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Abdala en La Habana: 92% de efectividad en pacientes graves

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Tras concluir la evaluación del impacto de la vacuna Abdala en la provincia de La Habana, las evidencias científicas demuestran una efectividad de un 92%, para la gravedad, y de un 90,7%, para el fallecimiento.

Así lo confirmó este martes el doctor Pedro Mas Bermejo, vicepresidente de la Sociedad Cubana de Higiene y Epidemiología, durante el encuentro que cada semana propicia el Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista y Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, con el grupo de científicos y expertos que lideran en el país las actividades de ciencia e innovación tecnológica en el enfrentamiento a la COVID-19.

Según explicó Mas Bermejo, estos análisis se rigen por un documento emitido en mayo del 2020 por la Organización Mundial de la Salud, donde se hacen recomendaciones para evaluar los indicadores de la epidemia y también cómo influyen en su comportamiento las vacunas.

De acuerdo con los resultados presentados, en el caso de la positividad de las pruebas diagnósticas a través de PCR, el vicepresidente de la Sociedad Cubana de Higiene y Epidemiología recordó que mientras en el país ese número se mantenía por debajo de 5%, en La Habana estaba por encima de 15%.


Después del 15 de agosto del presente año —momento en que se terminó de administrar la tercera dosis en la capital—, empezó el descenso de este indicador, aseveró, el cual se ha mantenido en los días más recientes muy por debajo de 5%. “Eso habla de un control en La Habana”, dijo.

Respecto a la tasa de incidencia de la enfermedad por cada 100 000 habitantes, refirió que después de la entrada a Cuba de la variante Delta también tuvo lugar un ascenso, llegando a ser de 1 200, cifra que en estos momentos es de 207.

De manera particular sobre los pacientes hospitalizados, comentó que se manifiesta una disminución considerable, incluidos quienes se encuentran en las unidades de cuidados intensivos. Los ingresos diarios en las unidades de atención al grave, acotó, empezaron a bajar a partir del pasado 18 de agosto, momento en que se produjo el pico con los mayores números en la capital. La tendencia a la disminución ha continuado, especificó.

Asimismo, se refirió a la relación entre las tasas de mortalidad e incidencia por cada 100 000 habitantes, las cuales empezaron a descender a partir del 3 de agosto. Ese comportamiento tuvo mucho que ver —precisó— con los días que transcurrieron desde que inició la inmunización en La Habana.

Los estudios que se han realizado en el país, adelantó, evidencian que el punto de inflexión de la epidemia comenzó cuando alcanzamos como promedio un 38% de vacunación. En el mundo, puntualizó, ese momento ha comenzado en el 60% de la vacunación.

Todavía hay muchas hipótesis que tendremos que seguir estudiando —subrayó– pero este ha venido siendo el comportamiento de la efectividad de la vacuna Abdala que se ha podido comprobar en la capital.

Teniendo en cuenta los indicadores epidemiológicos analizados, concluyó, la efectividad en La Habana mostró un valor elevado de la protección de Abdala ante la forma grave de la enfermedad y el fallecimiento.

“Son resultados muy elocuentes, que resumen el tremendo y extraordinario trabajo que se ha realizado”, subrayó Martha Ayala Ávila, directora General del Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología (CIGB). Vacunar a la población de la capital con la velocidad que se hizo —enfatizó— es realmente algo muy meritorio.

La ciencia en Cuba sigue buscando soluciones

Teniendo en cuenta lo arrojado por el estudio, en el transcurso del presente mes se ampliará el universo a estudiar en una fase siguiente de ensayo clínico.

Cada jornada constituye un nuevo reto para la ciencia cubana, y en cada una se encuentran motivaciones para desarrollar el conocimiento y ponerlo en función de la vida. Los resultados obtenidos del ensayo clínico exploratorio, controlado, aleatorizado, abierto y monocéntrico realizado para evaluar la seguridad y el efecto antiviral de la  Gammaglobulina anti SARS-CoV2 en pacientes graves con la COVID 19, también son una muestra de ello.

