Mes: agosto 2021
Educación y sensibilidad, valores de la programación en Cuba
La Habana, 30 ago (Prensa Latina) El asesor de programas en Cuba sugiere, recomienda o advierte sobre determinadas temáticas relacionadas a la racialidad, enfoque de género, sexualidad, violencia y migraciones, con impacto hoy en el público infantil, adulto o joven.

En entrevista exclusiva con Prensa Latina el profesor e investigador Juan Carlos Gutiérrez Pérez reconoció la responsabilidad de esa profesión en el resultado, calidad y transmisión de un mensaje adecuado mediante contenidos y materiales difundidos en medios de comunicación como la radio y la televisión.
El académico de la Facultad de Ciencias Sociales en la Universidad Central ‘Marta Abreu’ de Las Villas, ubicada en el centro del país, advirtió incluso, sobre el desempeño y la pertinencia de una asesoría especializada en las tres fases: preproducción, producción y posproducción.
‘En la primera de ellas se planifica lo que se hará, durante la segunda se puede corregir alguna falla y en la última se repasa el contenido para que no salga con ninguna imprecisión y el mensaje incorpore un valor educativo y sensible respecto a esos temas’, recomendó.
A juicio del también miembro del equipo de redes de la campaña Evoluciona y coordinador de la Articulación Juvenil por la equidad social y la no violencia de género en Villa Clara, es una labor de mucha exigencia y preparación y, en algunos casos, las personas designadas no están calificadas para ello.
‘Resulta imprescindible la experticia en asuntos específicos abordados en el producto comunicativo. Dentro de la sexualidad y el género, mis áreas de especialización, se encuentran variables como: feminidades, masculinidades, violencia, feminismos; diversidad, salud y educación sexual o derechos sexuales’, explicó.
Consideró, asimismo, como vital la interacción con directores y el resto del equipo e indicó que la programación cubana posee aciertos y desaciertos vinculados con la asesoría en tópicos como sexualidad y género, especialmente, abordados en las novelas y series del horario estelar.
‘Se estereotipa en demasía y son representadas supuestas realidades desde la otredad. Los mensajes difundidos no son los mejores. Destaco como materiales bien logrados, en este sentido, Rompiendo el Silencio, Miradas sin excusas y Cosas de hombres’, concluyó Gutiérrez Pérez.
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Decrece el reemplazo
El hecho es que, desde 1978, la fecundidad en Cuba no cubre la tasa de reemplazo de la población.
Al cierre de 2020, además, la población del país decreció en números absolutos. Quiere decir que, independientemente del efecto de la migración, nacieron menos personas de las que murieron. El año pasado se registraron 105 038 nacimientos y 112 439 defunciones, según informan los indicadores demográficos por provincias y municipios de 2020, publicados por la Oficina Nacional de Estadística e Información (ONEI).
El país concluyó el año con un total de 11 181 595 habitantes, 11 875 menos que en 2019, decrecimiento que se ha ido acentuando, en mayor o menor medida, conforme pasan los años, y que está marcado por los muy bajos niveles de fecundidad, junto a la alta esperanza de vida y el saldo migratorio negativo, que tiene en cuenta solo a aquellos inmigrantes y emigrantes que entran o salen del país con carácter definitivo.

FECUNDIDAD, VARIABLE DETERMINANTE DE LA SITUACIÓN DEMOGRÁFICA EN CUBA
Ante este complejo panorama demográfico, muchos estudios confirman que la fecundidad es una de las variables fundamentales de este decrecimiento de la estructura por edades de la población.
En este sentido, la doctora en Ciencias Dixie Edith Trinquete, del Centro de Estudios Demográficos de la Universidad de La Habana (Cedem), señaló que el tamaño actual de la familia en nuestro país tiende a ser pequeño, en torno a dos hijos o menos. Sin embargo, este comportamiento es histórico. Estudios demográficos refieren que ya a inicios del siglo XX la fecundidad cubana era baja en comparación con otros países de la región. Desde entonces, el acelerado descenso de este indicador ha situado a Cuba como una de las naciones con más bajas tasas de fecundidad de América Latina y el Caribe.
Desde la demografía se habla de la presencia de dos y hasta de tres transiciones demográficas a nivel global. Se trata del paso de elevados niveles de mortalidad y fecundidad hacia bajos niveles en ambas variables. Ese proceso es acompañado de la transformación de una sociedad predominantemente agraria y rural en una sociedad predominantemente urbana y volcada en la producción de bienes y servicios. Según el consenso de los expertos, la Mayor de las Antillas se encuentra en una etapa avanzada de la segunda transición, lo que significa que presenta indicadores de fecundidad y de mortalidad similares a los de países desarrollados de Europa, comentó la experta.
No obstante –apuntó– tal comparación no quiere decir que Cuba tenga los mismos indicadores o características de esos países, sino que los comportamientos de su fecundidad, estadísticamente hablando, se parecen. Las condiciones socioeconómicas de ambas regiones son diferentes, lo que conlleva explicaciones totalmente distintas para este fenómeno.
Algunos especialistas consideran que las causas de tal descenso se ubican en una compleja trama, donde impactan las situaciones económicas, de vivienda, pero también el patrón sociocultural, dado, fundamentalmente, por las características sociales y económicas del país en cada momento, transmitido y aprendido generación tras generación, y que resulta difícil de revertir por su naturaleza multicausal y tiempo posible de cambio.
Los motivos que llevaron a Amanda a retrasar su maternidad poco tienen que ver con problemas económicos, pues tiene dos trabajos, y es monetariamente estable; sin embargo, aún no puede independizarse del hogar de sus padres, ni ha alcanzado todas sus metas profesionales, requisitos que considera indispensable a la hora de plantearse ser mamá.
Por otro lado, su novio no quiere ser papá, no lo ve como algo necesario en su vida, y aunque esta decisión pueda cambiar con el tiempo, pesa mucho para Amanda cuando piensa en salir embarazada.
¿SON RESPONSABLES LAS MUJERES DE ESTAS TASAS?
La doctora Trinquete Díaz explicó que tener hijos es una cuestión de familia, y al hacer responsables solo a las mujeres de la baja fecundidad, estamos subestimando el importante papel de los padres en la familia.
Podría llegarse a pensar que en Cuba las mujeres posponen la maternidad o no repiten la experiencia una vez concebido el primer hijo; no obstante, no todo es blanco y negro. Está demostrado que a menudo el primer hijo se tiene, pero la llegada del segundo a veces se dilata y se pierde en el tiempo, lo que influye en los más de 40 años con una tasa de fecundidad por debajo del nivel del reemplazo.
