuba. El destinatario recibía el monto remesado total e íntegramente.

¿Cuál era el papel de Fincimex en la tramitación de las remesas en Cuba?

−Fincimex es una empresa comercial como muchas que existen en Cuba, reconocida y respetada en la industria de remesas internacionales. Mantiene relaciones comerciales con importantes entidades financieras de varios países y brinda el servicio de remesas que llega a Cuba desde disímiles partes del mundo. Sus resultados empresariales son públicos de acuerdo con lo dispuesto en Cuba para las sociedades anónimas y el Registro Mercantil.

En Cuba, los bancos comerciales aceptan remesas desde otros bancos internacionales y Fincimex es la empresa con el encargo estatal de ejecutar las remesas enviadas a Cuba mediante empresas financieras no bancarias. Es la entidad que cuenta con la infraestructura establecida, la experiencia acumulada y el sistema normativo acorde con las reglas internacionales para ese tipo de transacción.

El Gobierno de Estados Unidos ha dicho que su objetivo es anular la participación de militares en el proceso de envío de remesas. ¿Tiene sustento esta aseveración?

−Fincimex es una entidad ciento por ciento civil. Ninguno de sus trabajadores es militar. Es falso que se trate de una entidad perteneciente a las Fuerzas Armadas. Los ingresos de Fincimex por servicios prestados forman parte de los ingresos generales del país y se destinan tanto al sostenimiento y funcionamiento de la propia empresa -incluyendo su infraestructura tecnológica- como a realizar aportes al presupuesto nacional y la economía en su conjunto. Es falso que sus ingresos se destinen al sostenimiento de las Fuerzas Armadas.

¿La tramitación de las remesas procedentes de EE.UU. constituía un procedimiento rutinario o entrañaba dificultades particulares?

−El manejo de las remesas procedentes de EE.UU. vía Western Union era para Fincimex una operación de altos riesgos financieros, toda vez que los montos eran pagados al receptor de la remesa antes de recibirse el pago desde la compañía estadounidense. Era un riesgo asumido debido a la importancia del servicio para los consumidores.

Pero hay quienes en Estados Unidos proponen que las remesas se realicen sin participación del Gobierno cubano y, en particular, sin la participación de Fincimex.

−Cada país dispone y organiza en su territorio nacional la recepción de remesas conforme mejor determine, cumpliendo con sus propias leyes y con normativas internacionales. Se trata de una prerrogativa soberana. Estados Unidos no puede dictarle eso a ningún país. Pretenderlo es una violación del derecho internacional.

En realidad, nuestro Gobierno no tiene un papel directo en la recepción de remesas. Se trata de una actividad comercial y la gestiona una entidad comercial, en este caso Fincimex. El papel del Gobierno, en uso de sus prerrogativas soberanas, es designar a Fincimex como la entidad encargada de esta gestión. Ningún Gobierno extranjero, incluyendo el de EE.UU., tiene derecho a dictarle a Cuba qué empresa puede gestionar remesas y cuál no.

Debo enfatizar nuevamente, Fincimex no retenía ni aplicaba gravamen alguno a los montos gestionados. Es falso que sea una entidad militar. Es falso que la institución, las Fuerzas Armadas o el Gobierno cubano retuvieran un porcentaje del monto remesado. El Gobierno de Estados no debería interferir en cómo y a quién sus ciudadanos, en ejercicio de sus derechos constitucionales, envían las remesas.

¿Cuál ha sido el impacto de la interrupción de las remesas a Cuba provenientes de EE.UU.?

−La principal consecuencia de la interrupción de las remesas a través de los canales formales e institucionales fue el aumento de la dificultad y los costos para recibirlas. La medida ha impactado negativamente en el nivel de vida de los receptores y en los bolsillos de quienes las envían. Se dice que actualmente las personas están pagando en Estados Unidos hasta 30 dólares o más por cada 100 que envían a sus familiares en Cuba a través de canales irregulares. La pregunta es quién se beneficia de eso, porque a simple vista es un castigo inmerecido al pueblo de Cuba y a sus familiares en Estados Unidos.

Otra consecuencia ha sido el aumento de las transferencias incontroladas de divisas desde Estados Unidos a Cuba, algo que nunca es positivo y que va en contra de lo que la comunidad internacional intenta organizar y regular.

En consecuencia, el levantamiento de las restricciones impuestas en octubre de 2020 beneficiaría a todos los que ahora se ven injustamente afectados. También ayudaría a regular nuevamente el principal movimiento de divisas entre los dos países.