Según se dio a conocer en el encuentro —en el cual participó el miembro del Buró Político y Primer Ministro, Manuel Marrero Cruz— este producto podría convertirse en el primer producto cubano como tratamiento específico para pacientes contagiados con el virus del SARS-CoV-2.

La doctora Beatriz Amat Valdés, del hospital militar Doctor Luis Díaz Soto —institución que sirvió de escenario para el estudio Fase I—, detalló que se incluyeron pacientes con diagnóstico positivo a la COVID-19, confirmados por PCR, que cumplieran al menos uno de los criterios de gravedad que establece el protocolo de actuación nacional.

Todos fueron mayores de 19 años y tenían menos de 10 días desde que iniciaron los síntomas, comentó. De acuerdo con su explicación, se trabajó con dos grupos: uno de ellos solo recibió el tratamiento que establece el protocolo de actuación nacional y al otro se le administró, además, la gammaglobulina en dosis única.

Entre otros aspectos, Amat Valdés señaló que ninguno de los enfermos que participó en el ensayo clínico necesitó de ventilación mecánica y solo se reportó un fallecido, mientras que en el grupo que no recibió el medicamento fallecieron cinco.

Ningún paciente incluido en el ensayo presentó eventos adversos graves asociados a la administración del producto, aseveró. “Eso nos permite afirmar que el medicamento es muy seguro”, valoró.

Teniendo en cuenta lo arrojado por el estudio, en el transcurso del presente mes se ampliará el universo a estudiar en una fase siguiente de ensayo clínico.

Los resultados obtenidos hasta el momento sugieren —explicó la doctora en Ciencias Consuelo Macías Abraham, directora del Instituto de Hematología e Inmunología—, que la Gammaglobulina anti SARS-CoV2 podría estar entre los medicamentos de primera línea para el tratamiento de la COVID-19.

Las cifras de la epidemia continúan su descenso

Al cierre de la pasada semana eran 3 892 personas, lo cual significa 1 839 menos que en igual periodo anterior.

Que por seis semanas consecutivas se mantenga una disminución de los contagios en el país, es una realidad que evidencia un mejor comportamiento de la enfermedad en todo el territorio nacional, aunque no constituye motivo para la confianza.

Así ratificó el ministro de Salud Pública, José Angel Portal Miranda, al comentar —durante la reunión del grupo temporal del trabajo para la prevención y control del nuevo coronavirus, que encabeza el Presidente Díaz-Canel y dirige el Primer Ministro— los aspectos más distintivos de la epidemia en la última semana.

Es un comportamiento que se manifiesta en todo el país y parece ser irreversible, había dicho con anterioridad en el encuentro con el grupo de científicos y expertos el doctor Raúl Guinovart, decano de la Facultad de Matemática y Computación.

En descenso continúa también, detalló Portal Miranda, el número de contagiados con la enfermedad que se encuentran ingresados. Al cierre de la pasada semana eran 3 892 personas, lo cual significa 1 839 menos que en igual periodo anterior.

Como un elemento significativo destacó que han seguido disminuyendo los ingresos en el hogar y en estos momentos la mayor parte de los confirmados tienen un ingreso hospitalario.

No obstante esa realidad, llamó la atención sobre provincias como Camagüey, Holguín, Sancti Spíritus, Villa Clara, Pinar del Río y Las Tunas, en las cuales se concentró el 72% de los casos diagnosticados en la última semana.

Ante el inminente escenario que se comenzará a vivir en Cuba, con el paso a la nueva normalidad y el incremento de varias actividades y servicios, el Ministro de Salud Pública enfatizó a las autoridades de las diferentes provincias en la importancia de no retroceder —por el incumplimiento de los protocolos— en el control que se ha logrado de la enfermedad.

