
Manlio Dinucci.─ ¿Qué relación existe entre sociedades geográfica, histórica y culturalmente lejanas, desde Kosovo hasta Libia y Siria, desde Irak hasta Afganistán, desde Ucrania hasta Brasil y Venezuela? Lo único que tienen en común es el hecho de verse arrastradas por la estrategia global de Estados Unidos, ejemplificada en la «geografía» del Pentágono, que divide el mundo en «áreas de responsabilidad». Cada una de esas áreas está «en manos» de uno de los seis «mandos combatientes unificados» de Estados Unidos:– el Mando Norte (NorthCom) cubre Norteamérica,
– el Mando Sur (SouthCom) cubre Sudamérica [1],
– el Mando para Europa (EuCom) cubre la región que incluye la Unión Europea y Rusia,
– el Mando para África (AfriCom) cubre el continente africano,
– el Mando Central (CentCom) cubre el Medio Oriente y parte de Asia,
– el Mando del Pacífico (PaCom) cubre la región Asia/Pacífico.A los 6 mandos geográficos se agregan otros 3 que operan a escala mundial:
– el Mando Estratégico (StratCom) a cargo de las fuerzas nucleares,
– el Mando de Operaciones Especiales (SoCom),
– el Mando de Transporte (TransCom).
Al frente del Mando Europeo [EuCom] se encuentra un general o un almirante nombrado por el presidente de Estados Unidos. Este alto jefe militar estadounidense asume automáticamente el cargo de Comandante Supremo de las fuerzas de la OTAN en Europa. La OTAN se ve así automáticamente incluida en la cadena de mando del Pentágono, lo cual implica que opera fundamentalmente en función de la estatregia de Estados Unidos. Esa estrategia consiste en la eliminación de todo Estado o movimiento político-social que constituya una amenaza para los intereses políticos, económicos y militares de Estados Unidos, país que, aunque sigue siendo aún la mayor potencia mundial, está perdiendo terreno ante la aparición de nuevos actores estatales y sociales.