Cuba Biden: expresión de una política antipolítica

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Casi siete meses después de asumir la presidencia, Biden mantiene vigentes las 243 medidas coercitivas adoptadas durante el mandato de Donald Trump. Foto: Prensa Latina

Por.Erasmo Rodríguez Sánchez

Con la división de la sociedad en clases se complejizó la vida de los hombres por cuanto en lo adelante todo estuvo permeado por una palabra que, aunque a veces es solo del argot de los académicos y los investigadores, está más al alcance de los humanos de lo que nos imaginamos: en realidad la política es transversal a toda la actividad que el hombre realiza.


Por tanto, el ilustre presidente de los Estados Unidos, Joseph Robinette “Joe” Biden, como todos los mortales no ha estado exento de caer en las garras de la política.
De este modo es graduado de la Academia Archmere en Claymont, Delaware, 1961, y en Historia y Ciencias Políticas por la Universidad de Delaware en 1965.
Para esa fecha, el señor Biden tenía tan solo 23 años y comenzaba a tener el bagaje de un futuro hombre de política en la nación norteamericana.
Su desempeño se puede ver con diferentes funciones y tareas en adelante en el mandato de los presidentes William «Bill» Jefferson Clinton, George Walker Bush y en el de Barack Hussein Obama. Este último lo llegó a condecorar con la Medalla Presidencia de la Libertad.
Luego de una enconada batalla política con el líder inmobiliario Donald John Trump, llegó a la Casa Blanca. Es decir, estamos en presencia de todo un coloso de la política, un maestro de la política.
Sin embargo, desde las fauces del país que gobierna se diseñan planes desestabilizadores contra Cuba, al estilo de los golpes blandos con el que ribetearon las tristemente célebres Revoluciones de colores y le dieron el tiro de gracia al socialismo en Europa de Este.
No les bastó con convertir en patio a los países exsocialistas en esta región del planeta y lanzaron una escalada agresiva contra todas aquellas naciones que vieron como obstáculo a sus pretensiones globales.
Entonces, la poderosa maquinaria de guerra no convencional fue lanzada hacia Libia, Siria, Venezuela, Bielorrusia, Ucrania; una y otra vez, sin importarles las muertes que provocan las guerras intestinas que crean.
Ahora, los sistemas de alta tecnología de la Internet profunda, tratan de socavar las bases históricas, culturales y políticas ideológicas de la nación cubana; tratan de colocar una cuña donde yace el dolor en la población por la pérdida de familiares en una lucha sin cuartel contra la covid-19; en las carencias propias de un bloqueo que es inamisible en la política de un Estado como el norteamericano que conquistó su libertad con el filo de sus bayonetas: entonces una empresa justa, una sabia política de los padres fundadores de esa nación, una correcta política.
No la política de la antipolítica que oferta el gobierno de Biden, con su irrespetuosa propuesta de ofrecer vacunas a Cuba por dudar de la competencia de nuestro Gobierno revolucionario: uno de los Gobiernos más humanos que la humanidad haya podido ver en la larga historia de la política.
Una adecuada política sería eliminar el férreo bloqueo económico, financiero y comercial que tienen contra la Isla.
Sería una adecuada política que nos facilitara la venta de insumos para combatir la Covid-19, con el que no solo se beneficiaría el pueblo de Cuba sino también los norteamericanos por cuanto los cubanos no nos caracterizan el rencor.
Esa es una buena política donde el rencor no impera.
Pero, desgraciadamente el ilustre presidente de los Estados Unidos Joseph Robinette “Joe” Biden, no se ha percatado que tal vez los estudios realizados en Historia y Ciencias Políticas en la Universidad de Delaware en la década de 60 del siglo pasado, no se ajustan a la nueva dinámica del mundo del siglo XXI, en el que la supervivencia de la especie es un tema más importantes que el de la otrora lucha contra el comunismo.
Y quizás, la Covid-19 sea tan solo el borde delantero de otras de las grandes crisis por las que ha pasado la civilización, devastadoras, demoledoras a su paso de unos de los logros más sublimes de la naturaleza: el ser humano.
Es hora del imperio del sentido común, de las buenas prácticas en todos los sentidos; es hora de la solidaridad humana, de compartir hasta el dolor, porque los humanos duelen igual, independientemente, del lugar que sean, del país que sea, de la cultura, religión o partido político del que sea.
La Covid-19 no hace distinción: las víctimas duelen porque somos humanos.
Causa indignación escuchar a Biden, decir lo que dice de Cuba: no hay duda, su actitud es expresión de una política antipolítica.