En algunos lugares, subrayó, se empiezan a ver personas que no usan el nasobuco y es una medida básica que no podemos ignorar. “El control de la enfermedad no se puede dejar solo a las vacunas; nadie puede confiarse, es imprescindible seguir insistiendo en las medidas básicas de protección personal: no es solo exigirlas, sino también lograr que se cumplan”.

Más del 65% de la población cubana ha completado su esquema de inmunización

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El Ministerio de Salud Pública informó que al cierre del 1ro de noviembre se acumulan en el país 25 869 765 dosis administradas con las vacunas cubanas Soberana 02, Soberana Plus y Abdala.

Hasta la fecha, han recibido al menos una dosis de una de los inmunógenos cubanos mencionados, 9 963 447 personas, dentro de las que se incluyen las vacunadas con Soberana Plus como dosis única.

De ellas ya tienen segunda dosis 8 956 486 personas y tercera dosis 6 949 832 personas.


Cuba desarrolla una intensa campaña de vacunación masiva que incluye la población pediátrica de dos a 18 años, y que busca completar el 90 % de cobertura de inmunización anticovid para finales de noviembre.

Nuestros niños llegarán a las aulas vacunados; único país del mundo que podrá reiniciar las clases con sus hijos protegidos con vacunas hechas en el propio país. Foto: Archivo/Cubadebate.

No obstante, el control de la epidemia requiere disciplina en el acatamiento de las orientaciones sanitarias. El Ministro de Salud Pública, doctor José Angel Portal Miranda, dijo este lunes en el grupo temporal de trabajo que en algunos lugares se empiezan a ver personas que no usan el nasobuco y es una medida básica que no podemos ignorar.

El control de la enfermedad no se puede dejar solo a las vacunas; nadie puede confiarse, es imprescindible seguir insistiendo en las medidas básicas de protección personal: no es solo exigirlas, sino también lograr que se cumplan”.

Entidad reguladora mexicana emite opinión favorable sobre la vacuna cubana Abdala

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Abdala. Foto: Ismael Francisco/ Cubadebate.

La vacuna contra el coronavirus Abdala, desarrollada en Cuba, obtuvo una opinión favorable del Comité de Moléculas Nuevas (CMN) de la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris).


La vacuna está elaborada con la proteína recombinante del dominio de unión al receptor del virus SARS-CoV-2 (RBD). Está indicada para su aplicación en personas adultas y tiene una eficacia de 92.28 por ciento contra la enfermedad sintomática.

Para su manejo y almacenamiento se requiere mantenerla a una temperatura de entre 2 y 8 grados centígrados.

Primer biológico latinoamericano

Éste es el primer biológico de origen latinoamericano que se llevó a cabo con éxito y, desde su autorización en la isla en julio pasado, ya se aplica en áreas de alto contagio en Cuba y en Venezuela. Se trata del resultado de la investigación realizada en el Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología (CIGB) de la nación caribeña.

Para el CMN, también es la primera vacuna de latinoamérica que revisa y avala que cumple con los requisitos de calidad, seguridad y eficacia. Con este dictamen positivo, continúa el trámite para que la Cofepris emita el registro de uso de emergencia del biológico.

En Cuba se están desarrollando otras dos vacunas contra el virus SARS-CoV-2, denominadas Soberana 1 y 2, cuyos estudios se encuentran entre la fase I y II la primera, y III la segunda.

(Con información de La Jornada)

CIGB, uno de los proyectos descomunales de Fidel (+ Fotos y Video)

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Quienes pensaron que Fidel se había vuelto “loco”, al apostar por la industria médico-biotecnológica en momentos en que esta última disciplina comenzaba a surgir en los países más industrializados, recibieron una bofetada de realidad el 28 de mayo de 1981, cuando se produjo el primer interferón en Cuba. Y otra más fuerte, el 1ro de julio de 1986, con la creación del CIGB, proyecto descomunal del Comandante, que ha beneficiado a millones de personas en todo el orbe y que hoy celebra su 35 aniversario exhibiendo un producto promisorio: Abdala.

Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología (CIGB). Foto: Abel Padrón Padilla/ Cubadebate

Que en 1976, en California, Estados Unidos, se creara la primera empresa biotecnológica en el mundo, la Genetic Engineering Tech, Inc. (Genentech, Inc.), seguramente no sorprendió. Pero que en 1981, Cuba emprendiera el desarrollo de la industria de la biotecnología, cuando no había similares en la región, ni siquiera en Europa, sí fue noticia.

En su capacidad visionaria, Fidel sabía que el futuro de Cuba tenía que ser, necesariamente, de hombres de ciencia. Lo expresó en 1960, cuando un 25 por ciento de la población cubana era analfabeta y otro tanto de personas funcionaban como tal, aunque sabían leer y escribir. Vino entonces la Campaña de Alfabetización, la construcción de escuelas y centros asistenciales de salud, la preparación de los científicos.

Un acontecimiento importante en la historia de la biotecnología cubana fue la creación el 1ro de julio de 1965 del Centro Nacional de Investigaciones Científicas (CNIC), conocido como el padre de las ciencias en la Mayor de las Antillas. Le sucederían otros igual de respetables, entre ellos, el Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología (CIGB).El Comandante en Jefe, Fidel Castro, en una de sus habituales visitas al CNIC. A su lado, el doctor Wilfredo Torres Yríbar, quien dirigió la institución durante diez años. Foto: Granma

El Comandante en Jefe, Fidel Castro, en una de sus habituales visitas al CNIC. A su lado, el doctor Wilfredo Torres Yríbar, quien dirigió la institución durante diez años. Foto: Granma

En la gesta del CIGB: estadounidenses, finlandeses y mucho Fidel

George Thomas Leland, un congresista norteamericano de Texas, venía a Cuba con cierta frecuencia, dada su vocación social. En una ocasión Fidel le habla de su preocupación con el tema del cáncer. George le comenta sobre el uso del interferón en instituciones médicas ubicadas en su estado y más adelante trae a la Isla, a Randolph Lee Clark, uno de los oncólogos más destacados de la época y estudioso de la novedosa terapia.

En noviembre de 1980, Fidel conoce personalmente a Clark.

En el acto de inauguración del CIGB, el primero de julio de 1986, Fidel rememoró el encuentro.

“(…) fue la primera vez que él me habló de las investigaciones que estaban haciendo con el interferón. Pidió que le enviáramos un médico, para que conociera las investigaciones que se hacían. Yo por precaución envié dos, porque en el Derecho, lo que abunda no daña. Y allí los recibió el doctor Clark y les explicó todas las investigaciones que estaban haciendo. Los compañeros regresaron muy entusiasmados.

Gracias a la visita hicieron contacto con el centro que estaba produciendo interferón en Finlandia. Gracias a esa visita se hizo contacto con otra persona, que fue el doctor  Kary Cantell, de Finlandia (…) le dijimos que queríamos conocer las técnicas de producción del interferón, y también invitó que enviáramos dos investigadores. Y siguiendo el mismo principio, le enviamos seis (RISAS).

Los recibió a los seis, estaba encantado porque vio que los compañeros fueron con mucho interés. En menos de dos semanas, le enseñaron los principios esenciales de la técnica”.

Encuentro de Fidel con el doctor estadounidense Randolph Lee Clark, en noviembre de 1980. Foto: Cortesía del CIGB.

Encuentro de Fidel con el doctor estadounidense Randolph Lee Clark, en noviembre de 1980. Foto: Cortesía del CIGB.

A menos de seis meses de aquel encuentro, en una casa de apenas unos 180 metros cuadrados, exactamente en la número 149, del reparto Atabey, en La Habana; los científicos que habían recibido entrenamiento en Texas (Manuel Limonta y Victoria Ramírez) y en Helsinki (Manuel Limonta, Victoria Ramírez, Ángel Aguilera, Eduardo Pentón, Silvio Barcelona y Pedro López), junto a una colaboradora de Cantell; produjeron un interferón a partir de glóbulos blancos en menos de 45 días, el primero que se desarrolló en el país, el 28 de mayo de 1981.