Ante estos indicadores, que imponen desafíos a la dinámica demográfica del país, no faltan quienes cuestionan a la mujer por su papel en la baja fecundidad, agregó Dixie Edith Trinquete. Hay que entender que ser mujer en la sociedad cubana es mucho más que ser madre. Ellas tienen derecho a decidir sobre sus cuerpos y sus proyectos de vidas.
Las decisiones con respecto a la maternidad también se complejizan con la migración externa e interna, las altas tasas de divorcios y los problemas socioeconómicos individuales.
Por otra parte, existen mujeres que deciden ser madres solteras, mientras otras no lo consideran una opción, como es el caso de Marieta Rodríguez, cubana de 45 años que quedó embarazada por segunda vez a los 35 y, si bien le hizo ilusión un segundo hijo, su economía y el trabajo no lo permitieron. Su mamá, quien la ayudó durante la crianza de su primogénita, ya no está para acompañarla, y en ese entonces estaba recién separada de su pareja. «No podía hacerme cargo de todo, no estaba dispuesta a hacerlo sola» agregó.
En este sentido, la baja fecundidad es también un efecto combinado de una sociedad con altos niveles de salud sexual y reproductiva y acceso a la anticoncepción, que reconoce la igualdad de derechos y oportunidad para las personas, lo cual representa un logro que aún está pendiente en muchos países de nuestra región, puntualizó la interlocutora.
Este panorama demográfico que vive la Isla está muy lejos de ser sencillo y homogéneo. Los niveles bajos de fecundidad contribuyen directamente al envejecimiento poblacional y al decrecimiento paulatino del tamaño de los grupos poblacionales más jóvenes, cada día más evidente en el aumento creciente de la población mayor de 60 años.
Por ejemplo, al cierre del año 2020, Cuba registró un incremento de las personas mayores de 60 años, al reportarse que el 21,3 % de la población ya tiene estas edades, de acuerdo con el Anuario Estadístico de Salud de 2020, del Ministerio de Salud Pública (Minsap).
PROGRAMAS DE ATENCIÓN A LA POLÍTICA DEMOGRÁFICA
Ningún país ha logrado revertir sus tasas de fecundidad, ni siquiera aquellos con un desarrollo económico que les permite programas de estímulo a la natalidad, o aquellos que reciben muchos inmigrantes e incrementan su población por esa vía, significó la doctora Trinquete Díaz.
Sin embargo, a pesar de esta realidad, Cuba defiende que toda mujer o familia que desee tener hijos, cuente con el respaldo económico, político y social para ello.
Es por esto que la dirección del país continúa evaluando y analizando los temas relacionados con la dinámica demográfica como aspecto a priorizar para el desarrollo económico y social de la nación, así como el cumplimiento del programa de atención a este vital asunto.
Por otro lado, dedicar una mayor atención y protección a las mujeres embarazadas, a las madres y padres trabajadores, así como a las familias encargadas del cuidado de los menores, y que cada quien desempeñe el rol que le corresponde y lo haga bien, es la máxima fundamental para llevar a cada familia las mejores esencias del Programa Materno Infantil.
INDICACIONES DEL PRESIDENTE:
- Priorizar la entrega de subsidios a las madres con tres o más hijos menores de 12 años, para la construcción o rehabilitación de viviendas.
- Mejorar la organización, planificación, implementación y control de esta política desde los territorios.
- Chequear rigurosamente este programa en los análisis de la vivienda en nuestro país.
- Lograr una mayor atención y eficiencia desde el Minsap a las parejas infértiles, sobre todo, en las consultas especializadas, que traerá un impacto considerable para la familia cubana.
- Reforzar la atención a las parejas infértiles en todos los niveles, desde los municipios hasta las provincias, de manera que las parejas que se enfrentan a esta realidad puedan disponer de todos los recursos con los que cuenta la nación.
La tierra en manos adecuadas puede dar prosperidad

Alina Perera Robbio – Granma.- El Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista y Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, comenzó su día de trabajo, este jueves, con un recorrido por áreas del gran polo productivo de la provincia de Mayabeque
A la altura del kilómetro 60 de la Autopista Nacional, en una zona conocida como Los Puentes, un cubano enamorado de la tierra está demostrando que todo el alimento que necesitamos puede sacarse de los surcos. Es allí donde él, Osvaldo Fuentes, se ha empleado a fondo con una decena de trabajadores en lo que durante más de treinta años fue monte y ahora tiene siembras de plátano y maíz.
Su escenario es uno de los tres que muy temprano en la mañana de este jueves, en la provincia de Mayabeque, visitó el Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista y Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, acompañado del Viceprimer Ministro y titular de Economía y Planificación, Alejandro Gil Fernández, del ministro de la Agricultura, Ydael Pérez Brito, de la Primera Secretaria del Comité Provincial del Partido en Mayabeque, Yanina de la Nuez Aclich, de la Gobernadora de la provincia, Tamara Valido Benítez, y de otros dirigentes.

Campos de cultivos, ese es «el mejor paisaje que puede tener la autopista a ambos lados», reflexionó el Jefe de Estado en una de las áreas que pertenecen al gran polo productivo de la provincia de Mayabeque. El mejor paisaje, reiteró, «es que uno vaya por la autopista y vaya viendo campos de cultivos de un lado y del otro; (…) ese es un paisaje de prosperidad, de desarrollo».
El primer punto del recorrido fue un área perteneciente al municipio de San Nicolás de Bari, donde el productor Osvaldo Fuentes contó al Presidente Díaz-Canel que la finca al frente de la cual él está trabajando comenzó a fomentarse hace poco más de un año. Hubo que limpiar todo, desmontar —como se dice a quitar la vegetación que dio paso a un terreno donde hoy se dan el plátano y el maíz—. Los beneficios, según explicó el productor, son palpables:
Comercializan con Acopio —contó Osvaldo Fuentes a los periodistas— lo que la tierra les da, y tienen otras facilidades: «podemos vender a las empresas, a los particulares; y ya tenemos un encadenamiento productivo, yo tengo mi quiosco desde el cual puedo vender directamente al pueblo».

Cuando los reporteros preguntaron a este agricultor que ya cuenta con su propia casa de semillas cuál es la clave de su éxito, él afirmó que trabaja «mañana y tarde, sin parar, y tratando de hacerlo siempre mejor».
«Yo digo que la tierra da», dijo Osvaldo en alusión a la comida que Cuba necesita; y dejó en claro que, ante las oportunidades que brindan las 63 medidas recientemente aprobadas por la dirección del país para la agricultura, lo que hay que hacer es sembrar.
