Es necesario que hoy, cuando lo recordamos con tanto cariño, tengamos presente eso: desapareció temprano, ¡cuánto habría podido hacer en estos años! Pero lo importante es que aquellas cosas por las que luchó con pasión y por las que dio su vida, estén haciéndose y se hayan hecho, y que este pueblo sea el mismo al que él le habló allá, en el viejo Palacio, cuando dijo que la frente no se inclinaría, sino ante los muertos, para decirles un día que la Revolución se ha cumplido. (…)
(…) “En el pueblo hay muchos Camilo.” Camilo salió del pueblo, tuvo la posibilidad de potenciar y desarrollar sus extraordinarias facultades; pero cuando veo a nuestros jóvenes al pie de un torno, al pie de un horno de fundición, cuando los veo en un laboratorio, cuando los veo trabajando 10, 12, 13 y 14 horas, me confirmo más y más en aquella profunda convicción de que en el pueblo hay muchos Camilo.
Y cuando pienso en estos momentos en que en nuestro país se trabaja con entusiasmo, con confianza, con seguridad, sin miedo a nadie ni a nada, sin desalentarse porque puedan surgir dificultades de cualquier tipo; cuando sé que nuestro pueblo es capaz de enfrentarse a cualquier cosa, cuando sé que nuestro pueblo es capaz de alcanzar cualquier objetivo, de alcanzar cualquier meta, de desafiar cualquier peligro; cuando sé que nuestro pueblo es capaz de defender el socialismo, el comunismo y el marxismo-leninismo hasta la última gota de sangre, digo con la misma convicción de aquel año: ¡todo el pueblo cubano es hoy un Camilo!(…)