Un mes después ocurre un brote de dengue hemorrágico en la Isla, y precisamente los primeros lotes del novedoso medicamento se destinaron a los pacientes contagiados con dengue. En jornadas posteriores el interferón se utilizaría como terapia para combatir una epidemia de conjuntivitis, también hemorrágica. En ambos casos los resultados fueron muy favorables.

Con la finalidad principal de producir el interferón, -que abría nuevas perspectivas en el tratamiento de diversas enfermedades, incluido algunos tipos de cáncer-, el 20 de enero de 1982, Fidel funda el primer centro biotecnológico en el país, el Centro de Investigaciones Biológicas, germen del actual CIGB, pues en él se formó gran parte de los primeros profesionales que trabajarían en el gran complejo investigativo-productivo.

“Y después, más a adelante, a consecuencia de todo este proceso, surge la idea de este Centro. Tampoco fue absolutamente casual, estimulado por los resultados obtenidos en el Centro de investigaciones Biológicas, surgió la idea de hacer un esfuerzo mayor. Y en esto contribuyó mucho una idea de la ONUDI, la Organización de las Naciones Unidas para el Desarrollo Industrial. Ellos tenían el proyecto de hacer un Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología.

A nosotros llegó la noticia de la idea de hacer este Centro. Naturalmente, aspirábamos de ser posible que nos asignaran ese Centro. En vista de aquella situación y de la diversidad de aspiraciones, y para no entrar en conflicto con nadie, es que decidimos renunciar a aquel Centro y desarrollar el Centro por nuestra cuenta, cuando apenas han pasado cinco años y medio de la conversación con el doctor Clark, que hayamos podido inaugurar este Centro…

Fidel junto a Frei Betto y un grupo de científicos cubanos en la Inauguración del Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología de La Habana, en 1986. Foto: Cortesía del CIGB

Fidel junto a Frei Betto y un grupo de científicos cubanos en la Inauguración del Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología de La Habana, en 1986. Foto: Cortesía del CIGB

El CIGB y el despunte impetuoso de la ciencia cubana

Pese al bloqueo económico con el que desde 1961 Estados Unidos hostigaba a Cuba y los indicios de un posible desplome del campo socialista, el gobierno revolucionario invirtió numerosos recursos materiales y humanos para la creación del CIGB. En el  acto de apertura de la nueva institución, dijo Fidel: “El centro es grande, pero yo espero que sean grandes también los resultados científicos que se obtengan”.

Desde el principio, el Comandante apostó por la ciencia y cuando llegó el duro período, el Especial, mantuvo el criterio de que la supervivencia de la Revolución y el socialismo, y la preservación de la independencia, dependían fundamentalmente de la ciencia y la técnica.

Cuando los enemigos y escépticos de la Cuba socialista en el nuevo mundo capitalista, celebraban de antemano la asfixia del pueblo cubano, Fidel hizo lo que nadie imaginó: crear más centros científicos, entre ellos, los centros biotecnológicos de Camagüey (1989) y Sancti Spíritus (1990), y el Centro de Inmunología Molecular (1994).

Probablemente, muchos lo dieron por loco, pero por “esa facultad de vislumbrar la evolución de un hecho hasta sus consecuencias remotas”, afirmó en 1993 con absoluta convicción:

«La ciencia y las producciones de la ciencia, deben ocupar algún día el primer lugar de la economía nacional, que partiendo de los escasos recursos, sobre todo de los recursos energéticos que tenemos en nuestro país, tenemos que desarrollar las producciones de la inteligencia, y ese es nuestro lugar en el mundo, no habrá otro (…)».