Díaz-Canel Bermúdez hizo varias preguntas al productor: quiso saber cuántas personas trabajan con él, y qué opinión le merecen las decisiones que se han tomado para reordenar la economía cubana. Entonces Osvaldo, desde la sinceridad típica en hombres que conocen y trabajan la tierra, compartió su sentir:
«Yo estoy de acuerdo en eso; lo que hay es que seguir haciendo cosas para que usted vea cómo el país sale adelante. Ahora hay que conversar desde una Mesa Redonda (la televisiva) con los guajiros, y decirles que si ya la economía abrió, por qué no salimos y todo el mundo se pone a sembrar. Hay que salir de las casa, trabajar día y noche».
El segundo lugar visitado por el mandatario, en el municipio de Nueva Paz, fue la finca que pertenece a la Cooperativa de Créditos y Servicios (CCS) «Nelson Fernández». Allí se lleva a cabo un movimiento de tierra con vistas a sembrar yuca y boniato. Y la madera de cada desmonte tendrá destinos útiles, como los artesanos del territorio, por ejemplo.

La Primera Secretaria del Comité Provincial del Partido en Mayabeque explicó al mandatario que para una franja de la autopista ha sido diseñado un programa de desarrollo en varias etapas: «iremos avanzando», enunció Yanina de la Nuez, quien habló de más de dos mil hectáreas para cultivar.
El recorrido tuvo como punto final un área, también en el municipio de Nueva Paz, donde hay sembrada yuca, y donde el Presidente quiso conocer detalles sobre modos y destinos de la comercialización, y sobre el ritmo de labor de quienes están al pie del surco integrados en una CCS.
La gobernadora Tamara Valido hizo énfasis en cómo hay personas muy motivadas para sacar frutos a la tierra, en la medida que la misma quede lista tras las acciones de desmonte. «Cuando empezamos el año, expresó, creímos que la fuerza de trabajo agrícola iba a ser un problema»; pero, como ella también dijo, ha habido una respuesta, hay motivación y las personas se sienten satisfechas.
En algún momento del recorrido el Presidente Díaz-Canel Bermúdez compartió una idea que se conecta con nuestras soberanía y prosperidad: «La tierra es de nosotros», recordó, para seguidamente subrayar otros conceptos: sin que el bloqueo gravite o lo impida, podemos producir nuestros alimentos; lo que no puede haber son tierras ociosas, definición que deja en pie la importancia de poner ese recurso natural en manos de quienes sepan convertirlo en verdadera fuente de riquezas.

Organización Mundial de la Salud exaltó labor de Cuba contra la COVID-19
Granma.- La Organización Mundial de la Salud (OMS) exaltó este miércoles la labor de Cuba en el enfrentamiento a la COVID-19 y se refirió a las capacidades productivas para la obtención de vacunas locales

A través de su director general, el etíope Tedros Adhanom Ghebreyesus, la Organización Mundial de la Salud (OMS) exaltó este miércoles la labor de Cuba en el enfrentamiento a la COVID-19 y se refirió a las capacidades productivas para la obtención de vacunas locales.
Ghebreyesus agradeció, en la red social Twitter, el encuentro sostenido con el representante permanente del archipiélago ante las Naciones Unidas en Ginebra, Juan Antonio Quintanilla, y mostró interés en invertir en las posibilidades de fabricación de vacunas nacionales, y en la prioridad que se concede a las medidas de salud pública para contener la transmisión del SARS-COV-2.
A pesar del acoso económico y político de Estados Unidos, que aprovecha con oportunismo el contexto de pandemia para recrudecer el bloqueo a la Isla y hacer padecer todavía más a su pueblo, Cuba sostiene, mediante su sistema nacional de Salud, basado en la atención gratuita, el enfrentamiento a la COVID-19.
Creó, además, cinco candidatos vacunales contra la enfermedad, tres certificados ya como vacuna, y avanza –con uno de los mejores indicadores mundiales en la velocidad de vacunación– en la inmunización de su población, de la cual cerca de la mitad ha recibido al menos una dosis, y el 28 % tiene ya el esquema completo.
¿Cómo somos los cubanos?

La pregunta que encabeza este artículo puede ser respondida de muchas formas, quizás tantas como más de 11 millones, todas diferentes. Los cubanos estamos en Cuba y también en todo el mundo y allí donde nos encontremos siempre portamos la marca del sitio que nos vio nacer y ser, y con un orgullo extraordinario para la inmensa mayoría. También hay cubanos que no nacieron en Cuba, pero han heredado nuestra conciencia personal y social de sus padres o de haber vivido en esta isla en momentos decisivos de su existencia. También se es cubano de esa forma.
La mejor forma para lograr que un sistema de gobierno sea justo, útil y logre la participación de todos, o al menos de la mayoría, es si se conoce cuáles son las preferencias, deseos, problemas, normas de bienestar y rasgos idiosincráticos de la mayoría. Durante una gran parte de la historia humana se ha desconocido este principio, y por ello han predominado las autocracias, incluso disfrazadas de democracias, que sostienen el poder de una persona o un grupo poderoso de la sociedad sobre el resto, basándose en la fuerza y el engaño masivo.
En el oeste de Eurasia, con un papel protagónico en la cuenca norte del Mediterráneo, fueron depurándose ideas y formas de gobernar que reflejan la natural tendencia de nuestra especie para supervivir. Ya en la Grecia de luces y esclavos bautizaron a la democracia, aunque solo fuera para una parte influyente y propietaria de las personas. Y en los siglos XVIII y XIX se depuraron más las ideas llegándose a concebir e implantar sistemas basados en la proclamación de la igualdad de todos los seres humanos, aunque al final aparecieran algunos “más iguales que otros” en dependencia de sus condiciones de propietarios o no de los medios de producir valor.
En esas condiciones y hasta nuestros días, las preferencias que han predominado para sostener los sistemas de gobierno han sido justamente las de las personas más influyentes y poderosas. Los gustos y estilos que las conforman se han estado trasmitiendo por los medios monopolizados por grupos de poder. Los seres humanos al informarnos seguimos los criterios que más nos lleguen y que tengan posibilidades de ser creídos, aunque sean mentira.
