Asistentes al diálogo de 1978 aplauden a Fidel. Foto: LASA
Cientos de miles de residentes en el exterior son coprotagonistas hoy del debate del proyecto de Constitución que marcará el futuro socialista, democrático, próspero y sostenible al que aspira la inmensa mayoría de los cubanos. Resulta sin dudas un éxito de la nación.
Pero la relación de Cuba con sus emigrados no ha estado al margen del conflicto histórico con los Estados Unidos y el apoyo incondicional de Washington a grupos de emigrados que apostaron por el terrorismo y las agresiones para derrocar la Revolución desde el mismo primero de enero de 1959.
El 6 de septiembre de 1978, hace exactamente 40 años, el Comandante en Jefe Fidel Castro comenzó a darle un giro a la situación.