Igualmente, al inaugurar el Centro de Inmunología Mo­lecular el 5 de diciembre de 1994, el líder enfatizó:

«Es un orgullo en pleno Periodo Especial inaugurar este Centro que no es un lujo, es una promesa de salud para nuestro pueblo y es una promesa de ingresos para nuestra economía«.

Confiaba en la ciencia y en los científicos cubanos. En su apretada agenda de trabajo, hacía un tiempo para ocuparse de este sector y sus hacedores. Seguía los avances relacionados con dicha especialidad en el mundo, intercambiaba con los investigadores, preguntaba hasta el más mínimo detalle de cualquier estudio, les sugería ideas, los desafiaba a desarrollar proyectos colosales.La población cubana recibe las dosis del candidato vacunal Abdala, producto logrado por el CIGB. Foto: Ismael Francisco/ Cubadebate

La población cubana recibe las dosis del candidato vacunal Abdala, producto logrado por el CIGB. Foto: Ismael Francisco/ Cubadebate

Bendita “locura”

Quienes pensaron que Fidel se había vuelto “loco”, al apostar por la industria médico-biotecnológica en momentos en que esta última disciplina apenas comenzaba a surgir en los países más industrializados, recibieron la primera bofetada de realidad el 28 de mayo de 1981, con la producción del primer interferón en Cuba.

A ese logro, la comunidad científica de la Isla sumaría muchos otros que contribuirían al mejoramiento de la salud de las personas, al fomento de planes agropecuarios, de la veterinaria y del medio ambiente. Numerosas alegrías regalarían los investigadores del CIGB al Comandante, al pueblo de Cuba y también al mundo.

Entre las creaciones prominentes del Centro está el Heberprot-P, promotor de la cicatrización de las úlceras del pie diabético, de eficacia no vista antes y con el cual se han beneficiado más de 250 mil pacientes en diversas latitudes, según datos publicados recientemente por la Agencia Cubana de Noticias.

También fármacos como la estreptoquinasa recombinante cubana, que contribuye a restablecer el flujo sanguíneo en pacientes con infarto del miocardio y previene la necrosis isquémica del corazón. Su uso se generalizó en 1993 y salva de 200 a 400 vidas cada año.

De igual modo, la vacuna contra la infección por el virus de la hepatitis B, capaz de reducir la evolución de dicha patología a los estados agudos y crónicos, la cirrosis hepática y el hepatocarcinoma primario. Gracias a su aplicación masiva, desde 1999, nuestro país no reporta casos de he­patitis B aguda en niños por debajo de cinco años; condición que a partir del 2006 también se extendió a los menores de 15.

Porque está destinado a la salud de nuestros infantes, no puede faltar la referencia a la vacuna pen­tavalente líquida (Heberpenta), contra la difteria, el tétano, la tosferina, la he­patitis B y la Haemophilus influenzae tipo B. Desde el 2009, parte del programa de vacunación infantil del Ministerio de Salud Pública de Cuba.

El equipo de científicos del CIGB destaca además por proyectos como el CIGB-500, medicamento con un significativo efecto cardioprotector; el CIGB-300, péptido antitumoral con buenos resultados a nivel de laboratorio y clínicos; y el Heber­ferón, una combinación del interferón-alfa 2b y gamma recombinante, para tratar enfermedades oncológicas, además de constituir una terapia alternativa de procederes quirúrgicos o no; actualmente incluido en el protocolo de tratamiento de la Covid-19.

Los inmunizantes contra la meningitis B y C, y los métodos para el diagnóstico de VIH, Síndrome de Down, dengue, embarazo, cáncer y defectos del tubo neural resultan otras conquistas de este colectivo. Del mismo modo, el producto ecológico HerberNem, destinado al control de plagas en varios cultivos, y el Acuabio 1, estimulador del crecimiento y el sistema inmune en organismos marinos.

Hoy 1ro de julio, el CIGB llega a su aniversario 35, exhibiendo una de sus creaciones más promisoria: Abdala, candidato vacunal contra la Covid-19, que se prevé sea validado como vacuna, pues posee una eficacia del 92,28 por ciento, de acuerdo con exámenes del ente avalador de la calidad y seguridad del producto.