Pero la democratización de la información que inevitablemente trajo la aparición de internet, que provocara el comentario de Fidel de que “estaba hecha para nosotros”, ha convertido en algo vital para cualquier sistema de gobierno el conocimiento de cómo es la gente, de que prefiere, de lo que los hace sentirse bien y lo que les provoca rechazo. Además, el carácter masivo e interactivo de ese sistema de comunicación hace mucho más compleja la capacidad de trasmitir ideas, porque lo mismo se escuchan y siguen las más positivas para el ser humano que las más negativas. Se puede emitir un criterio que demuestre la absoluta igualdad de todos los seres humanos y ser abrazado, y también otro que exprese la superioridad de algún grupo étnico, ideológico, político o religioso sobre los demás y hacerse popular. Es la profesionalidad de los comunicadores una protagonista importante en la asimilación de lo que se quiera trasmitir, independientemente de lo atractivo que sea.
Antes podíamos estar convencidos por una determinada teoría o doctrina y adscribirnos a ella sin miramientos, incluyendo aquéllos aspectos que no entendiéramos bien. Así ha ocurrido con muchas religiones y hasta con las corrientes que se denominaron marxistas – leninistas del siglo XX, en muchos casos aprovechando que ni Marx ni Lenin estaban para confirmar o rechazar muchas de sus elaboraciones. La “planificación socialista” es un buen ejemplo de algo inventado “a posteriori” para bien y para mal y que nunca fue concebida por los fundadores.
Las formas que la ciencia ha ido depurando para llegar a las mejores verdades acerca de la naturaleza y la sociedad adquieren ahora un papel determinante. Un sistema de gobierno verdaderamente popular, de los humildes y para los humildes y en el siglo XXI tiene que basarse en una interacción muy intensa y eficiente con todos. Esto es tanto para trasmitir lo mejor del pensamiento justo, democrático y libertario, logrando su asimilación, evitando falsas liturgias, como para influir, conocer y reaccionar a lo que las personas prefieren, sus problemas, sus añoranzas, sus ambiciones, sus gustos. La ciencia nos dice que este proceso no puede realizarse con límites dogmáticos preconcebidos. La verdad científica es independiente de los deseos y preferencias del experimentador. Si un concepto de gobierno social parece justo, ha sido útil, y dado resultados para el bienestar de todos durante un tiempo, puede que unos años después algunos de sus aspectos queden obsoletos y tengan que modificarse para que permanezca lo esencial. Lo que nunca puede ocurrir es que deje de responder a las expectativas de un pueblo en el que las aspiraciones evolucionan y que tiene una capacidad cada vez mayor de ser influenciado por ideas de cualquier tipo, si se ajustan a los gustos individuales de cada uno.
Si algún programa o proyecto de investigaciones científicas sociales es de absoluta prioridad hoy debe ser el de saber cómo somos los cubanos, que nos gusta y que no, que necesitamos y que no, cuales mensajes de los medios son más penetrantes y cuáles no, como se manifiestan estas preferencias en dependencia de si vivimos en La Habana, en Guantánamo, en Madrid, en Miami o en Rio de Janeiro. Y los resultados de estas investigaciones deben ser públicos, aunque puedan no ser los deseados. Un problema que se desconozca, oculte o ignore a sabiendas nunca se podrá resolver. Las fuerzas que buscan el bienestar de unos pocos a costa de los demás se saben estos procedimientos muy bien porque están entrenados en la comunicación del mercado, donde triunfan y se venden los productos que mejor influyen y cumplen con las expectativas, muchas veces creadas artificialmente, de los consumidores.
La Revolución Cubana se encuentra en un momento coyuntural donde nuestro mayor enemigo en realidad puede ser una incomprensión de estas realidades y por ello no actuar en consecuencia. Los funcionarios del aparato del estado y muchas de sus estructuras tenderán siempre a operar como siempre lo han hecho. Su tendencia natural será seguir los cánones que en otros tiempos les han permitido sostenerse. Ahora las cosas son diferentes. Aquéllos que no comprendan la necesidad de innovar basados en el conocimiento, yendo a las verdaderas raíces libertarias y democráticas del socialismo, cambiando verdaderamente todo lo que debe ser cambiado para lograr una sociedad sin explotación del hombre por el hombre, justa, con oportunidades y derechos para todos por igual, sin distinción alguna, libre, estarán conspirando contra esos principios. El 17 de noviembre de 2005 un visionario que protagonizó esta Revolución nos advirtió en su testamento político que el fracaso solo lo podremos engendrar nosotros mismos con los propios errores.
Un encuentro que bendijo a Cuba
Hay que tener valor y mucho optimismo para salir de todas nuestras adversidades. El Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista y Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, expresó esa convicción, este martes, durante un encuentro con representantes de instituciones religiosas y asociaciones fraternales del país.
Estudios Revolución
«Somos parte de un mismo pueblo, somos parte de un mismo proyecto que defendemos y con el cual nos sentimos comprometidos, y somos parte también de la convicción de que podemos tener un país mejor». Tal certeza fue compartida este martes, desde el Palacio de la Revolución, por el Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista y Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez.
Lo hizo ante representantes de instituciones religiosas y asociaciones fraternales de la Isla, en un encuentro que forma parte de otros que han venido aconteciendo con diversos sectores de la sociedad, para pensar de conjunto, como ha dicho el Jefe de Estado, sobre cómo seguir haciendo la Cuba en la cual quepan todos sus hijos en unidad, respeto mutuo, y en apego a lo más enaltecedor de la vida.
«Creo que con encuentros como este, con lo que ustedes hacen día a día, con lo que aportan, lo que estamos es fortaleciendo el respeto con el que siempre nos hemos tratado: estamos fortaleciendo los valores compartidos», expresó el dignatario en un intercambio que también estuvo presidido por el Miembro del Buró Político y secretario de Organización y Política de Cuadros, Roberto Morales Ojeda; por el miembro del Secretariado y Jefe del Departamento Ideológico en el Comité Central del Partido, Rogelio Polanco Fuentes; y por la Jefa de la Oficina de Atención a los Asuntos Religiosos del Comité Central del Partido, Caridad Diego Bello, quien dijo:
«Este encuentro es continuidad de los que realizó el líder histórico de nuestra Revolución, el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, con representantes de diversos sectores religiosos durante los años 70, 80 del pasado siglo».
Ella, además, recordó en particular la reunión del dos de abril de 1990, «que abrió un camino en las relaciones Iglesia-Estado».
En aquel importante momento, subrayó, participaron representantes de iglesias protestantes y evangélicas, y también de la comunidad hebrea: «Yo diría que después se agilizó todo el proceso de relaciones, de vínculos, de intercambios con todas las instituciones en nuestro país. Esos vínculos han estado presentes, en todos estos años, desde los municipios. Varios de ustedes han participado a nivel municipal, provincial, o a niveles superiores, junto a dirigentes del Partido o del Gobierno».