Es un regalo que le debíamos al Comandante en Jefe Fidel Castro, dijo ante la prensa nacional la directora de la institución, Marta Ayala, al evocar en primera instancia la figura del fundador del CIGB, un visionario y soñador que desde fines de los 70 y con más fuerza en los años 80 impulsó la formación científica y el trabajo investigativo de la pujante rama por vía de la creación de interferones, hasta ese momento solo al alcance de países desarrollados”.

Y es que con la creación del CIGB, sumaba el líder de la Revolución Cubana, Fidel Castro Ruz, otro plan descomunal a su hoja de vida. Un proyecto colosal como él mismo, con el que se ha beneficiado, no solo el pueblo cubano, sino millones y millones de personas en todo el orbe. Beneficios por los que debemos eterno agradecimiento a los profesionales del Centro y al Comandante, principal artífice del gran complejo investigativo-productivo.

Quizás el Gabo tuvo en cuenta este detalle de Fidel, cuando de él dijo: “No hay un proyecto colosal o milimétrico, en el que no se empeñe con una pasión encarnizada (…) Esa facultad de vislumbrar la evolución de un hecho hasta sus consecuencias remotas (…) Este es el Fidel Castro que creo conocer: un hombre de ilusiones insaciable, incapaz de concebir ninguna idea que no sea descomunal (…) Sueña con que sus científicos encuentren la medicina final contra el cáncer”.Proceso productivo en el Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología (CIGB). Foto: Granma.

Proceso productivo en el Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología (CIGB). Foto: Granma.Proceso productivo en el Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología (CIGB). Foto: Granma.

Proceso productivo en el Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología (CIGB). Foto: Granma.Proceso productivo en el Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología (CIGB). Foto: Granma.

Proceso productivo en el Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología (CIGB). Foto: Granma.Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología de Camagüey creado en 1989. Foto: Rodolfo Blanco Cué/ ACN.

Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología de Camagüey creado en 1989. Foto: Rodolfo Blanco Cué/ ACN.

En video, Fidel durante la fundación del Centro de Ingeniería y Biotecnología (CIGB)

Candidatos vacunales Soberana 02 y Abdala iniciarán en marzo fase III de ensayos clínicos

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Los candidatos vacunales contra la COVID-19, Soberana 02 y Abdala, comenzarán el próximo mes de marzo los ensayos clínicos en fase III, luego de que ambos inmunógenos demostraran su seguridad sin eventos adversos significativos durante los primeros estudios en personas voluntarias.

En un encuentro con la prensa que inició este jueves en el Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología (CIGB) en La Habana, el presidente del Grupo Empresarial BioCubaFarma, Eduardo Martínez, informó que se han aplicado miles de dosis durantes las fases I y II, en las cuales se demostró una potente respuesta inmunológica.

“Ahora estamos esperando que la autoridad regulatoria del CECMED (Centro para el Control Estatal de Medicamentos, Equipos y Dispositivos Médicos) evalúe la información que se le ha entregado y tenemos confianza en que tendremos la aprobación para avanzar hacia esta fase”, afirmó.

Por su parte, el ingeniero Jorge Luis Vega, director de producción del CIGB, recalcó que la seguridad de ambos inmunógenos está demostrada, y añadió que “luego se comprueba la inmunogenicidad, o sea, la respuesta de un número controlado de individuos, y posteriormente la eficacia que se demuestra sobre el terreno con un número mucho mayor de personas”.

Mientras recorría una de las plantas donde en estos momentos se produce el antígeno –a través de células de levadura– del candidato vacunal Abdala, Vega señaló que cuando se concluya la fase III de los enayos clínicos se realiza un proceso de evaluación en el cual se aprueba el registro sanitario del producto.

“Al final se emite un veredicto si el producto está apto para ser comercializado en Cuba y, eventualmente, en el exterior”, dijo