Fue Caridad Diego quien explicó que en el recinto se encontraban representantes de diversas religiones; judíos, islámicos, budistas, cristianos, espiritistas de religiones de origen africano y orientalistas, así como de asociaciones fraternales. De igual modo, como ella apuntó, habían concurrido integrantes, a título personal o institucional, de la Plataforma Interreligiosa Cubana, la cual nació en el 2011 y encontró escenarios como las provincias de Matanzas y de Granma.
Luego de reconocer que algunos no pudieron llegar debido a que fueron alcanzados por la COVID-19, y de expresar condolencias por el fallecimiento de varios directivos de las entidades reunidas este martes con el Presidente cubano, Caridad Diego convidó a que los presentes compartieran allí sus opiniones y sentimientos.
Sentir de hermanos
El Dr. Enrique Alemán Gutiérrez, Coordinador de la Plataforma Interreligiosa en Cuba, fue el primero en hacer uso de la palabra. El también Presidente de la Federación de Espiritistas de La Habana y de la sociedad espiritista Quisicuaba, agradeció, desde el cariño, el espacio brindado por el Jefe de Estado para el intercambio de ideas.
Alemán Gutiérrez expresó a Díaz-Canel que ante sí había «mujeres y hombres dedicados a los caminos de la fe, a las asociaciones fraternales que hacen por Cuba todos los días y le ponen el corazón a Cuba, cada cual desde su perspectiva, desde su cosmovisión de este mundo».
«La Plataforma Interreligiosa cubana, enfatizó, tiene ya una historia que es emanada de las relaciones ecuménicas del pueblo religioso cubano». Evocó entonces que las primeras acciones fueron desplegadas en pos del regreso de los Cinco compatriotas injustamente confinados en cárceles de los Estados Unidos; y cómo después tocó el turno a los esfuerzos por la paz, por la unidad del pueblo y de las familias de la Isla.
Ha sido una experiencia que en su entender ha resultado maravillosa por crear espacios de mutualidad e intercambio: «Nos hemos conocido bien, nos hemos conocido mejor», aludió Gutiérrez a las instituciones y organizaciones religiosas que han unido empeños desde el 2011.
Los religiosos, afirmó Enrique Alemán Gutiérrez, están unidos en la nación para llevar adelante la obra de la vida, que «es la práctica del bien y el amor al prójimo». Las religiones en Cuba viven en paz, afirmó, «no tenemos ningún tipo de diferencias, somos capaces de asimilar una cosmovisión muy amplia de este mundo. No tenemos guerras religiosas, y eso también es emanado de los componentes étnicos de la nación cubana, y de esta Patria». Y más adelante fue rotundo: «Usted cuente con el pueblo religioso cubano, Presidente, en toda la extensión de la palabra, y diga qué más tenemos que hacer».
En el mismo lenguaje de humanidad habló Gisela Lucrecia Braña Fernández, directiva de la asociación espiritista Quisicuaba, institución que ha venido realizando una importante labor comunitaria y que destina sus esfuerzos, en el Consejo Popular Los Sitios del municipio de Centro Habana, a los más necesitados. Son 29 emprendimientos que tocan persona a persona y que también han llegado a hospitales, hogares para niños sin amparo familiar, escuelas, círculos infantiles y vacunatorios en los días que corren.
Ella invitó al mandatario y a su equipo de trabajo a visitar «nuestro comedor social que hasta ayer estaba dando comida gratis a 2 157 personas». Y extendió un mensaje de todos los hermanos de Quisicuaba: «Estamos dispuestos a cumplir con cualquier tarea que la Patria y la Revolución necesiten».
Como obras son amores, y las ideas deben convertirse en acciones útiles, Norberto Quesada Rodríguez, Presidente de la Convención Evangélica de Cuba «Los Pinos Nuevos», contó sobre cómo ellos tienen el proyecto «Un granito de arena» que hace posible, en La Habana Vieja, alimentar y ayudar a personas de avanzada edad, todos muy vulnerables. Hay experiencias conmovedoras, como la del anciano que conoció a su nieta gracias a una pequeña gestión comunitaria.
De cultivar el alma a través de la educación habló Paúl Prieto González, directivo de la Soka Gakkai de Cuba. Sobre la trascendencia de crear valores espirituales disertó Joannet Delgado de la Guardia, Directora General de la misma entidad. Y Roberto Padrón Silva, Presidente de la Asociación Cultural Yoruba de Cuba, hizo énfasis en que la institución a la cual pertenece promueve el valor de la justicia social, al tiempo de prohibir las malas intenciones entre los seres humanos y las críticas que no sean civilizadas o constructivas.
De paz y respeto entre todos habló David Prinstein, Vicepresidente de la Coordinadora de la Comunidad Hebrea de Cuba. Y José Knights Rodríguez, Presidente del Cabildo Arará y practicante del Palo Monte y la Santería, expresó que «lo fundamental es unirnos como pueblo».
Así se sucedieron las voces que fueron atrás en nuestra historia para explicar la rebeldía y el coraje del cubano, que compararon a la pandemia con un terrible invierno que algún día el sol romperá, que dijeron no a la injerencia imperial, porque, como ilustró un directivo religioso, nadie va y se sienta en sala de casa ajena sin pedir permiso y mucho menos dice cómo colocar los muebles.
El Presidente Díaz-Canel Bermúdez, a quien los interlocutores pidieron permiso para llamarle «hermano Miguel», dio las gracias por el encuentro que en su opinión aportó mucho, «y eso es algo que se nos ha repetido en todos los encuentros que estamos teniendo en las últimas semanas con representantes de los diferentes sectores de nuestra sociedad».
Habló del aprendizaje que nace de estos debates que nos van «poniendo en condiciones de ir buscando acciones, medidas, rediseño de políticas públicas, de programas sociales, de estilos de trabajo, desde el Partido, desde el Gobierno, desde el Poder Popular». Y resaltó la importancia de cosechar valores.
Sobre esto último razonó que no podemos esperar a pasar la dureza económica, la dureza de la agresión del enemigo histórico para entonces crecer espiritualmente: «Incluso para crecer en medio de tanta adversidad es necesario llenarnos de fuerza, de energía, de espíritu, y eso tiene que ver con las emociones, con los sentimientos que son los que también nos dan la comprensión de los problemas que tenemos que abordar; y esa vocación sentimental, espiritual, de paz, y de empeño por el mejoramiento humano, nos la llevamos de manera muy íntima, porque ustedes la expresan de manera muy diáfana y muy clara, y uno se da cuenta de que está hablando con personas de una integridad humana tremenda».
En un cierre emotivo, que fue coronado con oraciones para bendecir al pueblo cubano, a su Presidente, a sus gobernantes, Díaz-Canel Bermúdez afirmó que «de todo lo malo saldremos», pero «lo tenemos que enfrentar con valentía y sin pesimismo, porque, si no, se nos bloquea el pensamiento, se nos bloquea la capacidad para hacer, y yo siempre digo que nuestra resistencia tiene que ser una resistencia creativa, no una resistencia que nos subordine solo a resistir sino que en medio de esa resistencia, y en medio de esa adversidad podamos avanzar, podamos crear, podamos superar dificultades».
Hacia el final, Rosa Maday García García, Vicepresidenta de la Iglesia de Dios en Cristo y de la Confraternidad de Pastores y Ministros Evangélicos de Cuba, oró por nuestro pueblo y por la salud de cada uno de nosotros. Los religiosos bendijeron a esta hermosa Isla, pidieron unidad entre los cubanos, y sanación en medio de un invierno que, para quienes conocemos el significado de la palabra esperanza, no podrá ser eterno.
Los pronósticos de la COVID-19 solo los podemos cambiar entre todos
Continúan los encuentros del Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista y Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, con científicos y expertos que trabajan en el enfrentamiento a la pandemia.
Estudios Revolución
Los pronósticos a corto y mediano plazos sobre el comportamiento de la COVID-19 continúan siendo poco halagüeños. Las matemáticas son irrefutables… siempre y cuando la variable «comportamiento humano» esté fuera de la ecuación. Y ese no es el caso de la pandemia de COVID-19.
El Doctor en Ciencias Raúl Guinovart Díaz, decano de la Facultad de Matemática y Computación de la Universidad de La Habana, uno de los centros élites de esa materia en Cuba, lo reconocía: «los pronósticos pueden cambiar si, junto al incremento de la vacunación, cada cubana y cubano cumple las medidas de aislamiento social y distanciamiento físico y el resto de las acciones higiénico-sanitarias establecidas».
El especialista presentó las previsiones sobre la pandemia en los días por venir en el habitual encuentro semanal de la dirección del país con los científicos y expertos que participan en las actividades de ciencia e innovación tecnológica en el enfrentamiento al nuevo coronavirus, y a los que por cerca de año y medio asiste puntualmente su promotor, el Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista y Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez.
Guinovart explicó que para el país, a corto plazo, «se pronostica mantenernos con una alta incidencia de casos, por encima de los 8 000. Este modelo reitera —añadió— que estamos en una zona pico de casos confirmados y en las próximas semanas seguirá muy alto el número de confirmados y fallecidos».
Según un análisis en el que los expertos van ajustando el comportamiento a un escenario medio donde situaciones más complejas pueden presentarse, se estima que los confirmados diarios podrían mantenerse el 30 de agosto por encima de 7 500 casos, debido a la incidencia que está manifestando la epidemia en algunas provincias.
Pinar del Río, Cienfuegos, Sancti Spíritus, Holguín, Cama-güey, Mayabeque, Villa Clara y Las Tunas fueron clasificados como territorios donde se reporta una aceleración de casos.
En Ciego de Ávila, Granma, Santiago y Guantánamo aún no se visualiza un control de la epidemia, como sí está ocurriendo en Matanzas y La Habana. «Ciego de Ávila ha mejorando sus indicadores, pero mantiene una situación muy comprometida», puntualizó el Doctor en Ciencias.
Las proyecciones sobre el comportamiento de la COVID-19, sin embargo, prevén un descenso de casos confirmados y activos a finales de septiembre, de acuerdo con el plan de vacunación previsto para los meses de julio a octubre.
En el encuentro, al que también asistieron el miembro del Buró Político y Primer Ministro, Manuel Marrero Cruz; el doctor José Angel Portal Miranda, ministro de Salud Pública; el doctor Eduardo Martínez Díaz, presidente de Biocubafarma; y la doctora Ileana Morales Suárez, directora de Ciencia e Innovación del Ministerio de Salud Pública; se evaluó la marcha de la estrategia de vacunación en el país.
La Doctora en Ciencias Tania Crombet Ramos, del Centro de Inmunología Molecular, presentó por su parte los resultados parciales del uso del Nimotuzumab en pacientes con enfermedad severa de COVID-19.
Según concluyó, el anticuerpo monoclonal fue seguro en el tratamiento a estos pacientes, demostrando en ellos una mejoría en la función ventilatoria, una disminución en los marcadores de inflamación, y una mejoría radiológica o estabilización de la neumonía intersticial multifocal en el 80 por ciento de los pacientes al séptimo día de tratamiento. Demostró, además, evidencias de prevención o mejoría de las lesiones fibróticas y una alta tasa de recuperación en pacientes graves.
En la jornada de este martes también sesionó el Grupo temporal de trabajo para la prevención y control de la COVID-19, en la que en formato de videoconferencia participaron las principales autoridades políticas y gubernamentales de las provincias y el municipio especial Isla de la Juventud.
¿Es Joe Biden un libertador de la internet?
El viernes 16 de julio, en los jardines de la Casa Blanca y antes de abordar el helicóptero rumbo a la residencia de descanso en Camp David, Joe Biden declaró a la CNN que “la desinformación en las redes nos mata”. En particular, el presidente de Estados Unidos se refería a las publicaciones en la red digital Facebook sobre la vacunación contra la COVID-19 y acusaba a esa empresa de no hacer nada para evitarlas.

Facebook es la misma empresa que opera WhatsApp, y en ambas redes se han difundido no pocas noticias falsas relacionadas con la pandemia de la COVID-19 en Cuba. Pero si el presidente, el primer ministro o cualquier otro dirigente cubano dijera lo que Biden, el dispositivo de medios de comunicación e influencers que el Gobierno de EE.UU. financia contra la isla emprendería de inmediato el linchamiento del autor de semejante frase en nombre de la “libertad de expresión”.
No importa si se trata de la “expresión” de los viejos medios tradicionales, los creados en la época de Bush, los surgidos en la época de Obama o en la de Trump, la participación en la guerra de desinformación contra Cuba es unánime para quienes dicen reclamar pluralidad. Desde la agencia UPI diciendo que el “puerto” de Bayamo y el hotel Habana Libre habían sido tomados por los invasores de Playa Girón hasta el “Rey, tú sabes que yo soy bióloga” en los inicios de la pandemia de COVID-19, el que paga por desinformar sigue estando a 90 millas al norte de Cuba.
Sin embargo, todas las empresas de redes sociales digitales (Twitter, Facebook y Google) no han escatimado vías para bloquear las cuentas de medios rusos como RT y Sputnik, y, en el caso de Google, hasta desaparecerlos de las búsquedas en internet de manera temporal. También es un hecho que muchas cuentas de medios de comunicación, funcionarios y periodistas cubanos en Twitter han sido bloqueadas desde EE.UU. en momentos de relevancia política. Recientemente ha corrido igual suerte la cuenta de la Federación Estudiantil Universitaria, que agrupa a cientos de miles de jóvenes cubanos.
Los vínculos orgánicos de esas empresas con los servicios especiales y el Departamento de Estado norteamericanos están muy documentados por las revelaciones de Snowden y Wikileaks, y alcanzaron un esplendor particular en los dos mandatos de Obama, durante los que Biden fue vicepresidente. El Gobierno Obama-Biden es señalado como el que más ha perseguido a los informadores en Estados Unidos, incluso con ventaja sobre el de Richard Nixon, considerado hasta entonces el más obsesivo en ese aspecto.
Fue la alianza con las grandes empresas tecnológicas la que condujo al Ejecutivo encabezado por el mencionado dúo demócrata a perseguir con saña, hasta llevarlo al suicidio, al genial y muy joven informático Aaron Swartz por convertirse en un líder de la difusión libre del conocimiento en internet.
Swartz, acosado por el FBI, fue sometido a un proceso a nivel federal, en el cual el Gobierno lo hizo enfrentar 35 años de cárcel y un millón de dólares de multa. ¿Su delito? Descargar una base de datos con resultados de investigación científica financiada con dinero público, con la intención de liberarla en internet para acceso de todos los interesados. A diferencia de Biden, que habla de libertad y la persigue, Aaron fue consecuente: en 2008 había publicado un manifiesto denunciando “el robo privado de la cultura pública”.
No hubo clemencia de quien ahora dice preocuparse por el acceso a la información de los cubanos y utiliza figuras mediáticas convenientemente “mayamizadas” para hablar de libertad. Nada importó que Swartz, siendo apenas un adolescente, hubiera contribuido de manera sustancial a elementos que son hoy de uso corriente para compartir información en internet, como el RSS y el Creative Commons, que han aportado mucho más a la humanidad que quienes pagan lo mismo canciones que cócteles molotov como parte de un plan para desatar algo que aportará tanto al interés nacional estadounidense como a un baño de sangre a 90 millas de EE.UU.
La única libertad que interesa a un Gobierno cuyos ministros fueron designados por una corporación bancaria, según consta en los correos electrónicos entre Citibank y el equipo de transición de Barack Obama, filtrados por Wikileaks, es la libertad de hacer dinero, y Aaron Swartz era una amenaza para ello.
Como vicepresidente, el actual presidente de Estados Unidos no movió un dedo para que Cuba pudiera acceder a internet a través de los varios cables submarinos de fibra óptica que pasan a pocos kilómetros de sus costas y que se han mantenido prohibidos para las empresas cubanas. Hubo que financiar una conexión de 1 062 km de distancia, a un costo de 70 millones de dólares, que se extiende desde Camurí, cerca del puerto de La Guaira, en Venezuela, a la playa Siboney, en Santiago de Cuba. Tampoco desbloqueó los muchos sitios de información científica y tecnológica bloqueados para los desarrolladores informáticos cubanos.
Eric Schmidt, alguien que conoce bien tanto a Aaron Swartz como a Biden, visitó Cuba en 2015 siendo CEO de Google. Entonces estuvo en la Universidad de Ciencias Informáticas, donde varios estudiantes y profesores le expresaron sus quejas por no poder acceder a sitios de su megaempresa dedicados al desarrollo de software.
Schmidt dijo que les daría facilidades para un acceso “por la izquierda”, como se dice en cubano, y un profesor presente le respondió: “Nosotros no queremos brincar la cerca, queremos entrar por la puerta como todos”, y el ejecutivo estadounidense se comprometió a hablarlo con su Gobierno, precisamente el mismo del que Biden formaba parte. Lo que ha ocurrido desde entonces hasta el día de hoy es que esa situación, lejos de mejorar, ha empeorado, pero Joe Biden se ha comprometido a dar “internet sin censura a Cuba” ¡y gratis!
¿Un negocio más para empresas tecnológicas como las que se llenaron los bolsillos con dinero de los contribuyentes norteamericanos, diciendo que se vería en La Habana una televisión que nunca se ha visto? Muy probablemente. Biden llama “Estado fallido” a Cuba, pero no hay nada más fallido que los “creativos” intentos durante 60 años del Gobierno estadounidense por cambiar el régimen en la isla. Perdón, sí lo hay, es el modo en que los terroristas y extorsionadores de Miami han embaucado durante el mismo periodo a los Gobiernos estadounidenses.
(Tomado de La Pupila Insomne)
Mujer cubana, más especial que el mismísimo Período. Aniversario 61 de la FMC.
Cuando Fidel, luego de minutos discursando exclamó: “¡Patria o muerte! ¡Venceremos!” y dio unos pasos de retirada, todos pensaron que había culminado su alocución, pero de pronto regresó a los micrófonos.
“Les iba a decir que cuidaran la ropa para el Período Especial, porque a los mejor también tenemos que reducir considerablemente esos artículos, produciríamos solo para los muchachos, para los que nacen, para los que crecen (…) Estoy seguro de que pasan cinco años en un Período Especial y nos reunimos, y ustedes vienen tan elegantes y tan bellas como han venido esta noche”.
Mientras esto sucedía en el Palacio de las Convenciones de La Habana, en la clausura del V Congreso de la Federación de Mujeres Cubanas, el 7 de marzo de 1990, en ese tiempo mi madre llevaba una niña hacía dos meses en el vientre y cuidaba de su primogénito de ocho años, su esposo y los quehaceres hogareños.
No, mi mamá no estuvo presente allí cuando Fidel en acto de confianza y elogio a la capacidad de resistencia de la mujer cubana, -creo yo- concluyó con aquellas palabras. Pero ella, y en general, las féminas de esta Isla, tuvieron que seguir el sabio consejo de “cuidar la ropa” y hasta aprendieron a “hacer magia”, un arte que se convirtió en práctica cotidiana en las más diversas áreas de la vida del cubano, para poder sobrevivir a la caída del campo socialista y a las medidas de asfixia de los vecinos del norte.
Quizás usted no lo vivió, pero probablemente de a oídas, -al menos-, sí conoce anécdotas icónicas de los años noventa en Cuba, como la del bistec de toronja, las bicicletadas diarias y quilométricas, los tenis “chupameao”, los trueques de artículos por comida, el jabón “angolano” y otras tantas que aún persisten en la memoria de este pueblo, en especial de las mujeres cubanas, que como dijera Fidel, en aquellas especiales circunstancias llevaron el peso fundamental de los sacrificios.

Tanto así que, han pasado casi dos décadas, pero Cari no puede deshacerse de la costumbre de “guardar pa´ cuando la cosa esté mala”, sobre todo, jabón y detergente; porque dice que mucho tuvo que lavar con maguey, y fregar solo con agua caliente, y hasta bañarse con «jabón angolano» (te echas agua y te lavas con la mano), mientras fantaseaba con la espuma que no existía en su cuerpo.
La maña de Martica es otra, aunque actualmente tiene de cuanto aparato eléctrico existe para cocinar y gas de balita además, no se deshace de su fogón de leña por nada del mundo. “Que va´, cocinar con leña no es fácil, pero cuando el Período Especial, que lo que había era ‘alumbrones’, esa fue mi salvación. Gracias a eso, mis hijos nunca se quedaron sin comer. Hasta los zapatos yo le pintaba a los muchachos con el tizne de los calderos”, cuenta con cierto agradecimiento de la vida.
A las veinteañeras, entonces, Yaquelín y Deisi, la necesidad las obligó a cargar del campo para la ciudad y de la urbe para la campiña. Se quedaron con esa manía. Las amigas inseparables llevaban, cada una, un racimo de plátano ‘burro’ u otro producto agrícola en las parrillas de sus bicicletas hasta el pueblo, -a unos 20 kilómetros- y allí intercambiaban sus ofertas por otras que necesitaban y que les ofrecían los citadinos.
Las muchachas se envalentonaban y también hacían algún viajecito a la Habana. “Por supuesto que no en bicicleta, íbamos en carro y llevábamos de cuanto Dios creó, (así resumen la variedad de productos agropecuarios que transportaban) y traíamos cosas que escaseaban aquí en el batey: jabón, ropa, zapatos; lo que apareciera».
Entre las intrépidas también estaba Estrella, que en esos años se convirtió en una cocinera muy eficiente e innovadora. Según cuenta, cogía aquel picadillo que repartían en la casilla con olor y sabor a ‘no sé qué’, lo sazonaba con el condimento que tuviera, lo metía en una media, lo cocinaba a presión, rezaba mientras la olla hacia su parte y en unos minutos lograba una especie de embutido casero, agradable al paladar.
A lo que ella le pusiera cabeza, lo mejoraba: croqueta, fufú, harina de maíz, arroz precocido… Si hasta bistec de toronja hizo. Pelaba la fruta, adobaba la corteza y luego la freía con enjundia de gallina. Mas, la especialidad de Estrella era que no negaba sus recetas, las compartía con todas sus amigas y conocidas para que ellas también mejoraran el menú que darían a sus familias
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Mujer cubana. Foto: Ismael Francisco/ Cubadebate.
En este grupo de féminas valiosas de la década del noventa, está Rebeca, que cosió, remendó, zurció y remodeló ropa de todo el vecindario, a cambio, casi siempre, de unas “Gracias, Rebe” salidas de las mismísimas entrañas, porque pasaron algunos años sin que se vendiera en el país vestuario para los adultos. ¡Qué costurera!, hacía mochilas y tenis de tela con suelitas de goma de tractor (llamados chupameao) para que los niños fuéramos a la escuela. De pronto un vestido se convertía en una saya y una blusa, o en un «short», y el sobrante lo hacía una trusita para el pequeño de la casa o un pañuelito para la abuela.
Miles y miles de amas de casa, estudiantes, obreras y profesionales cubanas que cumplieron con el deber en condiciones especiales, y no en el término feliz de la palabra. Muchachas que pasaban meses en una beca sin ir a sus casas, porque era preferible pasar hambre que aventurarse a un viaje distante sin disponibilidad de transporte. Técnicas y especialistas de fábricas e instituciones que se las ingeniaban para hacer el trabajo, porque producir era la única vía de que Cuba saliera adelante. Maestras que además de enseñar a sus alumnos las materias, los inspiraban a ser hombres y mujeres de bien, y a la hora de la merienda, el niño que no había llevado alimento, también comía. Doctoras que curaban más con el afecto que con los escasos medicamentos. Madres que encaminaban a sus hijos a golpe de sacrificios.
Pasados los años, algunas llevan en sus cuerpos la marca imborrable de aquel “dichoso” período. Líneas que marcaron el rostro prematuramente. Hipertensión, diabetes y otros trastornos alimenticios, merecidísimos, pues no eran tiempos de elegir nada, mucho menos qué comer. Delgadez y musculaturas heredadas del ejercicio físico cotidiano: bicicleta en loma y llano, caminatas de kilómetros y millas… En otras féminas, la época traspasó la piel. Nervios y emociones que no lograron el equilibrio necesario en tiempo de crisis. Desde entonces se enajenaron de sí y del mundo.
Sin embargo, hubo quienes inmersas en la penuria de los interminables días, meses y años, a veces, -sin saber cómo-, recogían sus pedazos y se rehacían para seguir adelante. De estas, hoy día, existen incluso las que rememoran experiencias de esa etapa, en busca de la esperanza y el coraje precisos para enfrentar las dificultades de la cotidianidad; y otras que no recuerdan parte de ese pasado, porque un día decidieron salvarse del dolor que les causaba, olvidándolo.
Gracias a muchas Cari, Martica, Yaquelín, Deisi, Estrella, Rebeca y otras tantas féminas cubanas, que en aquellas dificilísimas circunstancias llevaron la parte más dura de los sacrificios, fue que las banderas revolucionarias no se plegaron. Ellas, además de “hacer rendir” el alimento, el jabón, la ropa, el cariño; hicieron rendir (fructificar, multiplicar, aumentar, acrecentar), la resistencia de un pueblo entero.
Por ello, si un día se instituyera un premio a la heroicidad y grandeza femenina, irrefutablemente habrá que nominar a la mujer cubana, y de forma excepcional, a las que vivieron la década del noventa en Cuba, pues fueron ellas más especiales que el mismísimo Período.
Mujer cubana. Foto: Ismael Francisco/ Cubadebate.
Mujer cubana. Foto: Ismael Francisco/ Cubadebate.
Mujer cubana. Foto: Ismael Francisco/ Cubadebate.
Mujer cubana. Foto: Ismael Francisco/ Cubadebate.
Mujer cubana. Foto: Ismael Francisco/ Cubadebate.
Mujer cubana. Foto: Ismael Francisco/ Cubadebate.
Mujer cubana. Foto: Ismael Francisco/ Cubadebate.
Mujer cubana. Foto: Ismael Francisco/ Cubadebate.
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